Toma de decisiones al seleccionar
La vestimenta, la mirada, el tono de voz y sus gesticulaciones contrastan con lo que dice el CV (Currículum vitae) mientras en tu mente pasan sinnúmero de conclusiones que no puedes evitar. Miró hacia la derecha. Debe de estar inventando lo que está diciendo. Esas e incontables cosas pasan por tu mente mientras intentas ser totalmente imparcial y objetivo en el proceso. La realidad es que somos seres humanos y por naturaleza tenemos sesgos inconscientes en nuestras mentes y por más que deseemos evitarlos, están ahí.
Nuestros cerebros tienen una particularidad, y es que, la información que se va repitiendo él la va fortaleciendo en las redes neuronales para que eventualmente sea la vía de fácil acceso a la hora de tomar una decisión rápida. Hemos escuchado mil veces que si el individuo mira hacia la derecha es que esta mintiendo. Aceptamos esa idea como muchas otras sin siquiera investigar si es cierta, si tiene fundamentos científicos o no. Sabemos que el lenguaje no verbal nos puede ayudar a descodificar y acercar a unas ideas pero no son suficiente hasta que esas señales sean congruentes con hechos.
El Dr. Paul Ekman, psicólogo investigador que creó la teoría de las emociones universales, en su travesía a través del mundo identificó 7 emociones que eventualmente comprobó que la expresión facial de las mismas era idéntica en cualquier parte del mundo. En su libro, “Telling Lies” dice que aún teniendo base científica, él recomienda que no se tome una determinación de un gesto facial hasta que sea congruente con un comportamiento o conducta que lo sustente. Ekman ha sido perito en tribunales en Estados Unidos, ha trabajado para la CIA, FBI y el ARMY, identificando cuando alguien miente o qué emoción está expresando el individuo estudiado.
La razón por la que se recomienda que no tomemos juicio solamente por la expresión facial es porque ante eventos de estrés es cuando las microexpresiones se manifiestan como una disyuntiva entre el pensamiento y la emoción. Este motivo es extremadamente importante tomarlo en cuenta ya que al estar en una entrevista de trabajo la misma puede representar un gran reto por lo que puede ser natural que la persona exprese, involuntariamente, microexpresiones. Si eso sucede y no estamos consciente de ello, nuestro cerebro hará uso de sus atajos para ahorrar energías y llegar a conclusiones rápidas.
Si bien es importante conocer las microexpresiones y las distintas señales del lenguaje no verbal, más importante aún es conocer los distintos sesgos inconscientes que utiliza nuestra mente. A continuación detallo algunos de los sesgos cognitivos más frecuentes. No sin antes definir qué es un sesgo cognitivo. Es un patrón involuntario de pensamiento que causa errores de razonamiento, lógica y evaluación.
Sesgo de confirmación: Es la tendencia de buscar e interpretar una información con la intención de confirmar la idea preconcebida. Es decir, nuestra mente se va a agarrar del elemento más insignificante para comprobar una idea que ya teníamos formulada y que, como ni a nosotros ni a nuestro cerebro nos gusta perder, la fundamentamos como sea.
Sesgo de anclaje: Es la tendencia de confiar en la primera pieza de información ofrecida cuando tomamos decisiones. Nuestro cerebro es hábil ahorrando energías y ya inconscientemente tenemos unos anclajes establecidos que son como detonadores para llegar a conclusiones rápidas. Por lo regular son sesgos arraigados a la opinión popular. Por ejemplo; Si llegó tarde es un irresponsable.
Existen muchos más sesgos que estaremos compartiendo en otras publicaciones pero en esta vamos a concentrarnos en estos dos.
En el sesgo de confirmación está implícito nuestro deseo de ganar, de quedar bien, de confirmar que sabemos e inevitablemente, nuestro ego. Es trabajo difícil controlar nuestra mente ante nuestro propio ego. En estudios de neurociencias y economía, los monjes budistas tomaban decisiones con un segundo de atraso en comparación con economistas. Ese segundo de atraso permitió que los monjes tomaran mejores decisiones financieras que los mismos economistas. Para poder evitar o minimizar esa tendencia a tomar decisiones basadas en ideas preconcebidas, es importante tener mayor control sobre el pensamiento. La diferencia entre en los monjes y los economistas era la meditación diaria que practicaban los monjes.
En cuanto al sesgo de anclaje, es importante que hagamos un ejercicio de auto observación donde identifiquemos los distintos estereotipos que tenemos.
Para ambos casos se requiere dominio y entrenamiento para controlar la lluvia de pensamientos que nuestro cerebro envía a través de la mente. El sesgo de anclaje está bien arraigado a nuestro piloto automático. No tener dominio sobre los mismos puede representar un sinnúmero errores de selección que eventualmente se pueden reflejar en la productividad y eficiencia en el área de trabajo.
Auto: Joel Acevedo, CEO & Fundador de iQ Neuroscience Solutions