¿Ya es necesario volver?
En días pasados, se ha podido ver qué a lo largo del país, así como en destinos internacionales, la reactivación de diferentes sectores ha sido posible debido a una supuesta disminución en la cantidad de contagios por COVID-19, pero… ¿Será esto real? ¿Estamos viendo lo que nos quieren mostrar o sí es la verdad? A ciencia cierta, no se sabe.
Lo que sí es que, al día de hoy, nos encontramos en una realidad donde todo es incierto, donde se dice que ya están vacunados, supuestamente, como pretexto ante la exposición y la poca empatía que se tiene con el de junto para cuidar de quienes nos rodean. Hoy es posible ver en diferentes medios de comunicación que nos enfrentamos a personas, en medio de una pandemia, que se dedican a disfrutar el presente, sin pensar en el mañana y, sobre todo, sin considerar que en unos días serían ellos o sus allegados quienes podrían necesitar de atención médica y sin dejar a un lado la cantidad de contagios que pudieron causar a quienes ni la deben ni la temen.
Pero quiénes somos nosotros para juzgar, sabiendo que estamos en medio de algunos que, comúnmente, “tiran la piedra y esconden la mano”, como dirían por ahí… En medio de quienes se ofenden o se toman muy personal, incluso, hasta un meme cuando solo se está diciendo una directa verdad.
La necesidad de regresar a una vieja normalidad que anhelamos, ha causado que vuelvan actividades que antes tenían lugar como un plan común y corriente, y que ahora vemos desde otra perspectiva: Tengo ganas de ir al cine, hay una película nueva que quiero ver, pero ¿y si me contagio en ese sitio? Quizá no estén tomando todas las medidas o tal vez haya alguien contagiado adentro que no lo sepa. Aunque, por otro lado, también hace mucho que no salgo, necesito distraerme y disfrutar, ¡regresar a mi vida de antes! Yo me cuido, así que no tendría por qué existir problema… ¿Qué hago?
Ese cuestionamiento es algo que, seguramente, varios nos hemos hecho tras un año en el que la vida nos cambió y sí, es válido, pero ¿también será válido ponerme en riesgo y poner en riesgo a las personas con las que trabajo? Y más allá de eso, ¿poner en riesgo a mi propia familia? Siendo sinceros, aunque sea una vez, quizá ya hemos relajado las medidas y acudimos a una pequeña reunión, fuimos al cine, asistimos a algún concierto, show o fuimos a comer “de rapidito” a algún restaurante. Tampoco significa que se haya cometido un delito, quizá una vez no esté mal y tomando todas las precauciones posibles, pero ya de cada fin de semana, puente o vacaciones, viendo la situación, no debería ser una necesidad.
Hemos visto que algunos países, como España, han optado por hacer experimentos en beneficio de las industrias con grupos considerables de personas para ver cómo se generarían los contagios, anteponiendo el uso de cubrebocas y con todas las medidas de higiene posibles.
Particularmente, este ejercicio se ha visto con la industria musical, misma que continúa siendo de las más afectadas después de que su principal fuente de ingresos, los conciertos, fueron prohibidos, viéndose en la necesidad de posponer y/o cancelar lo que ya tenían considerado. Sin embargo, en casos como estos se pueden encontrar diferentes y respetables puntos de vista; por un lado, brindar la posibilidad de generar empleos a través de estos shows significa un gran respiro para el sector, pues se reactivan y comienzan a ver más cercana la luz al final del túnel. Por otro lado, el juntar a varias personas en un mismo lugar implicaría, indudablemente, la posibilidad de generar contagios en un grupo de personas que no han sido vacunadas y que no se sabe si fuera de estos eventos tienen las precauciones necesarias para convivir con alguien externo a su círculo básico de estadía. Además, también se pondría en duda el sentido de responsabilidad, tanto de organizadores como talento, por generar este tipo de eventos precisamente porque se tendrían pensamientos encontrados como los ya mencionados.
Es el mismo caso de los shows de stand up, una división que también está buscando la forma de regresar. Desde hace unos días, algunos sitios se han podido reactivar, hablando de la Ciudad de México en específico, con un aforo reducido, lo que brinda la posibilidad de hacer este tipo de eventos. Lo bueno, hablamos nuevamente de los empleos recuperados. Lo malo es que en fotos y videos se puede observar cómo se relajan las medidas, aun cuando se está en un sitio que, evidentemente, es cerrado, pequeño y donde estás cercano al de junto.
Sin lugar a dudas, vivimos en medio de una gran incertidumbre dónde lo que antes no era una necesidad, actualmente parece que sí lo es. Desde acudir a un gimnasio, cuando se puede realizar ejercicio en casa y con ayuda de cientos de herramientas y plataformas disponibles, hasta asistir a fiestas cuando, posiblemente, pudiera ser la última. Es indispensable ponernos a pensar en nuestras prioridades y reclasificar lo que entendemos como una necesidad. En estos tiempos, la principal necesidad debería ser mantenernos a salvo y cuidar de nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo y todo aquel que tenemos junto en nuestro día a día. Está en cada uno de nosotros ver menos lejano el final.