Ser un emprendedor, ¿cuestión de capital o empuje?

Ser un emprendedor, ¿cuestión de capital o empuje?

Ser una persona emprendedora se ha convertido en sinónimo de éxito en nuestros días, a veces casi una obligación necesaria en un mundo tan competitivo en el que estamos obligados a sobresalir.

Para ser un emprendedor necesitamos identificar o crear las oportunidades necesarias para llegar a cabo nuestras ideas, sueños y anhelos.

En cualquier diccionario, encontraremos que emprendimiento es el “Inicio de una actividad que exige esfuerzo o trabajo, o tiene cierta importancia o envergadura”, pero esta palabra, al menor para mí también está atada a la idea de innovación, convicción y riesgo de aquel que está dispuesto a darlo todo en su afán de lograr materializar sus proyectos.

Ser un emprendedor no es una cuestión de riqueza, es más de actitud y aptitud pues ambas nos permitirán ir siempre un paso más allá de donde ya hemos llegado. Tendremos errores, caídas y tropiezos en el camino, yo mismo los he tenido, pero cómo mencioné lo importante es cómo los sobrellevamos.

¿Qué se necesita para emprender? Esto es algo que me han cuestionado varias veces y siempre llego a la conclusión de que es la suma de diversas cualidades como la creatividad, ser arriesgado, flexible, organizado, autodidacta, autocrítico y comprensivo. Cada emprendedor debe conocer sus capacidades y limitaciones que le permitan potenciar al máximo sus negocios y adaptarse a los retos que tiene por delante.

Antes que cualquier otra cosa, debemos tener en claro qué queremos lograr y con qué recursos humanos y logísticos contamos para hacerlo, además, es imprescindible que sepamos cuál es la viabilidad de lo que nos proponemos hacer. Contrario a lo que a veces se piensa, emprender no siempre significa tener una idea radicalmente innovadora que proponga negocios hasta ahora inexistentes.

A veces basta con mejorar el trabajo ya hecho por otras personas, por lo que un emprendedor puede responder a perfiles tan distintos como: el visionario, que se adelanta a las tendencias del momento con miras a productos que serán clave en el futuro. El inversionista, que busca hacer rentable su capital en proyectos novedosos o el especialista que invierte en sectores que domina previamente a su aventura.

También existen aquellos emprendedores persuasivos, que son capaces de convencer a otros de la viabilidad de sus ideas para que inviertan dinero o aquellos empresarios intuitivos que tienen el don de los negocios a pesar de no dominar el sector al que piensa incursionar; incluso hay emprendedores oportunistas que saben detectar las conformidades de negocios cuando las ven y saben cómo explotarlas.

En resumen, ser un emprendedor no es una cuestión de tener capital, emprender está dentro de la capacidad de cada uno de nosotros, sólo hay que identificar en qué somos buenos y en qué podemos mejorar sin temor a pedir ayuda o consejos de aquellos que tienen más experiencia.

Sin embargo, habrá que dejar en claro que no siempre ganaremos y quizá incluso no logremos nuestros fines, pero para saberlo no hay otro remedio que arriesgarse.  

Elías Cedillo Hernández. CEO, BuróMC Seguridad Informática.


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