Todo se transforma… hasta la Transformación Digital

Paradoja: la transformación de la transformación. 

Verdad absoluta: lo único constante es el cambio. 

Problema: una de las debilidades principales en cualquier proceso de transformación es centrarse en un solo punto. Es como pensar que si se quiere hacer una silla mas baja, basta con quitarle unos centímetros a una de las patas. Seguramente quedará mas baja, pero solo en un extremo y cojeando de manera desesperante. Así pretenden muchas compañías entrar en la era digital. No solo aplicando "parches digitales" a lo largo y ancho de la infraestructura tecnológica, sino pensando que sólo es suficiente con centrarse única y exclusivamente en los CLIENTES como aquellos individuos u organizaciones a los que se deben y a quienes hay que satisfacer a como de lugar sin importar el resto de la humanidad. 

Pregunta: ¿pero no dicen que se deben enfocar todos los esfuerzos a la experiencia del CLIENTE?

Respuesta: la transformación digital es acerca de adopción. Nadie ni nada se transforma sin la voluntad de hacerlo. La adopción entonces se convierte en un pilar fundamental si en realidad queremos ser parte de esta revolución. Y la adopción no solo es por parte de los clientes. En general es por parte de las PERSONAS. Las personas aceptan, adoptan y aplican, sin esto es imposible transformarse, cambiar e impactar positivamente el negocio. Y cuando se habla de personas me refiero de cualquier impactado: desde el proveedor, hasta el cliente, pasando por los empleados, los accionistas y los ejecutivos. El gran error que cometen muchas organizaciones es pensar que solo con inyectar tecnología para satisfacer los clientes, se logra la transformación digital. 

Adicionalmente la transformación digital debe evolucionar hacia la genética digital. Es decir lograr un estado de modificación del ADN del negocio, en donde las tecnologías y las comunicaciones hagan parte fundamental de cada movimiento estratégico de la organización. No se trata de implementar soluciones para solventar problemas o de  modificar procesos y digitalizarlos. Se trata de lograr que la tecnología esté en el corazón del negocio, sin discriminaciones, sin exclusiones, así de sencillo. 

Alguien me dijo recientemente: “¿y como le voy decir a un cliente que hace tornillos que ahora su genética no son los tornillos sino lo digital?” La respuesta es muy sencilla: se debe recordar que la transformación digital no pretende cambiar un negocio por otro (aunque ha pasado). Pretende transformar el modelo de negocio apalancándose en la tecnología: ¿tornillos IoT? ¿Entregas usando drones? ¿Nuevos servicios disruptivos?

La transformación digital también evoluciona y no parará de hacerlo, es por eso que no me canso de repetirlo: no es un proceso o un conjunto de acciones, transformación digital es una CAPACIDAD que permite estar lo suficientemente preparados para los cambios que nos impactan en cada instante de tiempo. 

Mauricio Vargas - Transformación Digital y Productividad