Suena Extraño ¿O no?
La escena se desarrolla en una gélida noche de invierno en el año 2060, donde una densa niebla cubre la tortuosa carretera rural.
Dos vehículos autónomos, una camioneta de transporte de paquetes y un imponente camión de carga, se desplazan en sentido contrario por el camino. Sus luces apenas se distinguen entre la exuberante vegetación que bordea la vía.
De repente, una violenta tormenta eléctrica desencadenó su furia, iluminando el paisaje con destellos mortales.
A pesar de la avanzada tecnología del vehículo más pequeño, que podía adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas, fue incapaz de detectar que el camión había quedado sin control debido a una interferencia electromagnética en su computadora de mando.
Aunque la camioneta intentó maniobrar para evitar la colisión, fue en vano. Ambos vehículos chocaron violentamente, desatando chispas y escombros en todas direcciones.
El suceso fue rápidamente identificado por la Central de Accidentes a través de sus sofisticados domos y sensores desplegados a lo largo de la ruta .
Alertó automáticamente a los bomberos y a la emergencia ambiental, que son robots muy eficientes para enfrentar desastres, ya que el choque desató una serie de eventos catastróficos. Las baterías de litio del camión ardieron, generando un incendio peligroso que amenazó con extenderse por el bosque cercano.
Asimismo despachó drones oficiales equipados con cámaras térmicas y RGB para analizar y grabar de manera imparcial y detallada el accidente para incorporar al expediente del archivo judicial.
Tras contrastar los códigos de ambos vehículos en la base unificada, notificó a las aseguradoras cautivas de los fabricantes de las unidades para que cada una envíe peritos robots en motos autónomas con el propósito de determinar y deslindar las responsabilidades.
Mientras los bomberos trabajaban para sofocar las llamas, los especialistas recopilaron las pruebas y examinaron las cajas negras de ambos rodados por Bluetooth.
Así fue que descubrieron que, además del fallo del camión, la camioneta carecía de la última actualización del software, que podría haber evitado el evento ya que detectaba 500 metros antes la falla del camión y le permitía tomar otras acciones como la de detenerse a un costado de la banquina.
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Una vez controlado el fuego, las grúas autónomas retiraron los vehículos de la carretera, luego los artefactos limpiadores ambientales remediaron y despejaron la ruta de escombros para restablecer el tráfico y liberarlo, circunstancia que ocurrió 75 minutos desde que se inició el accidente.
Las aseguradoras al recibir los informes periciales por celular satelital, iniciaron un proceso conjunto de liquidación del siniestro, distribuyeron las compensaciones entre las empresas aseguradas y los servicios que intervinieron, también indemnizaron al municipio que era concesionario de la ruta y a otros afectados por los daños.
Los trámites administrativos finalizaron dentro de las 24 horas cerrándose todas las actuaciones.
Este lamentable suceso puso de manifiesto los desafíos que enfrenta la conducción autónoma en condiciones climáticas extremas, generando interrogantes sobre la calidad de los controles de las unidades y su mantenimiento.
La autoridad central redactó una resolución normativa respecto a una mejora de seguridad en las computadoras centrales de los camiones.
El reporte concluyó que el caos y la tragedia también también pueden ser provocados por vehículos autónomos.
En una sección del informe se expresó que en tiempos antiguos situaciones similares donde existía la presencia de lesionados, policías, servicios de emergencia, propietarios de vehículos y cargas, asesores de seguros y aseguradoras minoristas solían generar numerosas demoras, sobornos y severas y costosas controversias.
El expediente oficial remitido al gobierno supremo indicó que la ausencia de humanos permitió que todo se resolviera de manera eficiente, económica y sin contratiempos.
Suena extraño, ¿O no?
¿Lo habías pensado?
¡Hasta la próxima!