SI CREES EN TI, ENTONCES PUEDES

Esta ha sido una historia real, a partir de la cual en 50&50 GL generamos el último leitmotiv a partir de lo que me había sucedido: “Si crees que puedes, entonces puedes”. Si bien el caso que nos inspiraba esta historia, era justamente lo contrario: la parálisis que a una de las #ChicasImparables le producía la idea de tener que presentar el proyecto final, junto a sus otras 49 compañeras.

Una de las alumnas, de su grupo, me advirtió que esta muchacha no podría presentar. Está llorando (era el break previo, dice que esta mañana se ha mareado de pensarlo). Y a partir de ahí actué con tranquilidad, pero con la determinación de ayudarla y el fin último de que pudiera. Había realizado un programa de #liderazgo y yo sabía que, de no ser capaz de subir al escenario junto a sus compañeras, de ser la única incapaz de presentar su proyecto, esa experiencia en vez de empoderarla le marcaría para mal toda la vida.

Así que me dirigí a ella. Estaba en otra sala junto a alumnas que le consolaban.

—          Tranquila – le dije-, no tienes por qué hacerlo, libera la presión desde este mismo momento.

La muchacha se fue tranquilizando a medida que seguimos hablando. Le dije que yo misma había vivido momentos así, que había ido superado trabajando contra los miedos, como le sucedería a ella.

—          Lo importante es que creas en ti, y sé qué crees porque estás en este curso. Has desarrollado muchas habilidades de autoconfianza. Nunca pienses en lo que suponen los demás, en qué pensarán de ti, esa energía resérvala para reforzarte a ti misma”.

Sonreía. Le hablé de mis circunstancias personales, y de cómo me sentía yo ese día.

—          Y mira lo bien que he hecho viniendo, porque hoy nos vamos a ayudar juntas - le dije-.

Ella se sintió útil. Vi como su seguridad crecía. Vivimos un momento de confianza, muy sincero.

—          Te voy a dar algunas técnicas – le dije. Y luego decides lo que vas a hacer, esa decisión será solo la tuya, imagina el poder que tienes sobre ti, y hazlo sin presión.

—          ¿Tú crees?

—          Sí. Yo sé que lo puedes hacer, pero eso no tiene importancia. Necesito que lo creas tú. Eso sí, yo en tu caso lo intentaría. Sales, habla como si te lo dijeras a ti misma, mira al frente sin buscar a nadie, dirígete a un punto lejano al final del auditorio. Así tu mirada será abierta y no sentirás presión. Cuando salgas, no lo hagas ni la primera ni la última, te sentirás mejor arropada por tus compañeras. Y tendrás un PowerPoint a modo de guion, porque es importante siempre dejarse ayudar. En todo caso, ¿por qué no nos arreglamos un poco y nos olvidamos de disgustos?

Bajamos juntas al baño y nos maquillamos entre risas. Tapamos las rojeces de ojos y nariz, nos cambiamos lápices y volvimos al grupo en armonía. Yo sabía que aquella terapia de media hora había funcionado, que ninguna chica volvería a casa sin haber sido capaz de intentarlo todo. Recuerdo cómo ella subió al escenario sin titubeo en la pisada. Al finalizar su intervención me buscó con la mirada. Le devolví una sonrisa ancha, ella hizo lo mismo desde arriba, como una diosa. Era el último día, había llegado a la meta sintiéndose capaz de todo.

Lo importante es que hoy has derribado una barrera. Una y mil veces más podrás volver a hacerlo. Busca trucos, llaves que te irán abriendo las puertas.

Al despedirnos nos fundimos en un abrazo.

Motores como este son los que me activan cada día.

#empoderamientofemenino #mujeresyliderazgo #formación