Un virus para gobernarlos a todos
Hacer scroll-down en cualquier página web, o incluso en Instagram, se ha convertido, entre otras cosas, en una sucesión de "coronavirus" acompañada por palabras que juntas construyen titulares diversos, incluso se ha convertido en motivo de ventas de productos que siguen siendo innecesarios y en sentencias, mi caso favorito, que acompañan alguna de las razones por las que debemos ser sostenibles, pero oh boy... seguimos haciendo lo mismo: ¿realmente entendemos lo que es ser sostenible?
(Sí, otro artículo de opinión).
Los seres humanos somos un organismo dentro de un sistema enorme llamado Planeta Tierra, somos su pandemia, si nos ponemos irónicos. Solo que una pandemia con miedo a morir. Imaginemos si el Covid-19 se comportase así...
Dentro de las etapas de la Tierra, a esta en la que vivimos se la empieza a nombrar Antropoceno, debido a que la actividad del hombre ha supuesto importantes modificaciones en sus ciclos y ritmos. Y es que si lo pensamos bien, no hay un sólo pedazo de plástico de todos los que hemos creado que haya muerto todavía por degradación natural. 60 años de historia y ya es el residuo más extendido del mundo.
¿Significa eso que el plástico es el mal y que debemos dejar de usarlo? No. Significa que el plástico es un invento asombroso que estamos usando mal.
Y en esa simple pregunta reside la necesidad de cambiar la forma en la que entendemos la sostenibilidad. Dejar de verlo como una elección entre dos opciones, para verla como toda una manera de pensar y producir, un nuevo ethos, pero también un nuevo logos.
E. F. Schumacher es uno de los padres de la economía verde, escribió en su libro Small is beautiful una cita que podría resumir muy bien la base de la sostenibilidad: “El crecimiento infinito en un planeta finito es imposible”. ¿Cómo podemos vivir creando sistemas como los económicos basados en un crecimiento infinito cuando sabemos que los recursos para generar todo ese dinero es limitada?
Especulación, supuestos, apuestas (este es el momento en el que recomiendo la película "The big short", ¡ya entenderéis por qué!).
Otro de los aprendizajes que se extraen de este libro es que "el sistema de la naturaleza, del cual el hombre es una parte, tiende a autorregularse, autoajustarse, autodepurarse". Esto implica que los sistemas están vivos (en cuanto que son dinámicos) y nuestros actos influyen en esos ciclos.
La moda es un sistema que se va transformando. La moda no nació así y probablemente esto que ocurre a día de hoy, no sea más que un estadío más dentro de esa evolución. Cuando hablamos de la Industria de la Moda como una entidad, no nos equivoquemos, no estamos hablando de moda, de pasión, de aquello que nos hace soñar. Estamos hablando de un sistema anquilosado en el tiempo y el espacio que sí, se ve amenazado por los aires de cambio.
Pero como dice mi madre, "¡Corred! corred! Que viene la Tormenta.... ¡Ah, no! Que la Tormenta somos nosotros".
El Sistema de Moda actual está formado por cadenas que nos llevan hasta la cocina de la casa de las bordadoras en los países más pobres del planeta (y esto no lo digo solo yo, lo dice Anindit Roy Chowdhury en su conferencia en el Copenhagen Fashion Summit 2019), siendo prácticamente imposible trazar una prenda de principio a fin. ¿Cómo es posible que todavía pueda haber detractores o negacionistas de la necesidad de Cambio?
El otro día La Tecnocreativa me invitaba a dar un webinar sobre Sostenibilidad en Moda y me hicieron una pregunta muy interesante "¿Crees que puede existir una moda 100% sostenible?". Qué buena pregunta.
En mi opinión, a la mentalidad de la escasez/abundancia debemos añadir otro factor: la modestia de entender que somos uno entre varios millones, y no tener la prepotencia de pensar que salvar el mundo depende de sí mismo, pero sí de aportar nuestro granito de arena. No tenemos la responsabilidad de cambiar todo el sistema nosotros mismos, pero sí el deber de hacer las cosas bien empezando por cambiar nosotros, nuestra marca y nuestros productos.
Diseñar inspirándonos en la naturaleza (nos lleva años de ventaja, recordemos, ha resuelto problemas sobre eficiencia y efectividad mucho mejor que nosotros), dirigir nuestras acciones por la ecoefectividad frente a la ecoeficiencia y diseñar productos con un metabolismo claro y adaptado a las posibilidades del sistema en el que va a ser liberado, son sólo algunos de los principios que nos llevarán a desarrollar una mentalidad sostenible y un diseño regenerativo (todo esto basándonos en energías limpias, por supuesto).
Y de eso sí necesita mucho la industria.
Sustainability & Circular Design -Eco Design- Fashion Designer- Professor-Mentor
4 añosGracias Blanca, me ha gustado mucho tu intervención. Dos concepto en concreto darían inspiración para un interesante conversación: 1-E. F. Schumacher :“El crecimiento infinito en un planeta finito es imposible”. 2-La moda no nació así y probablemente esto que ocurre a día de hoy, no sea más que un estadío más dentro de esa evolución. Cuando hablamos de la Industria de la Moda como una entidad, no nos equivocamos, no estamos hablando de moda, de pasión, de aquello que nos hace soñar. Gracias
CEO y Fundadora de Torit@s Moda Ética y Comercio Justo, Cofundadora FormadorasCapacitadas.org y Colectivo4R.com
4 añosMuy buena reflexión Blanca, lo importante es aportar cada uno nuestro granito de arena
Comunicación y Relaciones Públicas
4 añosLa palabra moda acapara tantas cosas que a veces lo olvidamos. Es momento de ver las cosas desde otra perspectiva, "out of the box", creando nuevas reglas. La creatividad en un gran aliado para las situaciones difíciles y estoy segura de que en estos momentos están surgiendo magníficas ideas. Está en nuestra mano que esas ideas, además de ser llamativas para el consumidor, también respeten y estén comprometidas con el planeta.