Solo con motivación no alcanza
Si tuvieras que esperar a sentir la motivación suficiente para arrancar a trabajar a las 08.00 hs y terminar a las 21:00 hs… ¿Cuántos días a la semana crees que lo harías? ¿Uno solo de los siete? Con suerte… El objetivo de este artículo es demostrarte que, si bien es hermoso sentir motivación porque es un propulsor para hacer lo que debes para cumplir tu objetivo, hay una palabra superadora: la Disciplina. Y ésa es la clave de la concreción de metas.
¿La motivación aparece o se genera?
Desde mi punto de vista, la disciplina es el primer paso hacia la motivación. Si realmente vas a esperar a que te baje la inspiración para sentarte a escribir, por ejemplo, difícilmente lo hagas a menos que haya sucedido algo externo que te haya hecho sentir así. Que Rosario Central haya ganado un partido clave, en mi caso. Que la persona a la que hayas invitado a salir te haya dicho que sí, otro ejemplo.
El punto es que los días que los factores externos te motivan a sentarte a hacer lo que debes son los menos. La clave, entonces, es tener la disciplina de generar buenos hábitos para que hacer eso que te va a llevar hacia donde anhelas estar forme parte de tu rutina diaria. Un youtuber a quién sigo bastante, Green Fit, definió a la disciplina como: “Hacer lo que tienes que hacer en lugar de lo que te entretiene hacer.” Y yo no podría estar más de acuerdo. Pero, entonces…
¿Qué pasa cuando realmente no tengo ganas de hacer lo mismo de siempre?
Un emprendedor a quien admiro muchísimo, Andy Frisella, contó un tip en uno de los episodios de su podcast que fue revelador. Éste fue: “Cuando vayas a realizar una acción, por más mínima que sea, piensa si te va a ayudar a cumplir tu objetivo, o si te va a jugar en contra.” Esto puede ser desde algo muy básico como estar en una dieta, sentir la tentación de comerte un alfajor y pensar “esto no me va a ayudar a conseguir mis objetivos físicos”, como en algo más grande como decir “ni loco cancelo la reunión que tenía para hoy, aunque me muera por una siesta”.
La motivación es una sensación muy efímera. Traten de imaginarse en los primeros meses de su última relación amorosa. Los primeros…6…8…10 meses, con toda la furia, son de enamoramiento fuerte. Si llega a coincidir con San Valentín, se gastan fortunas en flores, chocolates, comer afuera, etc. Es cuando todo recién comienza y el pico de felicidad está por las nubes. Sin embargo, con el paso del tiempo, ese enamoramiento extremo empieza a irse y las relaciones se transforman en lo que en realidad son: compañerismo, el estar en las buenas y en las malas, etcétera.
Este caso es muy similar.
Esa sensación de euforia eventualmente termina. Y la clave para poder cumplir con los ambiciosos objetivos que una persona se pone cuando realmente necesita ser disciplinado es haber construido una base de buenos hábitos durante ese momento de motivación. Si durante esos primeros 6 meses te levantaste temprano, trabajaste sin parar, leíste todos los días, difícilmente dejes de hacerlo una vez que la motivación se vaya. Seguramente vayas a bajar la intensidad… Es normal. De hecho, es muy común que haya momentos de caos y otros de calma. Pero lo importante es que construyas buenos hábitos que son, en definitiva, los que te van a ayudar a conseguir tu objetivo.