Un futuro poco brillante
Hoy quiero hablar del precio de la luz desde el punto de vista de la gestión empresarial. Es evidente que estamos afrontando días en los que el precio de este suministro nos está afectando directamente a la cuenta de resultados y está rompiendo nuestros presupuestos en esa partida.
¿Quién es el culpable de que la electricidad cueste más de lo que costaba? Pues aquí podemos debatir mucho y hablar del gobierno, operadores eléctricos, el mercado, los precios del gas, los permisos de emisión de CO2... Todas son ciertas seguramente aunque siempre es bueno saber que el 60% del coste de la electricidad son impuestos. Veamos la evolución del precio de la luz en lo que va de año:
Como se puede comprobar la curva es muy clara y además ascendente, no parece que nada vaya a mejorar de golpe por si mismo.
Bien, demos ya por hecho que la electricidad es más cara. ¿Cuáles son las consecuencias? La primera e inmediata, como individuos, es que el recibo sube y eso ya de por sí nos duele porque significa que más dinero de nuestros ingresos se destina a un gasto de esos que no nos hacen felices.
Pero cuidado porque si a nosotros nos sube el recibo de la luz, también le sube a cualquier empresa y eso, dicho de otro modo, sube el coste de lo que quiera que ofrezcan al mercado. Por tanto, hay 3 caminos, como de costumbre:
1.- Subir el precio del servicio o producto.
2.- Reducir los márgenes, que en general, últimamente van justos.
3.- Compensar este coste con la bajada del consumo o de otros costes.
¿Cuál es la mejor opción? Creo que la respuesta la sabemos todos.
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En cuanto a la primera, no podemos alterar el público al que vamos dirigidos ni salirnos de nuestros precios objetivos en el mercado. El cliente puede que no nos compre y las consecuencias aún serían peores.
La segunda va directamente contra el primer principio de una empresa: ganar dinero. Por tanto, si queremos que una empresa siga dando trabajo y moviendo el mercado tiene que, sí o sí, ganar dinero.
Y la opción tres, la más difícil de todas pero la más inteligente. Y aquí vienen los ¿Cómo?
El gran objetivo de cualquier empresa y más en nuestro país es aumentar la productividad. La productividad es eso de lo que todo el mundo habla pero que no sabemos cómo mejorar. Para ser productivos tendremos que hacer lo mismo que hacemos pero con menos coste. El tiempo también es coste, si es lo que pensabais que iba a decir. Por tanto, hay que buscar ese proceso que se puede hacer en lugar de en 3 horas en 2,5 h. Pueden ser muchos los que puedan mejorar y contribuir a que el gasto en suministro eléctrico baje.
Pero ahora más que nunca hay que negociar mejor el propio precio de la luz. Esto es como los seguros, la telefonía y otros servicios, cada año hay que rascar un poquito cambiando a otra compañía o como poco pareciendo que lo vamos a hacer.
La concienciación de los trabajadores por el consumo es importante, no gastar por gastar. Regular temperaturas, intensidades y tiempos de uso son la base del ahorro.
Y los equipos que utilizamos(ordenadores, maquinaria, una simple bombilla...) deben se ser eficientes y consumir poco. Cuanto más uso tenga un aparato más importante es su eficiencia así que tomémoslo como algo serio.
Pues hasta aquí este artículo. Como siempre, no habrá reinventado la rueda pero seguro que he iniciado una reflexión bien sea a nivel particular o a nivel empresa que ayudará a más de uno a recordar al menos apagar la luz al salir de la habitación.
Un saludo
Técnico de calzado en Stuart Weitzman
3 añosTotalmente de acuerdo