Una buena novela política es de policiales
Autor: Beltrán Gómez Híjar - Publicado por República Liberal (2017)

Una buena novela política es de policiales

Durante una Feria Internacional del Libro de Buenos Aires le pregunté al escritor y periodista peruano Jaime Bayly por qué no había escrito una novela sobre política. Su rápida respuesta aún la recuerdo: “No me gusta escribir policiales”. Creo que le faltó decir “judiciales”, porque desde siempre veo a los políticos en esa sección de los diarios. Parece que cada juicio les es un reto que, al culminarse y salir bien librado (en muchos casos por argucias legales, no por real inocencia), les da derecho a aspirar a un cargo mayor, pues su exposición mediática lo hace más popular.

Durante esa misma edición de la feria conocí a “Calica”, el amigo de niñez y juventud de Ernesto Guevara, antes de que se convirtiera en el popular “Che”. Calica fue quien acompañó a Ernesto en su segundo viaje por América del Sur, aquel que partió desde Buenos Aires como Ernesto y culminó en México como “el Che” (Calica se quedó en Venezuela y nunca volvió a ver a Guevara). En una de las pláticas que tuvimos en un bar de la capital gaucha me contó la historia de cuando llegaron a la Basílica de Copacabana, en Bolivia. Les sorprendió la larga fila de personas paradas frente a un cura. Cuando se acercaron a preguntar para qué era esa cola, les respondieron que “el cura está vendiendo terrenos en el cielo. Mientras más cerca a Dios, mayor el precio”.

Sea quien fuera ese cura, debió de ser un genio del sector bienes raíces. Pero creo que le salió una fuerte competencia con las empresas constructoras cariocas que vienen siendo investigadas —desde el caso “Castillo de Arena” hasta el popular “Lava Jato”— por corrupción de altos funcionarios y autoridades de diversos países latinoamericanos. Las palabras engaño y corrupción ahora han empezado a llevarme a la Copacabana boliviana bañada por las aguas del Titicaca y al Copacabana brasileño que mira las aguas atlánticas.

Si algún día escribo una novela política, creo que la mayor cantidad de diálogos serán entre abogados, jueces, fiscales y policías. No presentará estrategias políticas, sino tácticas para delinquir. La portada será verde por el color del dólar y la bandera brasileña, pero… ¡no!… Brasil es fútbol, carnaval y zamba. No nos quiten eso.

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