¿Te puedo llamar...?

¿Te puedo llamar...?

No sé a ti si te pasa, pero desde hace un tiempo, antes de una llamada, recibo un WhatsApp para preguntarme si me pueden llamar.

 

En mi caso, a todos aquellos que me escriben para hacerme semejante pregunta, se quedan sin respuesta, pues tengo silenciadas las notificaciones del móvil, bueno incluso el propio móvil.

 

Lejos de que soy de otra generación y prefiero llamar y que me cuelgues si estás ocupado, en lugar de andar con mensajes y esperando una confirmación, de esto no te quiero hablarte hoy, no voy a meterme en este jardín de si molestar o no molestar, de si mensaje o llamada, de si respetar la intimidad y todas esas tontunas.

 

Lo que realmente te quiero contar hoy es mi propio experimento sobre la gestión de la usabilidad del móvil vs. la productividad.

 

Te pongo en antecedentes. 

 

Soy una friki de la reducción de tiempos. Mi cabeza se pasa el día pensando en reducir segundos de cualquier actividad rutinaria y repetitiva que se de en mi vida. 

En efecto, es agotador, a ver si inventan un on/off para apagar la cabeza jajaja.

 

Esto implica que no se me da mal eso de gestionar minutos, pero últimamente he notado que la usabilidad del móvil se me está yendo de las manos. Me he dado cuenta que necesito desconectar de lo que estoy haciendo y mirar cualquier chorrada en Pinterest (es mi red favorita).

 

Decidí hacer un experimento.

 

Dejar el móvil en otra habitación que no es en la que trabajo.

 

¡Buah! qué de chorradas se te pueden llegar a ocurrir para buscar una excusa y no separarte de él:

 

  • ¿y si me llaman del cole?, qué madre tan irresponsable…
  • ¿y si me llama un cliente?, qué pensará si no le atiendo cuando me necesita…
  • ¿y si me llama un potencial cliente?, puedo perder la oportunidad de mi vida…
  • ¿y si me llama mi madre?, se va a preocupar porque no se lo cojo o peor aún, ¿y si es que le ha pasado algo a ellos?

 

Es horrorosa esta esclavitud y la de tiempo que nos roba y dejar de hacer lo realmente importante….

 

¿Cómo salió el experimento?

Pues fenomenal.

Lo que me había planificado lo acabé, además de sentir de nuevo la sensación de estar focalizada, haciendo lo que de verdad tenía que hacer y con una sensación de absoluta satisfacción por el trabajo realizado.

 

Cuando a las 5 horas recogí el móvil: ¡SORPRESA!, no se había acabado el mundo 😉. 

Dos llamadas, 15 memes de mi padre y un mensaje de Amazon para decirme por dónde va mi paquete. 

Ninguna llamada era de las que me daba miedo perderme.

 ¿quieres conocer cuáles son tus ladrones del tiempo a parte del teléfono y el correo electrónico?

 Aquí te dejo una pista unos tips.

 

Si quieres investigar más, ya sabes, me escribes y ya te contestaré cuando esté en mi hora de responder correos y llamadas.

 

#AQUÍMISMO

 

Mejor aún, reserva una reunión conmigo y dejaré todo para atenderte 😉.

 

P.D. Todos tenemos las mismas horas al día, en serio, hay otra manera para que llegues a todo lo que te propongas, sólo hay dos obstáculos, que te hayas planificado demasiadas cosas o que seas de los que vas solucionando según te vaya llegando.

Gracias!

 

 


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