Tengo que confesar que me estoy quedando atrás
El último mes del año puede ser un balde de agua fría, si como yo, aún tienes metas que no has alcanzado. Hablo de aquellos objetivos que nos hemos propuesto el año pasado y que aún no hemos cumplido.
Y otra vez ha llegado diciembre, el tiempo sigue corriendo, la Navidad, un Nuevo Año cada vez más cerca, tú y yo, que aún estamos en el mismo lugar.
Y no sé como será para ti, pero a mí me cuesta muchísimo dejar de pensar en todas esas veces que tuve la oportunidad de hacer algo y elegí procrastinar.
En estos días, este es el tema principal de las conversaciones que tengo conmigo misma.
A los fines de derrotar estos pensamientos tan extremos, trate de convencerme de que yo elijo mis tiempos, de que no importa la meta, de que mi única competencia soy yo y que lo más valioso que tenemos es el camino. No siempre ayuda, es difícil hackear los argumentos derrotistas.
Pero, hay algo que sí me ha ayudado y hoy lo quiero compartir contigo: leer a Oysho.
Oysho es un autor que he conocido este año, con ideas radicales sobre la sociedad y la educación, que sinceramente me han dejado entusiasmada.
Necesitaba leer un libro así, tener un espacio para recordar que lo único que tenemos es el presente y que si nos olvidamos del hoy, pues estamos perdidos. De nada sirve deambular entre nuestros arrepentimientos del pasado y las ilusiones del futuro, días que han muerto y días que podrían no llegar.
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Como regalo de Navidad, quiero dejarte dos o tres ideas, que me han ayudado a vivir un poquito más en el presente:
“Lo único que existe es el hoy, el único tiempo en el que existes y el único tiempo en el que vas a existir nunca es ahora. Si quieres vivir, tendrá que ser ahora o nunca”.
“La sociedad te vuelve ambicioso. Desde tu más tierna edad en el colegio, te inculcan la ambición, te envenenan: sé rico, sé poderoso, sé alguien importante. Nadie te dice que ya tienes la capacidad de ser feliz. Sin embargo, todos te dicen que solo podrás ser feliz cuando cumplas ciertas condiciones: cuando tengas dinero suficiente, cuando tengas una gran casa, cuando tengas un gran coche o lo que sea…, entonces, podrás ser feliz. La felicidad, en cambio, no tiene nada que ver con todo eso. La felicidad no es algo que debas alcanzar”.
“Deja a un lado todos esos ideales que están creando un enfrentamiento dentro de ti. Eres como eres, acéptalo con alegría y agradecimiento. Y, de repente, sentirás que hay una armonía: tus dos seres, el ser ideal y el ser real, ya no estarán ahí para pelearse. Se fundirán y se convertirán en uno.”
Para Oysho, la felicidad está dentro de nosotros y no necesitamos cumplir ningún requisito para obtenerla. Solo debemos mirar hacia dentro, resolver nuestro propio misterio y entender que somos valiosos por el hecho de existir.
No digo que no tengas objetivos y vivas de la naturaleza. Yo quiero seguir conservando mis metas, cumplirlas en 2025 y tener satisfechas mis necesidades materiales, pero, es necesario estar presentes, agradecer lo que ya hemos logrado, lo que somos hoy y disfrutar de los que nos acompañan sin tantas pretensiones.
¡Te deseo una Navidad acompañada de las personas que amas!
Y por supuesto, espero que esta edición te haya ayudado a valorar un poquito más de tu presente, ¡hasta la próxima!
Redactor web SEO / Copywriter
5 díasGran reflexión Marina! Me resuena la parte de la ambición y cómo nos enseñan para siempre querer más. Al final, el éxito es subjetivo y mientras estemos cómodos con lo qué hacemos y no vivamos solo para trabajar, podemos sentirnos bien con nosotros mismos