Si la Inteligencia Artificial Gobierna el Arte, Estamos Jodidos.

-El espacio es un producto social y viceversa-

Autores sobre geografía (Reclus), psicología (Bordieu) o antropología (Harari), llegan a la misma conclusión. Lo que hace especial a los humanos, es la capacidad que tenemos de darle significación al espacio y cómo esa acción determina a la sociedad. No es por accidente, tampoco se da de manera espontánea: en algún punto de la historia, alguien dijo dónde debía estar el cementerio (significación de duelo, memoria o espacio sagrado) y dónde debía estar la plaza (significación de lo público, de lo que pertenece a todos); y esas decisiones moldearon a la sociedad, al mismo tiempo que si era un territorio plano o con un nacedero de agua, eso también determinó que cerca de ahí se estableciera la plaza o la iglesia.

Un asunto simbiótico e introductorio para hablar de la inteligencia artificial, el arte y la sociedad: Lo primero como amenaza de lo tercero a través de lo segundo.

Bastante se ha hablado de la IA para abordar problemas de seguridad o fiscalización social, desde hace un rato está de moda la parte del libro de Orwell en donde muestra un control absoluto de la sociedad a través de la supervisión (tecnológica) de todas las interacciones que llevan a cabo. Todo muy posible, todo muy taquillero. Pero poco se habla del peligro que representa la IA a la hora de redefinir las significaciones que hemos dado al espacio y por ende a la sociedad misma. Quizás desde la Reforma Protestante no se ha visto un cambio tan profundo en la sociedad como el que amenaza la IA; que más que no creer en la Virgen de manera dogmática o rebelarse contra el Papa, lo que verdaderamente cambió en la sociedad/espacio, fue el concepto de lo privado, a través de la posibilidad de entender el mundo gracias a una visión propia. Explico: antes de la Reforma, la única forma de estudiar era a partir de las palabras de una persona del clero, no existía la opción de llevarse un libro al cuarto para analizarlo, todo era grupal y se entendía bajo una visión única de la Iglesia Católica. A raíz de este cambio (cuando se pudieron llevar los libros a los cuartos y leerlos en solitario) se rompió la sociedad por la movilización social que ésto trajo:

- Empezó la revolución de la imprenta (otro ejemplo más de la simbiosis sociedad/espacio: podemos leer en un espacio solos <-> necesitamos más libros).

- Nacen las universidades no-confesionales (Ej: Harvard) que permiten generar sociedades que se encuentren a partir de conocimientos propios sobre diferentes textos. Algo nunca antes visto.

- De ahí que se atomice la religión: cada individuo empieza a entender las Escrituras Sagradas de manera diferente (conocer a dios en lo privado).

Por último y más importante para el punto inicial: empieza el Renacimiento y el movimiento de la Ilustración. Esta revolución artística (de nuevo: gracias a la capacidad de entender el mundo desde lo individual/propio) reconfiguró a la sociedad a todos los niveles porque introdujo la creatividad a la ecuación social como variable clave, para que se pudieran dar más interacciones. Es decir, pasamos de tener interacciones netamente religiosas y homogéneas a tener interacciones por afinidades o visiones diferenciadas del mundo: pintura, música, literatura y demás expresiones artísticas redefinieron el espacio y la sociedad. Un corto ejemplo para magnificar el cambio: antes un hijo de un herrero, solo podía ser herrero, no podía escoger qué oficio hacer y toda su vida hablaría de metales, martillos y de dios, sobre todo de dios. Después del siglo XVI un hijo de un herrero podía ser pintor, músico o navegante, también podía llegar a pensar que Jesús pudo haber tenido hijos (nace también el libre albedrío pero ese es otro cuento).

¿Qué tiene que ver todo esto con la IA? Todo: la Inteligencia Artificial representa un cambio de paradigma en la forma en cómo configuramos el territorio y la sociedad, porque ya no dependeríamos directamente de la creatividad para poder generar ciertas interacciones, sino que un algoritmo con millones de datos, sería el encargado de determinar qué es lo que queremos -como sociedad- y dárnoslo empaquetado y listo para consumir. No suena, pero es peligrosísimo(!) que la tecnología empiece a perfilarnos como colectivo y empiece a darnos lo que queremos y no lo que necesitamos, hace que el arte pierda su principal rol social: salirnos de esta idea de autoreproducción como sociedad y poder romper el bucle que existe entre “recibir lo que queremos” <-> “querer lo que recibimos”. Si el arte no rompe esos bucles, no habría existido el Cubismo, movimiento que acabó con el arte figurativo (limitarse a pintar lo que se ve) y que da entrada al arte abstracto, que no es más que un punto de vista de un artista sobre su realidad. Si no se rompe ese bucle tal vez estaríamos destinados a oír reguetón para siempre, un algoritmo podría determinar basado en patrones, que ese ritmo es el que más genera estimulación cerebral (o placer) y se establece un bucle infinito del que mencionaba anteriormente (“recibo lo que quiero” <-> “quiero lo que recibo”) y a partir de eso la IA iría moldeando a la sociedad -y al espacio- de manera progresiva.

Mejor dicho: si la Inteligencia Artificial gobierna el arte, estamos jodidos y sólo estaríamos destinados a volver al siglo XV, en donde se iría instaurando -de a pocos- una sola visión del mundo, ya no por “imposición divina”, sino lo que es peor: “por gusto propio e inconsciente”.

Ya no estaríamos en una película inspirada en George Orwell, sino en la primera de The Matrix. 

Daniel Wiesner

Director at Métodos Mixtos Consultores

3 años

Expone muy bien el principal problema de la IA: los algoritmos son muy buenos, casi perfectos, para entender y reproducir dentro del bucle en el que son creados, pero no pueden moverlo o romperlo. Por eso los modelos que usa la policía hoy reproducen los sesgos, muchas veces racistas, que hay en los datos históricos de los que se alimentan. Igual pasaría con el arte, si el algoritmo solo come reguetón, solo nos dará reguetón.

Sebastián Quiroga Cubides

Head of Strategy and Research @ SanchoBBDO

3 años

Aunque hay optimismo. Cuando se difundieron los grabados y las fotos que copiaban obras de arte, Walter Benjamin decía que las obras estaban destinadas a perder su aura, pero esas copias no destruyeron nuestra relación con el arte. Después Arthur Danto dijo que con el arte pop y la postmodernidad, las obras de arte habían perdido la capacidad de relato, pero las casas de subasta galerías y museos igual siguieron creando nuevos relatos (comerciando con obras de miles de millones de dolares) y en otra variable el arte mismo se volvió más urbano, menos dependiente de las instituciones. Tal vez la AI se quede solo como una técnica más y, siguiendo a Harari, los humanos encontremos otras formas de seguir creando narrativas con las expresiones estéticas, siempre que sigamos siendo los pilotos y no nos volvamos solo los espectadores. Esa sería para mí la amenaza, que nos volviéramos solo consumidores de arte y no creadores.

Natalia Berrio Lesmes

Strategist at heart - Chief Strategy Officer Leo Burnett México

3 años

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