¿Un chuletón de laboratorio?
Yo no veo el chuletón por ningún lado... Veo unas bolitas en las que hay unos gramos de producto celular (2 onzas = 56 gramos), cubierto por mucho adorno vegetal, en un menú compuesto por una gran variedad de productos, a un precio prohibitivo.
Hay que reconocer que las empresas, inversores, think tanks y lobbies del sector antiganadería y alt-protein están desplegando una maravillosa narrativa y comunicación de algo que hoy por hoy es básicamente humo. Y una gran mayoría de profesionales y medios de comunicación están comprando ese relato y difundiendo ese humo ( https://www.uppers.es/estilo-de-vida/gastronomia/20231027/marchando-chuleton-laboratorio-poco-hecho_18_010800739.html )
El fabricante del producto celular que José Andrés sirve en su establecimiento de Washington ya ha anunciado "limitaciones de suministro" (sic), y el chef español está vendiendo -únicamente a seis personas por semana- 2 onzas de su producto, insertadas en un "sofisticado" menú-degustación, porque la empresa fabricante no puede producir más volumen... Y el otro fabricante autorizado en EEUU solo tiene producto suficiente para algunas personas que consigan reservar únicamente el primer fin de semana de cada mes, y esos “afortunados” comensales experimentarán ese producto cultivado como parte (mínima) de una comida de seis platos con un "módico" precio de 150 dólares.
Con todos los respetos, esto se llama confundir los deseos con la realidad. Quienes están liderando este “viaje a ninguna parte” saben perfectamente, mejor que nadie en el mundo, que es más que probable (los propios estudios de su sector así lo indican) que nunca consigan una producción industrial suficiente para alinearla a unos costes adecuados y con unos márgenes de beneficio decentes.
Saben perfectamente que una fábrica "industrial" de producto de cultivo celular necesita un capital invertido de nada menos que 400 millones de dólares para una producción anual de 10.000 toneladas, que es poco más que un “aperitivo”. Ese camino es inviable, es inescalable, no puede ser empresarial y financieramente rentable (pregunten ya a los muchos inversores de todas las fases de financiación posibles: Angel, Seed o Series A ó B, que ya están poniendo en aprietos a sus hasta hace poco mimadas startups). Un dato: solo en 2021, 1.380 millones de dólares invertidos en empresas de carne cultivada. Esto representa más de dos tercios del total histórico invertido en este sector (según su principal think tank y grupo de presión, GFI).
En definitiva, saben perfectamente que no pueden competir en un mercado libre contra los “pérfidos” alimentos de origen animal, y por eso su estrategia pasa, entre otras inteligentes medidas, por pedir financiación pública para sus investigaciones privadas que terminan en patentes comerciales, por pedir la imposición de impuestos especiales que castiguen a la carne y demás productos animales. Es el único camino que este sector, artificial y artificioso, tiene para conseguir esa "paridad" de precios (no hablemos ya de rentabilidad) que no pueden ni podrán obtener por procedimientos empresariales lícitos, limpios y compitiendo en igualdad de condiciones.
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Dos notas finales:
1) Y no estoy hablando aquí de todos los demás aspectos que siembran las múltiples dudas sobre este tipo de productos y sus procesos industriales que están encima de la mesa: la falta de aceptabilidad por parte del consumidor en la mayor parte de áreas del mundo, el asunto "tumoral" (procesos a partir de células madre pluripotenciales con capacidad tumoral y mantenidas con factores de crecimiento y agentes con capacidades no testadas para su consumo), el asunto de los medios de cultivo para el crecimiento celular -suero fetal bovino- y cómo puede afectar al producto final, el tema de los andamiajes (soportes o estructuras temporales donde las células pueden crecer y formar tejidos), las dudas microbiológicas en un proceso de laboratorio que se quiere desarrollar a escala industrial (utilización de antibióticos), el asunto de la utilización super intensiva de energía para sus biorreactores, etc., etc.).
2) A Uma Valeti, director ejecutivo de la empresa de producto celular Upside Foods (que ha recaudado más de 600 millones de dólares en financiación desde 2016, atrayendo más de una quinta parte de todo el capital recaudado por empresas de este sector hasta finales de 2022, según datos de PitchBook y el GFI), le preguntaron recientemente en una entrevista sobre el mercado objetivo de su empresa. “Estamos buscando personas a las que les encanta comer carne”, dijo. “Como humanos durante miles de años, hemos evolucionado con el amor por la carne siempre en el centro del plato. Y ese es el grupo al que nos dirigimos: cualquier persona a la que le guste comer carne de animales reales”.
Pues, estimado señor Valeti, tengo una noticia para usted: todas esas personas a las que les gusta comer carne de animales reales, tienen a su disposición desde hace mucho a todo un sector que cría animales reales y produce carne de verdad, segura, saludable y sostenible, sin trampa ni cartón… Se llama ganadería e industria cárnica, ¡las de verdad!
#carne #carnecultivada #carnecelular
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1 añoMuchas gracias por esta información, como siempre los intereses económicos lo fastidian todo.