TÉCNICAS PARA HABLAR EN PÚBLICO PARA LÍDERES
El arte de hablar en público es una técnica que conlleva mucha práctica y trabajo detrás, pero que, una vez maestrada, puede darnos muchísimo poder de influencia.
No es lo mismo una persona que habla de manera confiada, tranquila y con un buen lenguaje corporal, que alguien que se muestra muy nervioso, no mantiene el contacto visual con la audiencia o habla muy bajito.
La diferencia es clara y, es por eso que, con tal de ser exitosos, los buenos líderes deben tener unas buenas habilidades para hablar en público. Esto les permitirá comunicar su mensaje con claridad, transmitir valores y motivación e influenciar a los demás.
"Siempre hay tres discursos por cada discurso que das: el que practicaste, el que diste y el que te hubiese gustado dar." – Dale Carnegie
Pero, ¿cómo podemos mejorar esta técnica? Hoy, repasamos algunos elementos más importantes a tener en cuenta cuando se trata de hablar en público con tal de poner en práctica estas aptitudes, trabajarlas y dominarlas.
Conocer a la audiencia
En vez de realizar un discurso desde tu punto de vista y vendiéndote a ti mismo o a tu producto, deberías ponerte en los pies de la audiencia. Plantéate qué es lo que les puede interesar a ellos de tu mensaje, cuáles son sus preferencias, qué tipo de comunicación debes emplear con ellos. Hay gente que preferirá un discurso más cercano y otros más profesional. Si consigues ponerte en su papel y adaptar el mensaje acorde con ello, conseguirás que confíen más en ti y, por lo tanto, crean en tu mensaje.
Respiración y tempo
Aprender a respirar correctamente y a mantener un tempo de discurso adecuado puede parecer una tontería, pero en verdad es algo que influye mucho en la impresión que vamos a dar y en el impacto que tendrá nuestro mensaje. Cuando alguien habla demasiado rápido y respira de manera acelerada, por ejemplo, transmite nerviosismo e incluso ansiedad, cuesta de entender. Lo mismo ocurre con aquellas personas que hablan muy lentamente y de una manera monótona, que transmiten aburrimiento y provocan la pérdida de atención de la audiencia.
Hacer ejercicios de respiración antes de hablar en público y practicar tu discurso puede ser de gran ayuda; te mostrarás más relajado y confiado y tu mensaje se transmitirá de una manera mucho más clara.
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Contacto visual
Mantener un buen contacto visual con los miembros de la audiencia les dará la sensación de estar manteniendo una conversación contigo, lo que aumentará su concentración y atención. Pero, ¡cuidado! Asegúrate de no fijarte únicamente en una persona y/o ir mirando hacia los lados de vez en cuando, con tal de no dar una sensación de intimidación.
Lenguaje corporal
El movimiento adecuado y harmónico de las manos, brazos y piernas ayuda a expresar más que palabras con nuestro discurso. No sólo debemos centrarnos en lo que decimos verbalmente, sino en aquello que transmitimos también a través de nuestros movimientos. Tu lenguaje corporal debería ser harmónico e ir acorde con el mensaje (además de tener muy en cuenta las diferencias culturales que nos podrían jugar una mala pasada). Si así lo hacemos, el lenguaje no verbal aumentará la credibilidad y confianza del público tanto en nosotros como en lo que estamos diciendo.
Uso de experiencias personales / humor
A la gente le encanta escuchar historias personales y anécdotas divertidas. Utilizar ambas en nuestro discurso nos puede ayudar muchísimo a captar y mantener la atención del público. Aunque estés dando un discurso profesional, puedes intentar incluirlas en la medida de lo posible. Una vez más, sea lo que sea lo que vayamos a contar, debemos asegurarnos antes de las posibles diferencias culturales y de conocer bien a la audiencia, para así evitar malentendidos. Aun así, el storytelling y el humor nos hace más humanos y cercanos ante la audiencia, que sentirán una mayor conexión y confianza con nosotros.
"Peparar una presentación sin el público en mente es como escribir un discurso de amor empezando con: “A quién le pueda interesar”." – Ken Haemer
Por último, en el caso de acompañar tu discurso con una presentación, asegúrate de que sea la adecuada. Hay muchos elementos a tener en cuenta a la hora de crear una presentación; los colores, la letra, el tamaño y cantidad de texto, las imágenes… Si crees que no es necesaria o que va a estorbar, no la utilices. Y, si lo haces, asegúrate de que no te quita demasiada atención a ti (que deberías ser el centro del discurso) ni distrae a los oyentes.
Hablar en público no presenta la misma dificultad para todos; hay gente que tiene un don natural para hacerlo y otra que deberá trabajarlo más. Sea como sea, a todos se nos puede dar bien si practicamos y tenemos en cuenta los consejos anteriores.
Una cosa está clara: para ser influyentes, convincentes y creíbles, debemos dominar este arte. No se trata de una simple comunicación lineal, sino de conectar con la audiencia, hacernos entender y conseguir transmitir seguridad, claridad y confianza.
Teresa Talavera