Una Mirada a la obra de Areg Elibekian
Descendiente de una familia de pintores armenios, Areg Elibekian (Armenia, 1970) es un destacado artista y profesor de academia en el Museo Nacional de Bellas Artes de Montreal. En la actualidad reside en Quebec y ha realizado muchas de sus exposiciones personales y colectivas en Canadá, Armenia, Francia, Bélgica, Líbano, Estados Unidos, Cuba y otros países. De su obra, la cual va más allá del oficio del pintor, autorizados críticos han ofrecido opiniones pertinentes; entre ellos pueden citarse a Claude Sauvage, Christian Germak y al recordado doctor Garabed Belian.
Sin duda, con el decurso de los años, Elibekian se ha convertido en un excepcional profesor de Artes Plásticas, favoreciendo a un importante grupo de aficionados por medio de talleres de adiestramiento artístico organizados desde el Museo Nacional de Bellas Artes de Montreal. Hecho por el cual, la prestigiosa Institución merece todo el reconocimiento al concebir en su programación proyectos tan sustanciales como el que ha propiciado la participación directa de Elibekian.
Se destaca en la obra de Areg su preferencia por el paisaje urbano, donde la ciudad de París ocupa un lugar preponderante. De la “Ciudad Luz” nos muestra importantes lugares que ilustran su desarrollo sociocultural; las significativas calles, restaurantes y puentes. Sobresale en las escenas que nos ofrece el pintor la presencia de la figura humana y la arquitectura característica de los distintos lugares tomados como tema; sitios que destaca como espacios en los que se establecen las relaciones sociales. El artista nos presenta una ciudad llena de encantos, cargada de luz, de variados matices, de poesía, de arte, y asimismo muestra su cultura, sus costumbres y la idiosincrasia del ciudadano francés.
En cuanto a la temática de la Naturaleza muerta, logra representar en su obra frutas, objetos, floreros y vasijas con un toque característico por medio de manchas y pinceladas sueltas. Se destaca en sus pinturas un equilibrio fundamentalmente asimétrico, y una buena organización y composición de los elementos representados, a lo que se suma el atinado uso del color y las líneas.
Vale reconocer asimismo en la obra de Elibekian su marcada tendencia vanguardista relacionada con la Academia francesa del siglo XIX, en particular el Impresionismo, aunque el estilo expresionista también se evidencia, si bien en menor grado en sus pinturas. Se aprecia en sus creaciones la influencia de Monet, Renoir, Cézanne y Gauguin. Esta concordancia presente en el tratamiento de su pintura lo distingue como fiel discípulo de la tendencia que enlazó a los mencionados maestros, sin que por ello deje de ser un artista verdaderamente auténtico.
Puede establecerse cierto paralelismo entre algunos paisajes de Areg y Campo de amapolas de Claude Monet y Casa en Cannet de Auguste Renoir; retomando particularmente la pincelada de los mencionados pintores franceses. De igual manera, se observa una estrecha relación en el tratamiento del color entre Naturaleza muerta con cortinaje de Paul Cézanne y la pieza “Naturaleza muerta” de Elibekian, realizada en el año 1998. La influencia de Paul Gauguin se advierte en la labor de Areg al comparar las creaciones hechas por el francés durante su estancia en Tahití y la serie de pinturas exhibidas por Elibekian en 2012 en la Galería Servando Cabrera Moreno de La Habana. En relación a tal concordancia, resulta interesante comprobar hasta qué punto el conocimiento de otros panoramas (apreciados desde las experiencias personales de ambos artistas) les ofrecieron tanto a Elibekian como al trascendental Gauguin, significativas vías expresivas que complementaron sus discursos artísticos y estéticos. El clima de estas regiones, la fuerza de la luz y los matices derivados de los fuertes contrastes de los colores; así como la espiritualidad inmersa en la cultura de esos territorios, complementaron en gran medida la visualidad inmersa en sus creaciones.
