Trabajar alineados, para qué?
Trabajo en Equipo es un tema fundamental, es o debería ser ser la mejor forma de lograr resultados eficientes y efectivos. Trae grandes oportunidades y retos. Para poder aprovechar sus bondades, hay que tener conversaciones para entender los intereses y necesidades individuales y grupales, encontrar intereses comunes, saber negociar, conciliar y comprometer acuerdos.
En varias ocaciones que converso con empresarios, surge el dilema: lo tenemos todo claro, planeación estrategia, objetivos, recursos, equipo, pero nos cuesta cumplirlos, por qué?. Hay algunos que parecería que no tienen claro lo que se ha definido o caminan a su propio ritmo. Hablamos de que tipo de conversaciones tienen, como manejan sus reuniones, cómo miden resultados. Van surgiendo temas como los diferentes formas de ser de las personas se confrontan unos con otros; viven llenos de reuniones de seguimiento y se crean nuevas para suplir o asegurar los cumplimientos; las áreas se esfuerzan por llegar a sus resultados cada uno a su ritmo, alguno retrasan al resto, otros velan por lograr sus números sin conocer el estado del resto o sencillamente viven en una serie de justificaciones eternas por no tener el resultado o de no cumplir con sus compromisos. Los equipos están conformados por personas con diferentes mindsets, creencias, hábitos, intereses, hasta propósitos y cuando se juntan a trabajar juntos chocan y se confrontan inconscientemente. A veces logrando resultados, que es lo peligros porque no se ve la necesidad de cambio y se acostumbran a trabajar así. Aceptando ser así, con costos financieros altos por baja productividad o costosos efectos en relaciones desgastantes, usurpadoras de energía y con jugadores agotados, desmotivados, estresados y emocionalmente afectados. Perdemos de vista que se gana o se pierde juntos.
Trabajar en equipo puede ser el cielo o el infierno y está relacionado con la forma como encaramos situación y como nos comportamos, de manera individual y colectiva. El eslabón no es la misión, ni plan, ni la estrategia. Tampoco es lograr satisfacer objetivos y necesidades individuales ni seccionales, quien se beneficia y quien pierde, ya que muchas veces frena la iniciativa, la creatividad, la acción, nadie se mueve más allá de lo necesario, solo se protegen.
Tenemos que conjugar intereses en los objetivos y en lo emocional, es decir hay que definir el propósito, por qué existimos, para qué ser lo que queremos ser. Trasmitir el propósito, inspirar al resto en el sentido y significado, ayudar a la gente a encontrar su propósito para que también encuentre su sentido y significado. Lograr que todos visualicen como logran su propósito empujando hacia la contribución superior, subordinación es la clave. Entender que sacrificar intereses y objetivos individuales por un bien mayor es lo que lleva al éxito, realización y bienestar.
El propósito deben animar a los participantes del equipo a trabajar juntos, unidos por valores que enorgulleces ser parte del equipo y organización. Para eso es importante generar conversaciones de alineación, preguntarse por que es importante para la organización, para el equipo y para los individuos. Saber indagar, escuchar para entender al otro y poder expresar asertivamente lo que hay que decir. Llegar a negociaciones colaborativas, compromisos claros y auténticos, saber cumplirlos o saber manejar los incumplimientos. Tener esas conversaciones difíciles represadas por no saber como enfrentarlas constructivamente sin hacer daño. Esto crea una organización cimentada en valores, sostenible, con alto sentido de colaboración y compasión.
Diego Román