Textura, foco y composición

Parte del proceso creativo a la hora de llevar a cabo una fotografía artística, consiste en pensar qué tipo de textura se quiere para la imagen. Por ejemplo, en una imagen analógica se podría decidir si tendrá grano por la técnica de la emulsión de haluros de plata, ya sea porque se decide hacer un proceso de fotografía y revelado en blanco y negro analógico o, ya sea, porque se quiere simular (ej.: pretender que el espectador absorba que es una imagen vintage).

Se decidirá también el foco, ya que, no es lo mismo que esté en primer, segundo o tercer término. Y junto a la decisión de dónde está el foco también va ligada la nitidez (parámetro que se debe analizar a conciencia para definir dónde está el foco).

Otro parámetro importante es definir la apertura de diafragma según necesidades. Por ejemplo, si se rompe el fondo, la apertura no será un diafragma medio: número f, 5,6, 8, 11 o similar. Será un diafragma abierto.

Además, si la intención es crear algún tipo de barrido, la velocidad de obturación no será alta.

Es importante, elegir la óptica apropiada. Se tendrá que especular sobre ello, previamente, y definir después lo que se considere más efectivo para nuestra obra. No es lo mismo un angular, que un objetivo normal, un tele o un ojo de pez.

Las formas y líneas conducen al espectador en la dirección que el fotógrafo desea. Por eso, es importante pensar si predominan, por ejemplo, los volúmenes, o las diagonales del suelo, las líneas y, una vez analizado todo esto, se tratará de jugar con ellas en nuestra creación visual.

Siguiendo con los conceptos importantes que se deben tener en cuenta, y alineados con el párrafo anterior, pondremos el énfasis, ahora, en los puntos de fuga.

Por ejemplo, si los hubiese, los puntos de fuga serían los que se forman con las líneas del suelo. Es importante observar si existe en una imagen algún punto de atención reseñable, por ejemplo, si la imagen tiene perspectiva, equilibrio y simetría en la composición.

El movimiento suele venir marcado por las figuras en la escena. A veces, a pesar de tener movimiento, la imagen es estática. Todo esto viene marcado, a su vez, por el encuadre.

Cuando no es una imagen paisajística, muchas veces se tratan las emociones del momento.

Llegados a este punto cabe reseñar, también, el punto de vista desde el que se quiere que llegue la imagen, por ejemplo, el punto de vista puede ser el de un espectador (objetivo). Entonces, se cumplirá que la cámara está a la altura de los ojos y que ha sido tomada de manera frontal.

A continuación, se enumeran otros parámetros importantes para que cuando se decida la fotografía que se va a llevar a cabo el resultado final sea profesional porque se haya tenido en cuenta todo lo anterior.

Composición y formato de la imagen, por ejemplo, puede ser un formato 35 mm con un tamaño de imagen mediana y un encuadre (cuadro) vertical.

En ocasiones, la ampliación es un formato personalizado por la artista. No es estándar. Este tipo de parámetros, se deciden a menudo en función del tipo de objetivo.

La distribución de los elementos puede ser totalmente pensada (ej.: bodegón) o que dependa de una escena viva (no controlada). Esta distribución, sea como sea, tendrá diversos puntos de interés que afectarán a la percepción final de la imagen, así como, al lugar en que se concentre la mirada del espectador, cuando barra la imagen, en determinados puntos, etc.

En esa distribución de los elementos se trata, muchas veces, de seguir la regla de composición de los tercios. Cuando esto ocurre se consigue que el espectador ponga el foco en los 4 puntos de interés principales.

Además, la relación entre forma y fondo no siempre es homogénea, por eso, se debe observar y analizar, previamente, antes de realizar el disparo definitivo.