¿Te imaginas perder el acceso a tu cuenta de LinkedIn de un momento a otro?

Eso me sucedió recientemente y quiero compartir las valiosas lecciones que aprendí de esta experiencia.

Un día, intenté acceder a mi cuenta de LinkedIn y me encontré con un bloqueo inesperado. La plataforma pensó que mi perfil era falso y, sin previo aviso, me bloquearon el acceso.

De hecho si intentabas buscarme, mi perfil no aparecía en el buscador; Averiguando de este suceso con otros, me dijeron que las posibilidades de recuperar mi cuenta eran bajas.

Además, las políticas de LinkedIn no permiten crear una segunda cuenta, fue entonces que investigué otras plataformas para continuar mi travesía digital.

Afortunadamente, logré contactar con el soporte de LinkedIn y, tras unas semanas de espera, recuperé mi cuenta. Pero, ¿a qué voy con todo esto?

Esta situación me hizo darme cuenta de algunas cosas y acordarme de otras que ya sabía y aquí, te las quiero compartir:

1. Las redes sociales no son nuestras: Creemos que los seguidores y los MG que recibimos nos pertenecen y son de nuestra propiedad, pero en realidad, pertenecen a los dueños de las plataformas. Que en dicho caso, si hacemos algo que no se adapta a sus políticas, ya sabemos lo que puede pasar...
2. Diversificar es clave: Estar presente en varias redes sociales tiene ventajas. Te permite moverte entre plataformas, entender sus particularidades y no depender de una sola fuente de visibilidad.
3. No temas volver a empezar: Durante el tiempo que estuve sin LinkedIn, tuve que adaptarme y explorar otras plataformas. Esta situación me recordó la importancia de la acción inmediata y la adaptabilidad en cualquier entorno. Y no solo me refiero a los digitales, esta idea se puede llevar a la cotidianeidad perfectamente. Hay que sacarnos el miedo al famoso "Costo hundido".
4. Valorar lo que tenemos: Perder el acceso a una red social no es la muerte de nadie, pero me hizo reflexionar sobre cuántas cosas damos por sentadas en nuestra vida diaria. Es un recordatorio de la importancia de ser agradecidos por lo que tenemos y apreciar cada recurso. Y de nuevo, no solo me refiero a lo digital.

¿Has vivido una situación similar o tienes alguna enseñanza que agregar? ¡Déjame saberlo en los comentarios! Me encantaría conocer tu experiencia.