Terremotos y webs que suman ventas
Lo recuerdo como si hubiera sucedido ayer.
Siete y algo de la tarde. Pleno mes de enero en Santiago de Chile.
Mis pies descalzos reposan a lo largo de un futón rojo que hace las veces de sofá. La jornada ha sido calurosa y apenas hace unos minutos que disfruto del ansiado descanso.
Un ruido extraño, una especie de chasquido persistente, interrumpe mi momento.
El picaporte de la puerta de la calle comienza a vibrar. A continuación, lo hacen los ventanales del salón. Acto seguido, la televisión de plasma, que avanza a pequeños saltos, amenaza con tirarse del mueble donde reposa.
-¿Qué es esto?, ¿qué está pasando? -pienso. -¡Mieeerda, es un terremoto!
Corro a abrir la puerta de la entrada.
-Si se descuadra el dintel y no puedo salir de aquí estoy jodida- me digo.
Las opciones eran dos: tratar de no quedar atrapada dentro del piso o frenar el acto suicida de la televisión. Opté por la primera.
Mi vecina de enfrente, en un arranque de desesperación, apretó cachete (como dicen en Chile) y se abalanzó como loca escaleras abajo.
Y ahí estaba yo, tratando de mantener la calma bajo el marco de la puerta, a punto aferrarme al padrenuestro (y mira que tengo mis dudas sobre el de ahí arriba, ¿eh?) a la espera de que todo aquello pasara.
Fue un minuto y medio, quizá dos, pero a mí se me hizo media hora.
Temblor de 6,3 grados en la escala Richter con epicentro en el puerto de Valparaíso, dijeron en las noticias. (A partir de 7 se considerada terremoto).
Fue el primero de muchos.
"Es lo que tiene este país, que es sísmico", repiten como si nada los chilenos.
Y es que con el tiempo (casi) te acostumbras, e incluso le coges el gustillo. Que la tierra se mueva bajo tus pies se convierte en parte de la rutina.
-Otra vez está temblando- escuchas un noche cualquiera a tu pareja y, tú, ni te mueves de la cama.
-Ya pasará- le susurras somnolienta mientras te acomodas la almohada.
Pues algo parecido es lo que ocurre con tu producto o servicio. Webs como la tuya, hay cientos. Productos o servicios similares, también. Y, claro, al final, el cliente se acostumbra a leer los mismos textos, las mismas expresiones, parecidas propuestas.
Lamento decirte que si no consigues que tu oferta provoque un remezón en tus clientes, si no logras que lean tu página de ventas y digan “esto está hecho para mí”, te convertirás en uno más. Pero eso no es todo, además se lo estarás poniendo en bandeja a tu competencia.
Serás un negocio más que habla de lo bueno que es su producto y de lo bien que trabaja su gente. Que si tenemos un equipo multidisciplinar, que si el secreto del éxito reside en el esfuerzo, bla, bla, bla.
En fin, lo que dicen todos.
Otro temblor más y los negocios que venden son aquellos que provocan terremotos. Esos que conectan con sus clientes y consiguen que hagan clic en el botón de compra.
Si quieres diferenciarte de tu competencia con una propuesta de valor única y unos textos que impacten y sumen ventas, solo tienes que decírmelo.
Me escribes y le damos ritmo a esa web.
P.D. En otra ocasión, la tierra empezó a crujir mientras entrevistaba por teléfono a un científico argentino. Me había costado mucho conseguir el contacto y mi tema iba en portada. Pues no me moví de mi asiento, al fin y al cabo era otro temblor, y de esos en Chile tienen colección.
Departamento de Marketing-Copywriter
4 añosSí, tiene que generar algún tipo de sentimiento, que transmita interés y conexión 👏
Copywriter y redactora web para el sector sanitario - Palabras que llenan tu consulta.
4 añosMe encanta esta frase de tu artículo: "los negocios que venden son aquellos que provocan terremotos" Es tan importante diferenciarse de la competencia como conectar con el cliente. Si una web no consigue "mover el piso" de quien entra, ya está tardando en cambiar de estrategia...
Periodista Comunicaciones Externas | Producción audiovisual | Producción Periodística| Comunicaciones Estratégicas
4 años¡Me encantan tus textos!