Transformación Circular

Transformación Circular

Reducir, reutilizar y reciclar, es el mantra resultante de un proceso evolutivo de consciencia que finalmente nos enfrentó a nuestra condición de seres que consumen más recursos de los necesarios y que sobre la faz de la tierra, somos las únicas entidades vivientes capaces de generar residuos. Históricamente, los máximos depredadores.

Condiciones humanas aparte; y, volviendo al inicio de este texto, las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) son una manera bastante adecuada de interpretar la “Economía Circular”. Sobre el particular, podemos hablar de flujos físicos, económicos y ecológicos. De conceptos como ecología industrial, también. Pero para eso podemos acudir a Google y sus más de 900 mil servidores para ilustrarnos.

Es la aplicación de la Economía Circular lo que nos atañe. Para simplificarlo, imaginemos que vivimos en un estado de crisis de recursos (agua, alimentos, combustible) y que el camión de la basura pasará una vez al mes por nuestras casas. En este contexto, todo lo que la imaginación nos permita hacer, es Economía Circular: reducir el uso de recursos y de residuos de manera inteligente.

Llevar la Economía Circular a procesos industriales o de negocios es más interesante aún, en tanto son mayores sus impactos. Por ejemplo, en la industria de telecomunicaciones, el proceso de fabricación de dispositivos móviles requiere además de plástico y cristal; silicio y una serie de metales que se encuentran en pequeñas cantidades en la naturaleza.

Si en el ciclo de vida de un producto se considera:

1. Extracción

2. Fabricación

3. Transporte

4. Uso

5. Fin de la vida útil del producto (de manera lineal)

Y, esto lo aplicamos a un celular estamos hablando de metales extraídos de la tierra, fabricados, transportados y luego convertidos en residuos.

Si en cambio, llevamos este proceso lineal a uno circular y nos aventuramos a rescatar todo el plástico, silicio, cristal y metales del dispositivo que cayó en obsolescencia o se malogró, estaremos reduciendo principalmente un impacto que nos atañe a todos los habitantes del planeta: el impacto ambiental. Así, se reemplazaría el proceso de extracción de metales por el de “minería urbana”. Repasando las 3R, estaríamos reduciendo la extracción y reutilizando y reciclando insumos.

En el Perú, solo se recicla el 1.9% del total de residuos sólidos reaprovechables, según el Ministerio del Ambiente. Esto nos debería motivar como ciudadanía y como empresas a llevar un paso más allá cualquier obligación de cuota de reciclaje para promoverlo.

En Entel, aprendimos que las alianzas son imprescindibles para promover prácticas como el reciclaje de celulares, baterías, cargadores y auriculares. Las alianzas son el espacio que nos han permitido, además de generar mayor volumen, generar mayor presencia del mensaje “reciclemos para transformar”. Para transformar un residuo en un respiro para el planeta, para convertirlo en algo más, para transformar nuestra propia sociedad transformando primero nuestros hábitos.

Priscilla von Dessauer Valverde

Gerente de Procesos de Innovación y Tecnología / Estrategia / Desarrollo de Negocios / Emprendedora / Mentora / Socia REDMAD

6 años

Muy de acuerdo con lo que planteas Rosa. También creo que debemos potenciar las alianzas en la reducción de componentes desde el origen, esto significará grandes desafíos para las Empresas y mayor impacto.

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