Sobre la paciencia

A mi modo de ver, desde la orientación educativa, hay una virtud que es muy importante cultivar y fomentar en nuestros alumnos para ayudarles a acometer el estudio, y es la paciencia, porque el aprendizaje es un proceso y, como todos los procesos, requiere tiempo.

Antes nos enseñaban a ser pacientes ya en el ámbito familiar con ese “hasta que no acabemos todos de comer nadie se levanta”, “hasta que no acabes los deberes no nos vamos”, “hasta que no recojas tu cuarto no sales” … y ese “hasta que” también se cultivaba en el ámbito escolar con aquel “hasta que no acabemos este ejercicio, no nos vamos”, “hasta que todo el mundo acabe no se levanta nadie”, “hasta que no entregues el trabajo no te puntúo el examen” … Estos y otros más “hasta que” nos fueron domando hasta fortalecer nuestra voluntad y hacer de nosotros personas pacientes o, por lo menos, personas que sabían esperar. Y esta virtud, si no te la enseñan y la practicas, no se adquiere. 

Ahora la paciencia lo tiene difícil porque desde todos los medios nos aseguran que podemos tener ya todo lo que queramos y asocian a la inmediatez la imagen del éxito. El ámbito laboral tampoco ayuda cuando se aplica el “esto lo quería para antesdeayer” o “esto ya tenía que estar hecho”, porque los proyectos y las tareas también requieren tiempo sereno para acometerlos o, por lo menos, para acometerlos bien.

Puede que lo material, si dispones de medios económicos, se pueda conseguir en el momento, pero los valores, las virtudes, las habilidades, y también el aprendizaje, se forjan despacito, a fuego lento, poco a poco y con paciencia, y además exigen práctica y, por lo tanto, tiempo.

Aunque el mensaje de la paciencia “no mola” ni está de moda, creo que es importante decirles a las personas, sobre todo a aquellas que estudian o buscan trabajo y, en general, a todas aquellas que están en medio de cualquier proceso, que sí lo pueden conseguir, pero necesitarán una buena organización, un buen plan, una gran fuerza de voluntad, un tiempo de dedicación y altas dosis de paciencia hasta ver los resultados.

A ninguno nos gusta que nos digan esto, pero, cuando estudiamos o buscamos trabajo, es imprescindible que alguien lo haga porque, si estamos prevenidos, no solo toleraremos mejor la frustración, sino que será más fácil no abandonar y volverlo a intentar, hasta conseguirlo. 

Por eso, a mi modo de ver, los profesionales del entorno educativo (profesores, orientadores, psicólogos, monitores, entrenadores, etc.) y los profesionales de la orientación profesional debemos ayudar a las personas a cultivar la paciencia y también otras virtudes como la perseverancia para seguir insistiendo y la voluntad para vencer la pereza, pero de estas, que tampoco están de moda, hablaremos en otro momento…