Un Día en el país del ver y tocar
Animas Inquietas de Pablo D - por "Horacio Oliveira"
Que bella y mágica irania, cada vez más conectados y cada día más gente viviendo, con la vaciá soledad a su lado. Que empacho, que atracón de "veres y mirares", solo cosas que no laten, no sangran, no se enamoran, esas que se pueden ver y tocar, pero no sentir y vibrar, esas que no salen de galeras mágicas, ni nos hacen volver a mirar
Esto pasa, en el país del ver y tocar. Lo que daría por viajar lejos, a aquel país que también se pueda contemplar y acariciar, imaginar y estremecerse y mezclarse sin prejuicios entre la gente. En el país del ver y tocar, reina la cordura y la avaricia En ese lugar donde todo se piensa, se analiza, donde todo se investiga, se conoce y se idealiza. Donde todo se mide, se informa y se mediatiza.
Pais del que ya se fueron marchando, el entusiasmo, la expectativa, la sorpresa, los nervios y la bonita ansiedad; la mágica ironía, y la emoción al mirar. Todas ellas se quedaron sin trabajo, Google les gano la partida. Buscando nombres y perfiles, seguidores vacíos, pasamos de ser extraños y desconocidos a colegas y amigos, de un click a otro, sin habernos visto y sentido.
Si con alguien nos encontramos, buscamos, googleamos, y antes de vernos a los ojos, ya tendremos su perfil exacto. Quizás deberíamos percibir que aquello que se muestra en imágenes es lo que quiere mostrarse y resaltarse, y que a veces lo más rico está en aquello que quiere ocultarse
En el país del “ver y tocar” ya no se ven ni se tocan personas de carne y hueso, solo celulares y aun mascotas. Ya no hay magos en el pais del ver y tocar, los hicieron desaparecer, y ahora nadie sabe cuando vendrán ni donde buscar.
Ya no se escucha “abrakadabra”, en el país del no arriesgar. La barita se hizo dedo, y la galera, teléfono. Se están llendo los hacedores de fantasías. Se están extinguiendo los creadores de ilusiones. Ya no hay palomas blancas saliendo de galeras. Ya no hay varitas mágicas que conviertan sapos en princesas
Se dejó de contar cuentos en grupos, alrededor de guitarras y fogones, ahora se inclina a transferir letras e imágenes por un tubo. País del cortar y pegar, de copiar y comprar, de valer y pagar, de ser, juzgar y categorizar.
País del ver y tocar, de maquinas y aparatos, que aunque insistamos y sigamos buscando que esos aparatos nos mimen, nos entiendan o nos digan algo lindo; no lo lograremos, aunque muchas ganas le pongamos, que nos escuchen, nos abracen, nos besen o simplemente que nos tiendan una mano, o nos digan eso que necesitemos, cuando la angustia, la soledad o el dolor toquen la puerta
...Quizás en es momento, donde queramos pedir consuleo y que alguien nos preste sus alas, miremos los aparatos y las pantallas esten apagadas
sales manager at Premium Productions
6 añoswell said