Transformación Digital

" Ya nadie coge puntos a las medias".        

Un pequeño problema para hogares como el mío donde hay cuatro mujeres.                      "Sé de lo que hablo."

Titulé mi notas anteriores como "Transformación Analógica".  Lo hice de forma consciente con la intención de enfatizar la idea de que aplicar tecnología sin tener previamente definidas la visión analógica del modelo operativo o el objetivo empresarial, en mi entendimiento carece de sentido. Insisto en que "digitalizar caos es caos que se propaga a la velocidad de la luz".

En esta última semana he seguido observando ejemplos positivos y negativos de la aplicación de la tecnología en mi vida cotidiana.

Lamentable que en un evento para hablar del futuro alrededor de las tecnologías, el audio y la visualización compartida de pantalla no funcionasen bien. Si una cosa he aprendido en mi vida profesional es que la tecnología no es infalible y siempre es recomendable esmerarse en los detalles y probar muchas veces para conseguir la excelencia en todo lo que se haga.

Fantástico comprar cosas en una tienda de dispositivos electrónicos en Madrid y devolverlas sin mayor problema en otra tienda en San Sebastián de los Reyes. La gestión de stock para conseguir una experiencia de cliente tan WOW debe ser una pasada a nivel de integración de aplicaciones y datos, y un reto para las direcciones de tecnología. También me imagino que a nivel logístico y de movimientos de mercancías debe de ser todo un reto. Pero tomar la decisión de negocio y plantearlo por primera vez en un comité de dirección debió ser una revolución. Igual hasta alguien pensó e incluso dijo que se "habían vuelto locos".

Hasta aquí, sin renunciar a volver a comentar en futuras notas alguna cosa que me llame la atención, mi primera aproximación al mundo de la transformación digital. Obviamente, entendida como el uso de la tecnología para mejorar en las operaciones,  innovar en productos y servicios, e incluso modificar la forma en la que las empresas se relacionan con sus clientes, empleados y proveedores. Sinceramente creo que se podría hacer mejor sólo si todos asumiéramos que no es una pérdida de tiempo dedicar tiempo a pensar, a definir el objetivo, a analizar qué queremos y cuál va a ser la experiencia de cliente o de usuario. Eso que llamamos alinear el negocio con la tecnología, que sinceramente se aplica menos de lo que se dice (puede que escriba otra nota en el futuro para hablar de esto porque no termino de comprender donde está el problema. Bueno la verdad es que sí, ya lo planteaba Jacinto Benavente en su obra Los Intereses Creados estrenada en 1907).

Hoy titulo "Transformación Digital" porque esta semana me he dado cuenta de que mi aproximación estaba siendo demasiado analógica, lo que no es de extrañar considerando que en mi época de universitario las prácticas de la asignatura de televisión eran con aparatos de válvulas en blanco y negro; o que mi primera experiencia informática fue con un Commodore 64, o que entre octubre de 1984 y abril de 1986 configuré cientos de PC de IBM con discos flexibles de 5 1/4" en una empresa cuyo negocio principal era el mantenimiento de máquinas de escribir electrónicas. En el fondo soy un experto en transformaciones. He pasado por unas cuantas.

Y me he dado cuenta gracias a algunas lecturas interesantes de artículos y libros que me han recomendado colegas y a algunas charlas de profesionales y evangelizadores que me han abierto los ojos a otra derivada de este concepto evolutivo, que resumiría parafraseando a Michael Porter y en lugar de decir "Estrategia no es Eficiencia operativa" diría "Transformación digital no es Eficiencia Operativa".  Sé que no es muy novedoso y muchos antes que yo y seguro que con más criterio lo han dicho y lo siguen diciendo. Pero sinceramente creo que vale la pena insistir y esta nota es mi humilde contribución.

Es obvio que las empresas deben de buscar sistemáticamente la eficiencia operativa y que la tecnología en su grado actual de desarrollo y el que sin duda estar por venir es un elemento clave. Y esto todos lo damos por evidente y no dudamos que, en función de capacidades y recursos, ya se hace o se hará en mayor medida. Tecnología para conseguir eficiencia operativa es un atributo básico, una commodity, de la gestión empresarial que nadie se cuestiona.

No obstante, la transformación digital supone un reto mayor para las empresas: analizar en qué medida la tecnología, bien manejada por terceros, puede ser una amenaza para el negocio tal y como se está gestionando y desarrollando, o una oportunidad para crecer y para ser más competitivo. Transformación digital es también una cuestión de supervivencia, como el de las remelladoras.

La duda que me surge: ¿son conscientes las empresas de que el juego es mucho más peligroso, o divertido según se mire?