Un reto para el entorno del trabajo 2020

Un reto para el entorno del trabajo 2020

La pandemia covid-19 nos ha obligado a ser virtuales y a vivir con las redes sociales. Se nos ofrece la posibilidad de trabajar desde casa, ahorrarnos el tiempo del transporte y pasar más tiempo con nuestras familias. Se reduce el tráfico rodado y se fomenta el traslado de la población a pie o en bicicleta. Y como resultado inmediato, la ciudad respira, por fin, libre de la contaminación atmosférica. Nos damos cuenta de que todo esto puede ser provechoso tanto para los usuarios de las oficinas como para las empresas en las que trabajan y no debemos dejarlo escapar, sin pretender ignorar, por supuesto, la catástrofe sanitaria y económica que lo origina.

Las empresas que hasta ahora no estaban preparadas y se resistían a implementar el teletrabajo han tenido que dar el salto hacia lo digital de repente y de forma imprevista. Los restaurantes ofrecen comida a domicilio, las tiendas aceptan pedidos por internet y las oficinas se trasladan a las viviendas. El trabajo en red se instaura a la fuerza y no hay vuelta atrás. Tenemos la obligación de desprendernos del peso de la costumbre y caminar hacia un mundo que prevea estas nuevas circunstancias.

Es necesario afrontar el reto llevando a cabo un procedimiento adecuado que solvente los problemas ocasionados por una imposición repentina. En el caso de las oficinas, tanto espacios colaborativos en coworking como el resto de las empresas, dispondrán de espacios donde se permita la coexistencia del trabajo en red con el presencial. Los objetivos de la estrategia de reconversión pasan por la consideración de 5 aspectos fundamentales:

1.      La flexibilidad y la adaptabilidad de la oficina son prioritarias. Los espacios de trabajo que ya habían adoptado soluciones versátiles, podrán adaptarse fácilmente a las nuevas exigencias. La tecnología ya permite el teletrabajo, solo queda terminar de implantarlo de manera eficiente basándose en una distribución flexible, de puesto no asignado, e instaurando horarios flexibles de entrada y salida.

2.      Asegurar de forma visible la distancia de seguridad de dos metros. En principio, podría suponer un menor ratio de ocupación, pero no será necesario si se considera la desocupación por diferentes causas, entre ellas el propio trabajo en red, pero también la utilización puntual para el trabajo de salas de reunión y, en general, el posible cambio de uso de los espacios.

3.      Instaurar protocolos de seguridad dirigidos a la salud de las personas. Una limpieza frecuente con productos apropiados de los espacios de trabajo se debe reforzar con la disposición de geles desinfectantes en distintos puntos, la ubicación de baños cercanos que faciliten un frecuente lavado de manos, la instalación de detectores de temperatura en los accesos y mecanismos de luz, aperturas de puertas y griferías automatizadas.

4.      Garantizar la salubridad de las instalaciones, con una renovación de aire controlada, un diseño de climatización por zonas, la optimización de la disposición de las rejillas y el sellado de las canalizaciones, con especial atención al mantenimiento. Ahora más que nunca será necesario disponer de los sellos de sostenibilidad, cada vez más respetuosos con el medio ambiente, el entorno, el confort y la salud de las personas, considerando la eficiencia energética dentro de una concepción global del proceso constructivo.

5.      La comunicación poniendo el foco en las personas, en primer lugar de carácter interno, para transmitir confianza y motivación de forma regular y con cada cambio; una atención humanizada hacia los clientes, poniéndose en la piel de cada uno de ellos, pensando en cada proyecto, en los riesgos y sus particularidades; y una difusión de estrategias dirigida a proveedores y asesores para tirar hacia adelante conjuntamente.

Esta serie de cambios conllevan estrategias socialmente comprometidas, solidarias y más empáticas de cara a usuarios, clientes y proveedores, con una ilusión explícita por dejar un claro impacto en la sociedad. Una oportunidad que solo será posible con la coordinación entre lo público y lo privado, remando todos en una misma dirección que dinamice la recuperación, con necesarias ayudas de la administración pública.

La disposición de la propia vivienda y la propia organización familiar serán clave para que el trabajo en red funcione de forma eficiente. Un efectivo traslado del puesto de trabajo a casa supone un esfuerzo por parte de la empresa que ofrezca soporte, mantenimiento y seguridad a los equipos de sus empleados con asistencia remota. Todos estamos alarmados y el ser humano soporta mal la incertidumbre, por eso es necesario un mensaje de optimismo, dentro de una situación excepcional y poner de manifiesto que de ésta se sale arrimando el hombro, solo así saldremos más reforzados y más comprometidos. Nuestra conversión en seres básicamente digitales impera y solo nos quedará el anhelo de lo analógico para quienes lo hayamos conocido.  

Estupendo el proyecto Angela

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