Todo lo que necesitas saber para estimular el bienestar en el trabajo
Las actividades profesionales cotidianas ocupan gran parte del tiempo de las personas, correspondiendo en general, a más de la mitad de su día. Si el ambiente profesional es el lugar donde el trabajador dedica todo ese tiempo y pone su energía en favor del crecimiento de una empresa, nada más justo y productivo que proporcionarle condiciones favorables. En esta perspectiva, la estimulación del bienestar en el trabajo es fundamental
Implementar estrategias y acciones capaces de promover el bienestar en el trabajo son factores que tienden a tener impacto positivo en la manera en como el profesional ve a la empresa con la que labora y su propia actuación dentro de ella.
Por estas razones, el objetivo de este texto es presentar las condiciones, los factores y las prácticas involucradas en la promoción del bienestar profesional, para lograr su implementación.
Aprende lo que trae felicidad en el trabajo
Antes de descubrir los aspectos que están íntimamente relacionados con la estimulación del bienestar en el trabajo, es necesario saber lo que genera felicidad en las actividades profesionales.
Este conocimiento es importante porque posibilita el direccionamiento de las estrategias y de las acciones en busca de un ambiente de trabajo más sano y placentero. Éstas son algunas de las condiciones implicadas:
Me gusta lo que se hace
No es secreto para nadie que cuando no nos gusta algo, solemos reaccionar mal ante ello. Esta reacción negativa se manifiesta de diversas formas en las prácticas rutinarias, incluyendo el desempeño insatisfactorio de actividades relativas a aquello que no nos gusta.
En algunos casos, el hecho de no que no nos guste puede convertirse en un tipo de aversión, que puede tener consecuencias más serias. Hacer lo que nos gusta es un prerrequisito importante para desarrollar adecuadamente las obligaciones profesionales y ser feliz con ellas, propiciando el bienestar en el trabajo.
Quien hace lo que le gusta, en general, es más competente, aplicado, cuidadoso y proactivo en el desarrollo de sus actividades, y tiende a tener mayor motivación para trabajar.
Esas características profesionales positivas son ocasionadas por una razón bastante simple: ellas dan placer a quien las realiza. De este modo, el placer provocado por la actividad desempeñada, lleva a la persona a sentirse bien con lo que está haciendo. Esta sensación genera el deseo de realizar plenamente la tarea y la voluntad de repetirla siempre que sea posible o necesario.
Se engaña quien cree que hacer lo que le gusta en el contexto de trabajo se refiere sólo a haber acertado a la hora de escoger la formación para la carrera. Es claro que la profesión ejercida contribuye mucho a la satisfacción y la felicidad de la persona, pero eso no basta. El cargo y las responsabilidades del profesional también son fundamentales para el bienestar en el trabajo.
Por eso, el sector en que el funcionario está y el cargo que ocupa en la empresa en que trabaja son aspectos relevantes a ser considerados para la promoción de la felicidad en el trabajo.
Es muy común, por cierto, que el profesional se identifique con determinados sectores y un determinado cargo según su perfil, preferencias, habilidades e incluso experiencias anteriores.
Control de la agenda
Quien tiene la oportunidad de organizar sus quehaceres de su vida personal, queda más a gusto para estructurar sus actividades laborales de acuerdo con las exigencias de la empresa y conforme a las propias necesidades como trabajador.
Obviamente esa autonomía exige madurez del trabajador, que necesita ser capaz de enumerar las prioridades y distribuir de manera adecuada su tiempo.
El estar en el control de la agenda estimula considerablemente el bienestar del trabajador, ya que tiene la oportunidad de conciliar sus diversos quehaceres cotidianos. Esta organización favorece la estructuración de los compromisos profesionales de manera dinámica, sin dejar de considerar las especificidades que tiene el colaborador, tanto en el desarrollo de sus acciones en la empresa como en sus actividades fuera de ella.
Enfrentar nuevos desafíos
Una rutina estancada, en la que no existen situaciones estimulantes para el trabajo del empleado, es una invitación a la insatisfacción en el trabajo, que, consecuentemente, puede generar infelicidad.
Es bastante común, incluso, que grandes talentos con alto potencial sean desperdiciados al involucrarse en actividades que requieren poco de sus habilidades profesionales.
Por otro lado, estar ante contextos desafiantes, que demandan la actuación creativa del profesional, tiende a ser una condición muy alentadora para su desempeño en el lugar en que trabaja, contribuyendo a la expansión de la carrera y al bienestar en el trabajo.