En relación a la muestra de Elibekian en La Habana, el pintor expuso la visión del paisaje cubano desde una perspectiva impresionista; tratamiento que acentúo al destacar la figura de la mujer cubana, la cual caracterizó Elibekian desde sus propias raíces, enfatizando su criollismo, su cultura su carismática personalidad.
Apreciado desde su profesión como educador y artista, la labor de Areg Elibekian resulta digna de admiración, reconocimiento y estudio. Sus pinturas dan fe del carácter vivencial que las genera, proceso donde se produce una intensa interacción entre el artista y su obra.
A continuación un breve acercamiento, mediante el análisis formal y conceptual a dos importantes obras del pintor.
MSc. Yadián Hernández Ojeda
Marzo de 2019
Las tres frutas
Se identifica en la obra de Areg Elibekian Naturaleza muerta con frutas, realizada en el año 1997 mediante la técnica de óleo sobre tela, y con dimensiones de 35 x 46 cms, las manzanas como principales protagonistas del cuadro. Son estas representadas con colores cálidos y ubicadas en el mueble que se constituye en soporte de las frutas; acentuando una marcada relación entre las áreas. Según el uso de los distintos matices y el contraste de los valores tonales, hacen que se destaquen entre las demás áreas, lo cual les brinda a dichas figuras una significativa importancia.
En cuanto al uso de las líneas en la pieza, se observan las onduladas en la tela, en el plato y en las manzanas; resaltando no solo su contorno físico, sino la suavidad y sensibilidad manifiesta por el pintor hacia tales figuras. Las diagonales y verticales se perciben en el mueble, recurso que denota su estabilidad y firmeza.
La relación figura-fondo se establece por medio del vínculo entre las frutas y los demás elementos del cuadro, así como en la armonía de colores presente en las diferentes áreas de la pieza. A propósito del asunto, puede apreciarse cómo la manzana del centro y la de la derecha se complementan con la vasija que las sostiene, mientras que la otra se corresponde con la tela que la rodea y con la superficie del mueble.
La pincelada se caracteriza por la soltura, plasmada en manchas y trazos que devienen una textura conformada por empastes de color. El cuadro posee un equilibrio asimétrico, pues la mayoría de los objetos recae en el área derecha, lo cual es compensado por el tamaño y el colorido de la manzana de la izquierda, y asimismo, por la textura, el pie del mueble y los pliegues de la tela. Analizando la composición de las figuras; las frutas se definen a partir de círculos, mientras que el plato se percibe como un óvalo gracias a la perspectiva y al ángulo desde el cual fue representado.
A pesar de que las frutas pudieran ser consideradas como simples objetos o figuras decorativas tomando en cuenta la temática tratada, son ante todo el resultado del entorno natural y han pasado a constituirse en iconos de bodegones y comedores, en particular del hogar. En este caso el pintor centró su atención en la manzana, que si bien está considerada la más ilustre de las frutas, también constituye el símbolo de la controversia. Reflexionando acerca del “uso específico de las manzanas como centro de atención…”, el autor las ha distinguido como elementos ilustrativos del color, la línea, los valores tonales, el volumen, las texturas y las áreas. La fresca pincelada que matiza la concepción de estas queda tras la fragancia y el sabor que almacenan dentro; se trata de una magia, un misterio que las hace apetecibles, necesarias, tentadoras…
El Instituto de Francia
En esta pintura, Elibekian se centra en una institución de fama internacional que ilustra el desarrollo socio-cultural de ese país: el Instituto de Francia. Creado el 25 de octubre de 1795, desde su fundación ha sido motivo de inspiración para muchos artistas, críticos y pensadores.
En ocasión de crear este cuadro, el Instituto llamó la atención de Areg no solo desde el punto de vista de su arquitectura y labor social, sino también como un pretexto para valorar el ambiente poético y artístico que gira en torno a él, hasta tal punto que llega a catalizar no pocos procesos socio-culturales.
