Un ‘sube baja’ para el liderazgo
Mi padre me enseñó a manejar, alrededor de mis 17 años, entre la montaña de consejos, directrices y demás hubo uno que siempre lo tengo muy presente. “Cuando manejas, con la mirada tenes que ir haciendo esto -haciendo un gesto con la mano- como un ‘sube baja’. Miras a lo lejos para ver el tránsito y miras cerca para ver el estado del camino”. Quien manejo en Buenos Aires, sabe del estado de las calles, sobre todo lo caótico del tránsito y el porqué de ese consejo. Es impresionante como ciertos recuerdos (agradables en este caso) se nos quedan grabados en la memoria. Más impresionante es cuando en nuestra vida adulta somos influenciados por ellos. Seguramente, muchos de esta clase de recuerdo, les encontramos nuevos contextos para aplicar lo que de alguna manera nos ha formado de pequeños. Mi padre, siempre fue (y lo sigue siendo) un gran modelo para mi, representa todo lo bueno que tiene un padre y todo lo que me gustaría llegar a ser. Siempre estuvo dispuesto a compartir su conocimiento conmigo y estaba atento para corregirme cuando era necesario, apostando a un crecimiento a largo plazo. Puedo decir que mi padre ha sido un gran líder conmigo. Muchas de estas tipos de actitudes las trato de llevar a los equipos que me toca liderar.
Pasados varios años, ya en otros contextos, profesionales en este caso. He tenido la enorme suerte de contar con grandes líderes. Por otro lado, como cuando una moneda que da vueltas en el aire, también he tenido líderes con los cuales no he descubierto a lo largo del tiempo que no compartí visión y valores profesionales o humanos. Curiosamente lo que me ha alejado mas de una vez de un empleo, entre otros factores, no fue la remuneración o la proyección profesional, sino la discordancia con quien me debía de liderar. Ya en este último tiempo, no solo elijo las tareas o la empresa donde me quiero desarrollar profesionalmente sino también que entra en mi ecuación de selección de un empleo, la variable del líder que voy a tener.
Los managers, tal como me enseñó mi padre para manejar, deberíamos de tener esta doble visión sobre diferentes aspectos que nos rodean, lo inmediatamente que puede suceder y lo que puede acontecer a largo plazo. Considero que, siendo líder, he podido conectar con algún equipo de trabajo cuando me invitan a realizar alguna actividad extra laboral. Puede ser un after, un partido de fútbol o cualquier otra cosa, los mejores líderes trascienden a un espacio de trabajo. En una empresa donde me desempeñe de Gerente de Proyectos y recientemente he tomado la decisión de buscar nuevos caminos, tuve la extraña sensación al momento de “despedirme” de la oficina y que toda la gente me aplauda. La imagen de casi 50 personas aplaudiendo, es poderosa. Nunca había tenido en lo profesional experiencia semejante, lo único que después meditaba ya en el ascensor llevándome al hall de entrada del edificio fue “con esta gente, conecté”.
¿Cómo hacemos para conectar esas dos miradas (corto y largo plazo) en nuestros equipos y en nuestras organizaciones?. Definitivamente, por mi experiencia en el mundo del management no tengo aún la respuesta, aunque tengo la convicción de que existe. La seguiré buscando, y cuando la encuentre la compartiré con ustedes. En el mientras tanto tendré una visión “sube baja” de las cosas. El que me permite conectarme con los equipos y tener control a largo plazo de los resultados. Quizás un poco como me enseñó mi padre.
Consultor IT, Gerente de Proyectos, Periodista
7 añosExcelente reflexión Federico A. Dappiano !!!