Talento Humano: Ni recurso, ni capital, ni inversión.
Nunca me ha gustado la frase “Retener Talento”.
Leo muchos artículos y veo gran cantidad de imágenes haciendo alusión a la importancia y necesidad de “Retener el talento” para seguir aprovechando sus cualidades, habilidades y virtudes. Se menciona que es uno de los “activos principales” de toda empresa y que las personas con mayor talento son las más demandadas por el mercado laboral.
Si bien es una visión muy compartida en nuestros días, en lo personal la considero muy fría, insípida, como si la finalidad de dicha retención sea maximizar el retorno de inversión por contratación. Si compartes esa visión déjame decirte algo: El talento NO es propiedad de la empresa. No es un “activo” más del que puedas disponer como dispones de tu efectivo o capital.
El talento va más allá de una inversión, una transacción o una adquisición. Mantén en mente siempre que lo que tú llamas “talento” son personas con características de personalidad únicas; con sueños y metas propios; con experiencias y objetivos individuales.
Sería totalmente irresponsable pensar que nuestros colaboradores son un engrane más que debemos cambiar cuando se rompa.
No, el talento no puede retenerse.
Lo que sí se puede hacer, es cuidarlo, fidelizarlo, enamorarlo. Está comprobado que las personas más comprometidas son las que se sienten orgullosas del lugar donde laboran; las que se sienten parte del equipo y las se sienten retribuidas no solo económicamente, sino emocionalmente también.
De otra manera, ten por seguro que tu índice de rotación de personal seguirá aumentándose.
Recuerda: No somos ni un recurso, ni un capital ni una inversión. Somos personas con capacidades diferentes, las cuales laboramos por objetivos personales. Es tu labor encontrar la forma de dirigir sus objetivos personales hacia objetivos compartidos y así avanzar juntos hacia una meta en común.
Es hora de que te preguntes: ¿Ves a tus colaboradores como “recursos” o como personas? ¿Qué estás haciendo para fidelizarlos a tu empresa? y ¿Realmente se sienten orgullosos de ti y del lugar en donde laboran?
Gamaliel Torrecillas