Se observa la imagen desde una perspectiva que sugiere ser, a simple vista, el puente de las artes, y en ella la prestigiosa edificación se visualiza desde una posición simétrica.
Vale destacar el uso del color en diferentes puntos de la pieza, recurso por medio del cual el autor ha querido resaltar determinadas figuras, y con ello logra asimismo una armonía visual entre los distintos matices a partir de la relación de los complementarios.
Las líneas más señaladas en la pintura son las diagonales (las cuales marcan la perspectiva del puente), y las verticales (que acentúan la estabilidad y firmeza de las farolas, la postura de las personas y las características de la arquitectura presente).
En cuanto a la relación figura-fondo se observa en esta pieza el vínculo que existe entre la edificación, el puente, las figuras humanas, el río, los botes, los árboles y el cielo, motivos donde se fusionan diferentes matices que destacan la relación existente entre las distintas áreas de la pieza. Resulta interesante comprobar el vínculo que establece el artista entre hombre-Institución, presentando ambos elementos como un todo en el paisaje.
Se percibe en la pieza los distintos personajes que recorren el puente, convirtiendo éste, a su vez, en lugar de tránsito, de descanso, espacio para reflexionar y contemplar el entorno que rodea la nombrada institución.
El Instituto de Francia ha sido para Areg Elibekian fuente de inspiración y admiración. Vale destacar que esta pintura, fruto del apego que siente nuestro artista por tal paisaje, tipifica desde colores y formas la magnitud y trascendencia de una institución que amplia su obra creadora más allá de edificios, puentes y gentes.
· Yadián Hernández Ojeda. Matanzas 1985. Bachiller en Humanidades, especialidad Instructor de Artes Plásticas. Licenciado en Educación Instructor de Arte. Máster en Música, Educación y Sociedad. Profesor de Educación Artística y de Artes Visuales de la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la UNAH Fructuoso Rodríguez Pérez en Mayabeque. Coordinador del Proyecto I+D+i ARTE-Comunidad (Para el desarrollo de la Educación de la visualidad del adulto mayor) 2018-2020. Es miembro del Colectivo de autores que labora en la edición y creación de Programas de estudio, libros de textos, cuadernos de trabajo, orientaciones metodológicas, folletos y catálogos en el área de la Educación Plástica durante el 3cer Perfeccionamiento del Sistema educacional cubano. MINED / ICCP. (Período 2016-2020).
Con más de 15 años de experiencia en su profesión de promotor cultural, educador artístico y artista, ha participado en exposiciones y eventos nacionales e internacionales ligados a la Educación, las Artes Visuales y el Arte Contemporáneo. Entre ellos: Evento de Art.-postal Internacional “GenerAction” (2 al 29 Octubre de 2010 14 enero al 5 febrero de 2017). Galería de Artes Visuales de la Universidad del Melo y Museo MA*GA. Gallarate, Italia. (Exposición Transitoria). Evento Internacional INviso Padiglione Tibet (Proyecto de Mail-Art) (29 abril - 13 Mayo 2012) Associazione SalViana, frazione Saliana. Italia. Exposición internacional TERRA-MATERIAPRIMA (2 Diciembre 2016 - 27 Enero 2017). Galería de Artes Visuales Itinerante de la Universidad del Melo, Gallarate, Italia. Pedagogía 2017. Encuentro Internacional por la Unidad de los Educadores, (La Habana, Enero de 2017). VI Taller Internacional “La enseñanza de las disciplinas humanísticas”. (Varadero, Julio de 2017). XVIII y XIX Jornada nacional de Performance e Intervenciones PUENTE SUR. Proyecto ARTE-Comunidad. Performances: RED O ATRAPADOS POR EL TIEMPO. (1 marzo de 2018. San José de las Lajas. Mayabeque. Cuba.) Cohesión Intemporal (14 marzo de 2019. San J. Mayabeque. Cuba.)
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