Sobre la escalabilidad en negocios digitales

La escalabilidad es un término que está de moda en lo que al ambiente de start-ups refiere. Y su relevancia tiene mucho significado, ya que es uno de los factores con mayor impacto en el desarrollo de negocios digitales y no lo debemos descuidar. No es suficiente con solo tener un producto que nuestros usuarios amen, también debemos saber como crecer y ser rentables. Desde un punto de vista éconómico, la escalabilidad es aquella condición en la que nuestros ingresos aumentan en una relación mayor a la de nuestros costos. La escalabilidad sigue un pensamiento de "Házlo una vez, pero házlo bien". Es decir, Spotify brinda el mismo servicio para 100 usuarios como para 10000 usuarios. Un curso online puede ser descargado por 10 o 100 personas. Una aplicación puede tener 500 o 20000 descargas. El producto es uno sólo, y el costo de incrementar nuestra cantidad de usuarios es significativamente inferior a los ingresos que nos genera cada usuario nuevo.

La escalabilidad es algo que debemos tener muy presente desde el inicio de nuestro emprendimiento. Tiene que formar parte de nuestra piedra angular. Para eso primero hay que reflexionar: ¿Cómo nuestra actual propuesta de valor puede ser escalable y extrapolable?. Para ello es necesario pensar como nuestros procesos, personas, políticas y acciones entregan valor a nuestros clientes. La escalabilidad no solo es ganar más por menos, también debe ser formar parte de nuestra cultura y aplicarse a todo lo que hagamos.

Pero, ¿qué implica hablar de escalabilidad para personas y procesos?

Una persona con mentalidad escalable es un empleado diferencial. Es aquel individuo capaz de adaptarse a distintas situaciones y de ofrecer un abánico de soluciones para cada una de ellas. Pensar en escalabilidad también implica saber dónde encontrar valor en los procesos y tareas, para ejecutar de la forma más óptima posible cada acción. Por otro lado, por procesos escalables nos referimos a patrones capaces de reinventarse y autosuperarse a través de la mejora continua y la optimización. Un proceso escalable es capaz de automatizarse mediante aprendizaje continuo. Es fácilmente adaptable ante nuevos escenarios y el propio crecimiento. Los esfuerzos por mantener dichos procesos son optimizados a la vez que sus resultados son más brillantes. Ahora, explicado lo anterior, nos queda entender una cuestión más:

¿Por qué es tán importante ser escalable?

Hay muchos motivos por los cuales queremos ser escalables a largo plazo. En primer lugar, nos vuelve más productivos al poder incrementar nuestros servicios y beneficios y mantener, o incluso disminuir, el número de recursos puestos en juego. Esto significa que nuestro ROI va a tender a crecer exponencialmente por cada unidad vendida, aplicación descargada, etc. Esto se debe a que nuestros costos variables no crecen al mismo ritmo que nuestros ingresos. Por ejemplo, el desarrollo de una aplicación tiene un costo inicial determinado. Luego, lograr cada cliente, cada descarga, implica un costo mínimo. Nuestros costos variables (ej: mantenimiento de servidores) solo se incrementan cuando la cantidad de usuarios empieza a ser considerable.

Otro motivo importante está vinculado con las mayores probabilidades de inversión. Los inversores buscan compañias, productos y servicios escalables porque saben que van a tener un retorno de ellos. El crecimiento de un negocio escalable no depende de una inversión continua, sino de un modelo de negocio inteligentemente diseñado y sustentable. La relación entre los costos variables y los ingresos no puede ser lineal. La filosofía detrás de todo esto es simple: Cuanto más invierta, voy a buscar un retorno exponencialmente mayor.

Un motivo más por el cuál buscamos ser escalables es la propia validación del modelo de negocio. Aunque en un principio suene algo contradictorio, es necesario en una temprana etapa de nuestro negocio hacer cosas que no sean escalables. Esto quiere decir, por ejemplo, levantar el télefono para hablar con cada uno de nuestros usuarios y pedirles su opinión. O incluso, diseñar tarjetas y mensajes personalizados para enviar a nuestros mejores usuarios. Lo hacemos porque estamos cultivando una base de clientes leales y validando nuestra idea bajo distintos escenarios, construyendo e iterando procesos escalables. Luego, con el crecimiento inminente de nuestro negocio, debemos dejar de hacer cosas que ya no pueden sostenerse en el tiempo porque son muy costosas y/o demandan grandes cantidades de tiempo. Si nuestra sustentabilidad depende de estas acciones no escalables, entonces debemos examinar nuevamente nuestro modelo. Nuestra propuesta de valor debe ser rígida, sencilla y personal. De nada sirve complacer a nuestros usuarios si debemos mover montañas para ello.

Para finalizar, es vital recordar que el concepto de escalabilidad debe ser tomado más como parte de una cultura que una condición para crecer. Hay que interiorizar el concepto y aplicarlo a todos los niveles de una organización. Recordar buscar siempre "Más por lo mismo", o incluso "Más por menos". Una última aclaración, la escalabilidad no es un concepto únicamente relacionado con los negocios digitales. Parte de su éxito se debe a su potencial y naturaleza escalable. Pero también podemos ser escalables en otros tipos de negocios no necesariamente digitales. Como ya se dijo anteriormente, es más una filosofía global de "más por lo mismo" que un fenomeno de moda en negocios digitales.