Tu perfil, tu identidad
¿Hasta dónde llegarías para demostrar tu compromiso con una empresa?
Hace algunos años, trabajaba en una compañía que me pidió colocar su banner corporativo en mi perfil de LinkedIn. Para muchos, podría parecer algo simple. Pero para mí fue un rotundo “no”. ¿El resultado? Un escándalo interno que todavía recuerdo con claridad.
En ese momento, ya había construido una red sólida con más de 10.000 contactos, fruto de mi esfuerzo, dedicación y tiempo. Esa red era, y sigue siendo, una parte clave de mi identidad profesional. Trabajar para esa empresa no significaba darle acceso a una parte tan personal de mí mismo. Porque al final del día, por más cultura empresarial que nos quieran vender, seguimos siendo individuos.
¿Dónde trazamos la línea?
Las empresas hablan mucho de cultura organizacional y de "familia", pero ¿hasta qué punto esa cultura justifica que algo tan personal como un perfil profesional sea absorbido por lo corporativo? Podés acompañar la transformación digital de una organización, dar lo mejor de vos y poner tu talento al servicio de los objetivos comunes, pero eso no significa regalar tu impronta, tu marca.
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El límite entre lo personal y lo profesional se está desdibujando cada vez más en esta era digital. La línea es fina, pero necesaria. Tener claros nuestros valores y nuestras prioridades no solo nos permite preservar nuestra autenticidad, sino también establecer relaciones laborales más saludables y respetuosas.
Ser auténtico, incluso en el trabajo
Decir que no fue una decisión clave para mantener mi identidad intacta. Y hoy lo tengo más claro que nunca: podés ser parte del éxito de una empresa sin dejar de ser vos mismo. Porque tu perfil es más que una vitrina profesional; es un reflejo de tu esfuerzo, tus valores y tus logros.
Así que la próxima vez que te pidan algo que comprometa tu autenticidad, pensalo dos veces. Si vos no defendés tu identidad, ¿quién lo hará?