Trabajo Social y el ámbito educativo en tiempos de pandemia.

El presente y el futuro se vuelven cada vez más inciertos conforme transcurre el tiempo. Con frecuencia, me pregunto cómo convertir esta realidad tan amenazante para nuestras carreras profesionales en una oportunidad para crear, transformar y aportar a la sociedad.

Somos trabajadores sociales y como tal se nos necesita más que nunca sin embargo, se nos desplaza, infravalora y se sigue perpetuando la invisibilización de las aportaciones sociales que concedemos.

Es por ello que tengo la necesidad imperante de exponer mi temor, el por qué la figura profesional del trabajo social no es considerada como imprescindible en el ámbito educativo y más aun, cuando estamos sumergidos en una pandemia, la cual, pone de relieve las múltiples formas de exclusión social y marginación hacia los colectivos más vulnerables.

Es por ello, que retomando el inicio de este texto, estos momentos que podemos vivirlos como una amenaza... ¿por qué no lo convertimos en una gran oportunidad para demostrar nuestro valor profesional?

Como trabajadores sociales ofrecemos un marco de apoyo institucional directo ya que somos un agente activo, intervenimos directa e indirectamente con los estudiantes vulnerables. Del mismo modo, reconocemos los obstáculos que pueden incidir en el desarrollo académico y personal del alumnado por lo que nos convertimos en el nexo ideal hacia la derivación de los recursos idóneos. Por no olvidar que como profesionales somos un recurso en potencia hacia la prevención de riesgos.

Ya es hora de que se nos reconozca como una figura profesional eficaz, eficiente, resolutiva y necesaria, ya que somos totalmente capaces de contribuir en la creación de entornos seguros e inclusivos en el ámbito educativo y más aún en estos tiempos de pandemia.