TODO ES CUESTIÓN DE ACTITUD PARTE II
Continuando con la historia de José, esposo de María, podemos notar cómo su fe en Dios le ayudó a confiar en el mensaje del ángel, quien le dijo que el bebé que esperaba María provenía de la obra del Espíritu Santo. La actitud que tomó José ante esta noticia, determinó su rol en la obra de la crianza de Jesucristo.
Si analizamos la actitud de José ante semejante proposición divina, podremos sacar tres lecciones para nosotros. Primera, José estuvo dispuesto a aceptar la voluntad de Dios sin importar las consecuencias. Él podría haber dicho: ¿y qué van a decir mis familiares, vecinos, miembros de la iglesia y amigos cuando vean que María está embarazada? ¿No hay otras parejas en Nazaret? ¿Por qué nos escogiste a nosotros? ¿Qué habría pasado si José hubiese dicho “yo no quiero ser parte de ese plan”? Yo no sé, lo que yo sí sé es que José era un hombre de Dios y aceptó la voluntad de Dios en su vida. ¿Estás dispuesto a aceptar la voluntad de Dios en tu vida? ¿Qué es eso que Dios te está pidiendo que hagas y que tú crees que no tiene sentido? ¿Qué actitud tienes hacia lo que es la voluntad de Dios? Ojalá que puedas decir como José, “Señor, lo que Tú me pidas, eso haré”.
Segunda lección, necesitamos aprender a cuidar de otras personas. José se menciona muy poco en la Biblia. Él no es el centro de la historia. Él tiene simplemente una misión, la de cuidar a María y al niño Jesús. Humanamente hablando, él podía haber dicho, “yo no tengo compromiso todavía con María, ¿por qué tengo que casarme con ella?”, “Yo no soy el padre de ese niño, ¿por qué tengo que cuidar a un niño que no es mío?” José tuvo una actitud positiva y decidió cumplir su misión de cuidar a María y al niño Jesús. Cuando Dios nos llama para que atendamos a los necesitados que están a nuestro alrededor, ¿cómo reaccionamos? Tal vez decimos “no tengo tiempo”. ¿Cuándo fue la última vez que llamaste a un ser querido para preocuparte por él o ella? ¿Tal vez fue a tus padres que están en un asilo de ancianos porque no tienes tiempo de atenderlos? José puso a un lado todos sus planes y cumplió la misión que el Cielo le había encomendado. Jesús dijo, “por cuanto lo hiciste a uno de estos mis pequeñitos a mí lo hiciste” (Mat. 25:40).
Tercera lección, tenemos que aprender a dar lo que sea por Jesús. José lo dio todo a Jesús. Él no sabía que tendría que mudarse a otro país para poder salvarlo. Él no sabía que tendría que separarse de sus familiares y del pueblo en donde había nacido para poder ayudar al niño y a María. Él no se imaginaba jamás todo el tiempo que le demandaría cuidar al niño Jesús y a María, pero lo dio todo porque amaba a Dios y creyó en la misión que el Cielo le había encomendado.
¿Estamos nosotros dispuestos a darlo todo por Jesús? ¿Qué es eso que Dios te pide que le entregues y tú no quieres porque temes perder el control? ¿Tal vez Dios te pide que le entregues tus finanzas, tu corazón, tus talentos, un pecado acariciado? Lo que sea que Dios te está pidiendo, entrégaselo a Él, porque la recompensa que Dios te dará será mayor de lo que Él te está pidiendo. Si le das tu vida, Él te dará Vida Eterna; si le das tus finanzas, Él te dará calles de oro; si le das tu corazón, Él te dará un nuevo corazón. Vale la pena darle todo a Jesús.
¿No fue eso lo que Dios hizo por nosotros? Lo dio todo por amor. Juan 3:16 dice “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, mas tenga vida eterna”. Hoy en día tenemos la navidad porque Dios lo dio TODO por nosotros.
José muy temprano en su vida aprendió la lección de darle todo a Jesús. ¿Hemos nosotros aprendido a darle todo a Jesús? Dios permita que mientras buscas y compras regalos, pienses en la actitud de José hacia Jesús y decidas darle a Jesús el regalo de regalos, tu corazón.