Social Emptiness
Es curioso como el vacío se está apoderando de nosotros.
Nuestras vidas emocionales a pesar de tanta socialización digital, están perdiendo calidad. Nunca tanto tiempo consumido en conversaciones banales de todo tipo, que no aportan nada ni al emisor ni al receptor, son vacío.
Lo mismo pasa con las imágenes que captamos para consumo inmediato, son como las calorías vacías, tienen poder energético momentáneo pero no hay nutrientes, no tienen nutrientes para el alma. Amontonadas en la nube son literalmente recuerdos vacíos.
Conversaciones flash, tan planas y frías que apenas podríamos tildarlas de comunicación, dos hormigas interactúan con sus antenas de manera más íntima.
Hemos dejado que sustituyan el esfuerzo del encuentro real, que tal vez no era igual de habitual pero que tenía profundidad, no me suena igual un "cabronazo que buena pinta tienes", seguido de un golpe en la espalda, un abrazo y un apretón de hombros por un emoticono de un biceps tenso. No me sienta igual. Si lo piensas es hasta cutre.
Yo practico el piragüismo de aguas bravas, es el deporte de equipo por excelencia, es infinitamente íntimo, nuestras vidas dependen del equipo, tus compañeros son tus guardaespaldas, tus guías, tus rescatadores y tu aliento consejero. En el río la comunicación profunda bis a bis lo es todo. Navegas mirando a tu compañero de delante, estudiando líneas y miras hacia atrás para asegurarte que tu compañero que navega tras de tí está ok, cruzas miradas de seguridad. En los pasos a asegurar, "paras a mirar" paras a conversar sobre trazadas, apoyos, peligros, comportamientos, probabilidades, seguridad y actuaciones en caso de que algo salga mal. En el agua seguimos hablando con un mundo de señas gestuales, con adrenalina, indicando pasos, peligros ocultos, movimientos necesarios para pasar un punto concreto o infranqueables. Al final de la jornada es imposible no pensar en una recompensa en forma de risas y puyas de variado calibre alrededor de una cervecita, para fortalecer los lazos emocionales con el equipo.
La vida en el río es la saturación comunicativa que echo de menos cuando me sumerjo en el vacío.