Titulo: Venezuela: anarquía, desorden y caos.
Autor: Iván Duin-Obregon.
Bajo la lluvia.
El estado Venezolano actual se caracteriza hoy día por el desorden, el caos, la confusión, por las marchas y contra marchas del ejecutivo y del judicial, pero por sobre todas las cosas por la ausencia de una autoridad legitima que organice y ordene la situación en cuestión, es decir, no existe un individuo, partido político o grupo al cual el país respete lo suficiente y se obedezca en lo mas mínimo, sino que por el contrario prima un estado de caos. Generalmente en la historia un contexto de anarquía, como el que reina en Venezuela, aparece tras la sucesión de algún hecho concreto que provoca una crisis y alzamiento generalizado del pueblo contra el poder de turno, el cual termina por abandonar el gobierno a la fuerza. Pero no en Venezuela donde el régimen cubano que trata de imponer al venezolano su doctrina político - social que promueve por sobre todas las cosas, la supresión total de libertad individual de las personas, la sumisión total del estado venezolano al colonialista comunista cubano, la eliminación de la propiedad privada como derecho inalienable del ser humano y a la democracia como forma de gobierno ideal.
Propone el gobierno una Asamblea Nacional Constituyente, ilegal de paso, donde trae la oferta de un contexto político donde no habrá mas jerarquías socio- económicas ni políticas, que las impuestas por los corsarios comunistas cubanos, con control social, sin división de poderes y sin autoridades venezolanas que sean capaces de imponerse a estos individuos, que gozaran de libertad absoluta para proceder a hacer lo que les de la gana en Venezuela (mas de lo que han hecho hasta ahora). Pero el régimen de Maduro ha fallado en la garantía de servicios básicos, ha perdido el control físico del territorio Venezolano en reclamación (el territorio de Guyana), sufre de erosión de la “autoridad legítima” en la toma de decisiones, es incapacidad para suministrar servicios básicos, cada vez se le hace mas costoso el interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional. El régimen asesino, comunista y narcotraficante de Maduro se caracteriza por el fracaso social, político, y económico total, por tener un gobierno tan débil e ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones del territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, así como una marcada degradación económica.
En un sentido amplio, el Estado Venezolano actual es ineficaz, teniendo sólo un control nominal sobre su territorio, sostenido por sus grupos armados formales e informales desafiando directamente la autoridad del Estado (aunque parezca contradictorio), que los estimula a diario para que comentan delitos, robos, asesinatos, amenazas, etc. para mantener a la población en estado de miedo permanente, los vínculos del gobierno con el narcotráfico son públicos y notorios y llegan hasta la cúpula del régimen, la corrupción extrema, un extenso mercado informal, una burocracia inoperante e impenetrable, la ineficacia judicial, y a la interferencia militar en la política son el detonante de la peor crisis económica que vivido Venezuela, quizás, en toda su historia. Un régimen asesino, comunista y narco que no es efectivo, y no tiene ni la mínima intención de aplicar sus leyes de manera uniforme ni con justicia, donde las leyes se usan para apresar a los ciudadanos que difieren del pensamiento colectivista castrante que le quieren imponer a la nación registrando por ende, las tasas de criminalidad van en un aumento diario con el uso ilegal de grupos para militares, conocidos como los colectivos, que se usan para amedentrar al pueblo de forma violenta y sin remordimientos, con corrupción política extrema que comienza en los mas altos lideres del régimen y va hasta el mas humilde de los empleados publicas, un mercado económico nacional informal estimulado por el mismo régimen y su equivocada política económica, una interferencia diaria de los militares en la política donde se atesoran los poderes civiles y estatales, algunos militares tienen un poder político muy superior al algunos miembros del propio Gobierno.
Tengo fe en que la Democracia como sistema de gobierno, la separación de poderes, la justicia, la igualdad de oportunidades, el derecho a la propiedad privada surgirán triunfantes y aniquilaran esta revolución, que no es mas que el engaño populista de un grupito de vivos, que vendieron una utopía a una nación para ellos enriquecerse y completar sus sueños mojados de libertadores frustrados, y que en el camino esquizofrénico por donde se fueron, acabaron con el país, con su sociedad y con las esperanzas de su gente. Pero lo que si es cierto es que si la oposición establece la transición debe adoptar inmediatamente, la salida total de los máximos personajes del régimen del gobierno, establecer juicios de repatriamiento de capitales, y enjuiciar la cúpula asesina, política y militar, de la dictadura. Jamás los venezolanos debemos creer útil o conveniente dejar con vida una parte siquiera del defectuoso sistema actual, bajo el que la madre Venezolana gime y llora por sus hijos muertos o por la frustración de no poder curar a su hijo enfermo, o alimentar al hijo que tiene en casa o por no poder ver a los hijos que partieron a diferentes países buscando el futuro que el régimen de Maduro le niega. Los jóvenes de la resistencia habrán exigir respeto a ejercer su peso, a cobrar su esfuerzo minuto a minuto, como uno de los protagonistas de esta desigual lucha y sobre los acontecimientos futuros aprovechar su influencia, inteligencia, energía e intransigencia; para que sus esfuerzos nunca resultaran estériles, ni inútiles, y recuerden tanto mas libertad individual exista y menos cantidad de gobierno prolifere, menos comunistas, asesinos y narcos existirán en la nueva sociedad y menos chance tendrán de retornar al poder. Habrán realizado una obra grande, porque el progreso humano se mide precisamente por la disminución del gobierno y por la libertad individual.