Un año muy tangible para los intangibles en la gestión corporativa
Nadie niega que la influencia de los activos intangibles ha ido creciendo y cobrando mayor peso en las últimas décadas. Se ha visto su incremento en la gestión interna de las empresas, y también su influencia e importancia en niveles de Alta Dirección e incluso de Consejos de Administración.
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Visto desde fuera de la empresa, también se han incrementado las demandas sociales sobre el posicionamiento de las organizaciones frente a determinadas cuestiones como la diversidad, la lucha por la igualdad, el impacto de sus operaciones en el planeta, etc. y consecuencia de ello, también se ha visto como ha ido creciendo la normativa sobre las acciones, operaciones e impactos de las empresas en todo el mundo.
Las empresas viven en una etapa de confianza ganada por la sociedad (en comparación con las organizaciones gubernamentales o las agrupaciones políticas). Por otro lado, las métricas en las organizaciones han llegado a un grado de sofisticación que actualmente se miden los impactos, riesgos oportunidades de las experiencias y relaciones que tienen con sus distintos grupos de interés. Las diversas consultoras de intangibles y también diferentes think tanks, asociaciones y fundaciones corporativas han ganado peso y legitimidad por su labor de divulgación de la aportación del tejido empresarial a la sociedad en la que opera.
Con la entrada en vigor de la normativa europea CSRD y el gran tsunami regulatorio en materia de sostenibilidad, mucho del discurso se concentró en el auge de la sostenibilidad, de los criterios ESG, de la Agenda 2030 de los ODS, de poder medir el Alcance 1, 2 y 3, de llegar al Net Zero Emisións, del Greenwashing, de digitalizar tu cadena de suministro, etc. y, se puede comprobar una vez más, la influencia de los activos intangibles por su materialización en la normativa. Es por ello que, desde Comisuras, hemos realizado un informe titulado: Presencia de los intangibles en la normativa CSRD, con la finalidad de ver la presencia de los intangibles en la nueva normativa europea, en especial en todos los datapoints de las ESRS: Ambientales, Sociales y de Gobernanza. Para realizar este ejercicio se añadieron dos columnas dónde se busca responder a:
El hallazgo que encontramos ha sido interesante por el contraste en los temas tangibles versus los intangibles:
Vemos que más de la mitad de los datapoints en las ESRS (un 56,95%) tienen una relación con los riesgos reputacionales. Esto significa que los intangibles ya son tangibles dentro de la normativa CSRD y que pueden ayudar a facilitar, no solo el reporte, sino también el cumplimiento normativo.
Sin embargo, si buscamos profundizar en dónde incide más esta influencia, se ha dividido (en este mismo ejercicio) bajo los criterios ESG, obteniendo el siguiente resultado:
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Se ve claramente que los intangibles dentro de la nueva normativa influyen de forma significativa en los criterios Sociales (con 75,94%) y de Gobernanza (con 75,05%) frente a los criterios ambientales.
Aquí hay que hacer una aclaración y es que no todos los datapoints de las ESRS serán reportados ya que los datos dependen enormemente del sector en el que opera la empresa. Por ejemplo, si trabajas en una compañía que no aborda el “tratamiento del agua”, los datapoints relacionados con este impacto no serán reportados. Esto quiere decir que dependiendo del sector, la influencia de los intangibles será mayor o menor que ese 56,95% inicial encontrado en el informe. Brand Finance, también incide en esta aclaración en su informe Global Intangible Finance Tracker, donde contrasta las diferencias por cada sector:
Y todo esto sin considerar que en los próximos meses se está preparando un paquete normativo específico para cada sector que verá la luz en el 2025.
Con este nuevo escenario, no cabe duda de que las nuevas normativas fomentarán el alineamiento interno entre departamentos para garantizar las fiabilidad y calidad del dato que se reporta.
Algo que nadie discute de los activos y recursos intangibles es su capacidad de transversalizar todas las áreas de la organización. Si bien este argumento es indiscutible, aun continúan existiendo las influencias entre diferentes direcciones que no permiten este alineamiento holístico. Iniciativas como las jornadas #Transversa de la DIRSE - Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (ASG) plantean espacios en los que la transversalidad de la gestión de aspectos tangibles e intangibles ayudan a mejorar el tejido corporativo.
De cara al 2025 se plantean tres líneas de trabajo que buscan un alineamiento organizativo frente al cumplimiento y el aporte de valor:
Sin duda, la influencia que han traído los intangibles a la empresa, tanto a nivel interno como externo, es una muestra clara de su enorme contribución a la estrategia corporativa. Además de apalancarse en la estrategia de negocio, los intangibles buscan ir más allá del cumplimiento de la normativa. Gracias a los nuevos marcos regulatorios que ya exigen tener una base métrica de cómo reportar, el aporte de valor de las empresas tendrá que ir un poco más allá de la actual normativa y esto a su vez generará un alineamiento (proactivo o reactivo) dentro de las distintas áreas de la organización.
Harvard Business Review plantea un enfoque de alineamiento desde un eje de sostenibilidad a través de sus Four Lenses Framework:
Las estrategias de sostenibilidad a menudo enfrentan desafíos cuando intentan abordar una amplia gama de problemas, lo que lleva a esfuerzos diluidos y resultados limitados. El Marco que plantea la HBR propone una metodología estructurada para identificar y centrarse en las prioridades que generan resultados significativos y medibles. Este enfoque integra el Propósito, la influencia de los Grupos de Interés, la inclusión y colaboración estrecha con la Ciencia y la Tecnología, y su aportación al Valor de Negocio busca alinear los esfuerzos corporativos con los objetivos internos y las expectativas externas.
Actualmente las miradas se centran en el cumplimiento normativo y el reporte para garantizar la legitimidad de la organización a la hora de su cumplimiento normativo, sin embargo, algo que podemos aprovechar de los activos intangibles es que nos permiten ver más allá del reporte y generar valor añadido y constructivo para la organización y a todos los grupos de interés. Sin duda el 2024 ha sido un año muy productivo para los intangibles corporativos. El 2025 se presenta con muchas expectativas sobre la "materialidad" de los intangibles y es por ello que el alineamiento entre todas las áreas que gestionan los intangibles dentro de la empresa es más que necesario.