SUPERAR UN ACCIDENTE

Escribo esto desde el hospital, recién operado de una grave fractura de tibia y peroné a raíz de un accidente de barranquismo de hace 3 días.

Cuando tenemos un “accidente”, sea físico, emocional, profesional o de cualquier ámbito, siempre supone un trauma en nuestra realidad, previsiones y bienestar.  De forma imprevista todo cambia y entramos en un tsunami de emociones y de factores a gestionar.

Este no es el primero que tengo en cualquiera de los ámbitos mencionados, y seguramente no será el último.  La vida misma comporta pasar por golpes u obstáculos no deseados de vez en cuando.  Por ello tengo claro que en estos momentos casi inevitables a lo largo de la vida, es cuando tenemos que sacar nuestra mejor versión.  Es cuando toca aplicar todo aquello que hemos ido aprendiendo y trabajando durante nuestra experiencia previa.  Y es cuando realmente cuenta tener y aplicar una actitud positiva ante los retos de la vida.

En estas situaciones, y ahora mismo desde la cama del hospital, tengo claros tres principios simples, pero claves, que forman parte de mi proceso y enfoque ante cualquier accidente.  Los comparto por si a alguien le pueden servir:

1)    ACEPTAR.  Que no es lo mismo que resignarse.  La realidad es la que es, nos guste o no.  Y no vale quejarnos , maldecir por lo que ha pasado, o gastar energías pensando en la pena y en cuan bien estaríamos si pudiésemos rebobinar unos minutos antes del accidente.  En la vida no se puede rebobinar, y pase lo que pase, nos llega una nueva realidad que debemos entender, asumir y aceptar, para ver qué podemos hacer a partir de ella.  Solo desde esta aceptación podremos liderar nuestro camino a partir de este “accidente”

2)    CONFIAR.  En la nueva situación, hay muchas cosas que no dependen de nosotros, y no podemos desgastarnos o tener ansiedad por lo que no podemos controlar.  Toca confiar en el proceso, en nosotros mismos, en las personas clave (médicos, socios, amigos, parejas, etc.), y en que todo irá a mejor.

3)    HACER BIEN TU PARTE:  Hacer lo mejor posible que depende de ti.  Ante las incertidumbres, cambios bruscos, accidentes y situaciones complejas, tenemos que buscar la estabilidad en nosotros mismos.  Ahí no podemos fallar.  Está bien confiar y dejarnos ayudar, pero no podemos delegar la parte esencial que sí depende de nosotros.  Tenemos que ser unos “Killers” en la superación de esa situación sobrevenida.

En el caso que ahora me afecta, estoy convencido de que aplicando estos tres puntos a fondo, me recuperaré totalmente y mucho más rápido de lo que los mismos médicos estiman.  Y pronto estaré de nuevo haciendo el cabra por el monte, conectado a las aventuras que tanto me apasionan y forman parte de mi vida.

Nadie desea un accidente, y por mucho que nos digan que será otra oportunidad, sabemos que es una trastada enorme.  Pero si en lugar de tratarlo como un problema lo vivimos como un reto, todo cambiará.  Conectaremos con la parte positiva, con el sentido que le sabremos encontrar, con las oportunidades que conlleva, con los aprendizajes e, incluso, con la ilusión por superarlo.

Un accidente o trauma sobrevenido se puede vivir como una víctima o como un luchador.  Eso determinará nuestra conexión con la vida a partir de ese punto, y solo depende de la actitud que escojamos.

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