"Un niño"

En un lugar del mundo, un hombre pensaba que siempre tenía razón, sus relaciones no le daban valor a su vida, no entendía sus roles, no asumía sus responsabilidades y sus resultados no eran los mejores… había llegado al punto de no retorno.

Un día en el parque, se sentó en una banca verde en donde tenía una vista maravillosa hacia un pequeño lago, bordeado de verdes y frondosos árboles, estaba tan abatido, que, aunque tenía un bello paisaje ante sus ojos, para él todo era gris.

Se encontró con un pequeño niño, que no tendría más de siete años y le pidió unas monedas ofreciéndole cambiar su vida. Lo notó bastante familiar, saco una tímida sonrisa y le preguntó - ¿Cómo podría alguien como tú, cambiar mi vida por tan poco?

El niño sonrió ampliamente y le dijo: - Para mí es sólo un pago por un servicio, para ti va a cambiar todo.

El hombre pensó para sus adentros -No puedo perder más-

El hombre tenía su mirada perdida en el infinito.

El niño recibió las monedas, se sentó a su lado y con una vehemencia asombrosa le dijo:

- ¿Sabes por qué te sientes tan vacío? Porque buscaste poder y dinero en vez de centrar tu vida en el servicio y con él tus relaciones siempre tendrán un valor inagotable y siempre serán desde tu ser.

-¿Sabes por qué has perdido las ganas de seguir? Porque no comprendes que tus roles deben ser asumidos con humildad y amor. Deja que tu alma toque todo lo que haces y permite que la claridad te inunde, para ver que tu tiempo sea mejor aprovechado, construyendo a ese ser maravilloso que realmente eres.

-¿Sabes por qué no brillas? Porque le huyes al compromiso contigo mismo, con tus responsabilidades personales y con las que te generan tus roles; no ves tu potencial, se ha escondido detrás de tus responsabilidades, ellas te muestran que tienes la capacidad de asumirlas, te invitan a buscar herramientas y te permiten brillar.

-¿Sabes por qué no te salen las cosas cómo tu quisieras? Porque no permites que tu voluntad se mueva a la acción, porque no inspiras a los demás, sino que manipulas sus actos y porque empeñaste tus sueños cuando olvidaste el niño que tenías dentro.

En ese momento, el hombre sintió un gran escalofrío y se volteó a mirar el niño que ya no estaba sentado a su lado, había un par de monedas en el borde de la banca y todo tuvo sentido…

Ese niño era él con siete años, con una sonrisa que nadie podía borrar, a quien le encantaba compartir con otros, visitar a los ancianos en el asilo, quien soñaba con hacer un hospital para su pequeño pueblo, quien anhelaba que ningún niño sintiera hambre, que se caracterizaba por su bondad y su amabilidad, que para su edad era admirado por su facilidad para expresarse y hacer reír a todos, a quien todo el mundo amaba por lo que era, por su "Ser".

El hombre no pudo evitar llorar, por que comprendió que su niño interior quería salvar su vida, mostrarle que siempre hay tiempo de cambiar, que jamás será tarde para que escuches la sabiduría del alma, que hoy la llamamos consciencia, pero es ese niño puro que habita en nosotros y que siempre estará para ayudarnos a recordar nuestra bondad.

Limpió sus lágrimas y sonrió como hacía años no podía, miro al frente y contempló por primera vez el paisaje que todos los miércoles le brindaba su belleza, se maravilló del milagro de su existencia, se dio cuenta que se había salvado así mismo, escuchando a un niño, al que siempre lleva dentro.

¿Recuerdas a tu niño?