Esto porque, cuando son desafiados, los profesionales son sacados de su zona de confort, yendo en busca de estrategias y soluciones que enriquecen su actuación.
Además, al ser desafiado, la persona tiende a ver su ejercicio profesional como un tipo de actuación relevante para el contexto general de la empresa, sintiéndose valorado por ella y confiado para realizar sus actividades.
Se trata de una forma bastante eficiente de, continuamente, da nuevos sentidos al trabajo realizado, condición que provoca satisfacción en hacer y alcanzar sus objetivos en la empresa.
Trabajar en una empresa que estimule a los empleados
Las empresas que más crecen son aquellas que piensan en sus empleados. Esto sucede porque son los colaboradores de una compañía los que la hacen existir. Luego, depende de ellos el éxito de la corporación.
Así, los profesionales que son valorados en sus ambientes de trabajo contribuyen más con ellos, aumentando su productividad y actuando favorablemente para la rentabilidad de la empresa y para el bienestar en el trabajo.
La valorización del funcionario se da, sobre todo, por el estímulo, o sea, por medio de aquello que anima y que lleva a la realización de algo. Esta estimulación puede ser hecha de diversas formas por la institución, como por medio de programas de promoción por mérito, premiación por desempeño o incluso por la implementación de iniciativas cotidianas que busquen la motivación del colaborador.
El tipo de estímulo a ser ofrecido a los colaboradores dependerá mucho del perfil de los empleados, así como de la política, filosofía y metas de la empresa. Lo importante es que los colaboradores estén siempre motivados a dar su mejor en la práctica profesional y también a buscar continuamente el crecimiento intelectual y personal, condiciones que auxilian en la promoción de la felicidad en el trabajo.
¿Cómo promover el bienestar en el trabajo?
Ahora que ya han quedado claras cuáles son las condiciones que contribuyen a que las personas se sientan felices en su ambiente profesional, es fundamental conocer lo que se puede hacer para promover el bienestar en el trabajo.
Aquí algunos consejos bastante eficientes y fáciles de implementar.
Ambiente de trabajo adecuado
Tener un lugar con condiciones de trabajo adecuadas no es sólo una forma de promover el bienestar en el trabajo, sino un requisito previo que la empresa debe proporcionar a sus profesionales.
Así, es fundamental que el ambiente organizacional sea estructurado con el fin de favorecer el desempeño del trabajo a considerar las especificidades de la función profesional y del trabajador.
Es esencial, también, que se suministren los recursos y equipos para que los colaboradores sean capaces de ejercer adecuadamente su función. En general, las condiciones necesarias abarcan estructuras, procedimientos, así como herramientas de seguridad, iluminación, temperatura, sonoridad, ventilación, asignación e higiene.
Estas condiciones deben considerar principios de la ergonomía, área científica que busca optimizar las relaciones entre hombre y máquinas a través de métodos y aplicaciones.
Además, es posible mejorar el ambiente de trabajo ofreciendo más comodidad y oportunidad de interacción a los empleados.
En cuanto a la disponibilidad de la empresa, se pueden crear espacios de convivencia y lugares de descanso, que se utilizarán, por ejemplo, en el horario de almuerzo. Iniciativas como éstas aumentan la sensación de bienestar.
Estimula la realización de actividad física
No es necesaria la recomendación médica para que la práctica de actividades físicas sea incorporada en la rutina de cualquier persona, principalmente por los innumerables beneficios que trae para la vida de los seres humanos, entre ellos, el combate al sedentarismo.
Por esta razón, estimular la práctica de actividades físicas debe ser una iniciativa continua de las empresas para promover el bienestar de sus colaboradores.
Hay varias posibilidades de ofrecer ese estímulo. La compañía puede promover programas dentro de sus instalaciones a partir de la contratación de profesionales especializados, lo que requiere algún espacio.
Otras alternativas son organizar o hasta patrocinar el desarrollo de actividades, como paseos en bicicleta, caminatas, u ofrecer un beneficio de actividad física a los colaboradores.
Ésta última posibilidad es muy viable para las empresas. Al adoptarla, la compañía no necesita preocuparse por la contratación de profesionales, disponibilidad y adecuación de espacio, o con la organización de eventos. Además, tampoco necesita firmar una asociación con varios gimnasios, concentrándose todo en sólo un beneficio que es igual para todos los empleados. Una solución mucho más simple y democrática.
Esto es porque existen empresas especializadas en la mediación entre la compañía y los gimnasios en los que los profesionales pueden hacer sus actividades físicas..