La verdad
Vivimos en un mundo donde el continente es más importante que el contenido. La superficialidad y la imagen que se muestra al exterior tienen una importancia que nos distancia de las cosas que realmente aportan valor. En realidad, si ponemos nombre a estos comportamientos elegiríamos MENTIRA. Las personas mentimos con diferentes objetivos: para quedar bien, para excusarse, para conseguir lo que queremos, para no perder ciertos derechos, para dar una mejor imagen de sí misma, para no ofender o hacer sufrir a otras personas con la verdad, porque no saben o no pueden decir que no, para postergar decisiones, por temor al rechazo... Pero la mentira no existiría sin VERDAD. Y de eso os quiero hablar.
Pero ¿Qué es la verdad? Es un término que todos los filósofos de todas las épocas han querido tratar y definir. Coincidiremos en que la verdad es un concepto relacionado con mostrar o decir las cosas como son. Eso nos llevará a hablar de que es pues un termino relativo. Es por eso que, Ortega y Gasset hablaba de las perspectivas, la verdad depende de la perspectiva. Por eso, en nuestra afán por encontrar la verdad nos enfocamos tanto en los hechos y no tanto en las palabras y mucho en los números más que en las valoraciones. Todos necesitamos creer que vivimos en la verdad, lo que es realmente complejo. Nuestra mente, en muchos casos, prefiere distanciarse de la verdad pues en muchos casos es dolorosa. Nos engañamos a nosotros mismos para protegernos. Nos mentimos... Y cuidado... la mentira es adictiva. Por eso nos encontramos con mentirosos compulsivos.
¿Qué beneficios tiene vivir en la verdad? Pues nos encontramos con que la verdad nos ahorra tiempo. La mentira tarde o temprano aparece y, por tanto, también la verdad. Pero no solo eso, la verdad nos hace sentir bien, somos honestos y no sorprendemos a nadie por lo que somos transparentes. ¿Significa eso que haya que contarlo todo? No del todo, el sincericidio también existe pero aquí nos encontramos con una decisión que tomar. Normalmente el sincericidio es resultado de una ofensa. Cuando la verdad es ofensiva(no confundir con dolorosa) hay que medirla pues todos reaccionamos mal ante la ofensa.
Decir la verdad es una manera de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas. La verdad nos hace más humanos, más cercanos y nos permite relacionarnos más y mejor con las personas a las que apreciamos y queremos mantener cerca. No penséis solo en el ámbito personal, en el laboral también ocurre del mismo modelo. La verdad evita frustraciones y sorpresas. Un buen ejemplo son las entrevistas de trabajo, queremos dar nuestra mejor versión, mostrar lo que sabemos y lo que se pretenda que sabemos, nos adaptamos al entrevistador para encajar... es todo mentira. La verdad aparece en el día a día del trabajo. La labor del entrevistador es buscar la verdad que hay detrás de esa superficialidad.
Y quisiera dejar unas preguntas para la reflexión¿Es la verdad un valor? ¿Qué opinas? ¿Dónde te sientes más cómod@?¿En la verdad o la mentira?
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Espero que podamos generar un buen debate.
Un saludo,