Toma de decisiones basada en evidencia y la pequeña y mediana empresa en México
México es la primera economía de habla hispana del mundo en términos absolutos. Desde hace unas décadas se ha convertido en un mercado sólido con crecimiento constante, desde 2009 el consumo privado interno no ha dejado de crecer. No obstante cabe preguntarse ¿Quién está captando este crecimiento del mercado interno?
Uno de los principales problemas de México es su concentración económica, demasiadas empresas micro y muy pocas empresas muy grandes. Mckinsey en un reporte de 2014 llamó a esto la economía de 2 velocidades:
· En México las grandes empresas van ganando en productividad mientras que las pequeñas pierden
· Las empresas pequeñas sólo tenían el 8% de la productividad de las grandes en 2014
· Los empleados de pequeñas empresas manufactureras fueron sólo un cincuentavo tan productivos como sus homólogos de las empresas grandes.
· Más de la mitad de las pequeñas empresas tiene problemas de acceso al financiamiento
· El sector productivo tradicional crece más que el sector moderno en términos de empleo
Esta situación responde a una multitud de obstáculos institucionales y otro tanto culturales. Estas mismas podrán también ser vistas como externas a las empresas y otras internas:
1. Obstáculos externos e institucionales:
a. Excesiva regulación
b. Esquemas de financiamiento extractivos
c. Prácticas monopólicas por parte de las empresas modernas
2. Obstáculos internos:
a. Toma de decisiones no basada en evidencia
b. Procesos comerciales/productivos informales
c. Procesos de contratación no profesionales
d. Baja remuneración
e. Falta de capacitación
Es una realidad que las empresas pequeñas poco pueden hacer frente a los obstáculos externos e institucionales, sin embargo existen varias estrategias para enfrentar aquellos obstáculos que surgen de sus procesos de operación y planeación.
Operación sin Planeación
Los pequeños empresarios se caracterizan por su fuerte sentido de la practicidad. Generalmente se trata de personas con gran energía y capacidad de acción. Muchos de ellos iniciaron en el mundo del emprendimiento de formas circunstanciales y otros tantos de forma intencional.
Se podría decir que a los primeros les cayó una oportunidad de negocios como aquella manzana que inspiró a Newton para plantear su teoría de la gravitación universal, los segundos fue su curiosidad e inquietud por emprender lo que los llevó a buscar una buena oportunidad.
Los empresarios de oportunidad, son personas que siempre han confiado en su intuición y experiencia para desarrollar su negocio. Los empresarios de voluntad, tienen una tendencia a analizar las distintas circunstancias comerciales y/o productivas y una propensión a tomar riesgos calculados.
Generar resultados mientras se está en marcha es indispensable para el crecimiento de un negocio. Los empresarios de oportunidad saben que planear demasiado podría entorpecer la operación natural de su negocio, mientras que los empresarios de voluntad más exitosos han aprendido que una buena planeación puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Encontrar un justo equilibrio entre la acción pura e irreflexiva y una planeación exhaustiva podría parecer un arte oscuro. Sin embargo, esta práctica es la que marca la transición entre una pequeña/mediana empresa tradicional y una grande y moderna.
El éxito en los negocios depende grandemente de la información oportuna. Estar enterados de los vaivenes del mercado es indispensable para encontrar las oportunidades correctas. Un empresario que conoce bien quienes son sus clientes, cuales son sus necesidades y donde se encuentran, tiene un campo de acción mucho más amplio para hacer crecer su negocio.
Toma de Decisiones Basada en Evidencia
Todos sabemos que fue en el siglo XIX que las primeras grandes empresas multinacionales surgieron, impulsadas por los grandes inventos de la época, el motor de vapor y las operaciones industriales mecanizadas. Sin embargo hubo otra revolución paralela a la que no se presta mucha atención. Esto es la toma de decisiones basada en evidencia. En esto las industrias manufactureras siempre fueron pioneras, los ingenieros se dieron cuenta muy pronto que el registro sistemático de los procesos administrativos, de producción y comercialización para su posterior análisis podían llevar a ahorros en tiempo y recursos físicos.
Estos pioneros decidieron abordar su quehacer industrial y/o comercial mediante el método científico. Esto provocó que las empresas más exitosas fueran aquellas que destinaron recursos y tiempo a la autoexploración que permitió aprender de sus errores o ineficiencias y corregirlas.
A pesar de que este abordaje no es para nada innovador, en México son muy pocas las empresas tradicionales que implementan una estrategia de crecimiento basada en evidencia. Esto quiere decir que:
- No llevan un registro detallado de su operación
- No consiguen información externa de su mercado y sus competidores
- No conocen a ciencia cierta quienes son sus clientes, lo que quieren o de donde vienen
- No saben cuales de entre todas sus acciones generan resultados positivos
Todo esto genera que la mayor parte de estas empresas muera o simplemente nunca pueda dar el salto hacia la modernidad.
En la actualidad, sin embargo, el acceso a la información y a los sistemas de gestión empresarial es más barato y fácil que nunca. La revolución tecnológica del siglo XXI ha puesto al alcance de todas las empresas de cualquier tamaño, una infinidad de herramientas de bajo costo o francamente gratuitas que les pueden ayudar e tomar decisiones informadas que les impulsen hacia una operación moderna y productiva.
Si usted requiere más información al respecto, me pongo a sus ordenes como asesor de negocios en materia de toma de decisiones basada en evidencia para ayudarle a detectar sus áreas de oportunidad y estrategias para resolverlas a través de toda su cadena productiva y de procesos. Asimismo le puedo orientar acerca de las mejores opciones tecnológicas para implementarlas.