Soy Inusual, que le vamos a hacer...

  Vivimos la vida pensando en conseguir aquello a que Aspiramos, pero en realidad el mundo está diseñado para que ese deseo se quede solo en eso, una aspiración. Aspiramos a lograr tener una familia, una casa, un coche, unas vacaciones en verano y una cuenta bancaria que te libre de las preocupaciones; quizá alguien que nos importaba nos dijo alguna vez como se conseguía todo eso y le creímos; generación tras generación hemos vivido la vida aspirando a tener todo eso para lograr ser felices, hasta que un día, de forma inesperada, te descubres engullido por el insomnio del sinsentido.  Perdido, ...sin rumbo.

¿Quién soy yo? Una pregunta que nos da miedo hacernos, y que una vez formulada ya no podemos olvidar, como mucho podrás mirar hacia otro lado haciendo que no está, y es que buscando la respuesta, corres el riesgo de perderte en el laberinto que somos, intentando comprender que hemos venido a hacer a este mundo.

Y entonces aspiras a comprender quién eres, sin saber que eso es imposible, que siempre hay aristas por descubrir, sombras que iluminar, palabras que no conoces en lugares que no sabes siquiera que existen.

Todo viaje empieza con un punto de partida, y ese punto de partida resulta que era yo, sorprendentemente yo, un poco más viejo, otra vez distinto, aunque íntimamente el mismo. Indago sobre lo que me motiva y lo que echo de menos, y descubro que soy como una balanza que aspira al equilibrio, un equilibrio mágicamente imposible. Ahora aún no es momento de preguntarse donde voy, solo es momento de dar mis primeros pasos y comprender que conmigo siempre estará el miedo, compañero infatigable que me tira para atrás, aun sabiendo que solo hay una dirección posible en este viaje emprendido.

Me dispongo a descubrirme, aspiro a ello, y descubro lo que siempre estuvo allí y jamás valoré, mis ansias de aprendizaje, mi curiosidad y mi orientación constante a trabajar en equipo, juntos, porque el valor siempre lo encontré ahí, en las personas, aunque en ocasiones me llevara algún que otro golpe bajo, que es así como uno se descubre y no entre las páginas de un libro.

Sabiendo que no puedo tener una imagen completa de mí, pero habiendo apenas atisbado quien soy, llega el momento de plantearse nuevos destinos, pues sin destino no hay viaje, sino un deambular que solo engaña al que cree saberlo todo.

  Y sudo la camiseta, Transpiro pero bien, en un trabajo que debería haberme ocupado todo el bachillerato hace ya muchos años, en lugar de las matemáticas, las ciencias o la literatura, y es que ahí está el trampantojo que nos hace creer que encontrar un cómo, es más importante que saber quién y el para qué hacemos este viaje. Descubro que el propósito siempre se encuentra fuera de mí, en el mundo, en relación con los demás, compañeros del camino en ese viaje que es quizá el único viaje realmente importante, descubrirte en la vida de los demás.

Desarrollo mis proyectos, defino variables, y descubro que da igual el medio que utilice para desarrollarme, lo importante es disfrutar del camino con otros; algunos vienen y se van, otros permanecen algo más de tiempo y solo uno o dos, me acompañarán la mayor parte de mi viaje, incluso aun cuando ya no estén.

  Mira que me gusta Conspirar, cuando el propósito es promover un cambio a mejor y es aquí, pensando en como cambiar mi realidad, cuando descubro que es la realidad la que me cambia, y que solamente podemos aspirar a eso, a cambiar nosotros, a evolucionar, a transformarnos, a adaptarnos con lo que nos toca vivir.

Siguen surgiendo palabras del trabajo que realizo, propósito, confianza, respeto, sinceridad, realidad, poder, personas, todas ellas se van colocando en el orden que necesito para comprender como la vida ha conspirado para que logre mi propósito de aprender; esa llamada no contestada, ese encuentro inesperado, esa enfermedad superada, ese amigo que se aleja, el desconocido que de repente llama a mi puerta o ese libro rescatado de un lugar olvidado al que le llegó su momento adecuado.

Intentas organizarlo todo, pensando en tener el control, pero descubres que es en la incertidumbre donde te espera la sorpresa de un nuevo aprendizaje sobre quien eres, y con el tiempo, comprendes que todo tuvo su momento y lugar preciso para que fueses capaz de descubrir tu verdad. La verdad que te transforma en lo que realmente quieres ser.

Curioso viaje de transformación este del Tener al Ser para lograr aspirar a ser feliz

Objetivos y más objetivos, mide, vuelve a medir, para saber si estás avanzando hacia ese lugar al que nadie sabe a dónde va; Inspiro y nuevas palabras surgen en mi mente sin saber como llegaron allí; siempre me gustó la práctica de la estrategia, me divertí con las tácticas y me acostumbré a los resultados a través de la perseverancia, y es quizá esa palabra, la que marca la diferencia a la que apela esta parte de mi vida, porque es muy _inusual_, y no debe confundirse con la rutina, pues en la rutina no hay aprendizaje sino comodidad, mientras en la perseverancia hay deseo, fuerza y ganas de aprender.

Los números me marcan el avance, pero ya no me distraen ni me preocupan, la intuición me guía, esa mezcla entre quien soy, que quiero, que se y que me ocurrió en el pasado; y es que el número siempre es frágil, se lo lleva el viento y ahora, vivimos tiempos de tempestades.

  "Respira, no pares de respirar".- repetía mi doctora en la UCI, mientras me debatía entre la vida y la muerte; al final, llegados a ese punto, todo se reduce a eso, a ser consciente de que respiras, y al final de este camino emprendido, llegamos a un destino inesperado para encontrarnos con nosotros mismos de nuevo. Son los verbos lo importante en este camino, y no los adjetivos con los que nos prometieron la felicidad, aprender, ayudar, crear, proyectar, resolver, respetar, amar, valorar, enseñar, perdonar, descubrir, crecer, acompañar, comprender, ser y porque no Liderar sin olvidar que no podemos ser, si no somos juntos.