Usted y los suyos son... ¿iguales?
Por José Luis Sorcia*
Algunas de las preguntas que con más frecuencia vienen a nuestra vida y que nosotros mismos nos hacemos con cierta frecuencia son: ¿Quién Soy? ¿Cómo Soy yo? ¿Cómo actúo frente a los demás? ¿A quién me parezco en mi comportamiento? Para responder a ellas, se han creado una serie interminable de teorías, conceptos, test de comportamiento, pruebas de personalidad, etcétera. Lo cierto es que, mucho de todo ello no nos da la respuesta que nos gustaría oír o terminamos creyendo que tienen algo de cierto sus resultados pero no logran reflejarnos tal como en realidad sabemos que somos.
Recientemente uno de mis mentores en formación de liderazgo comentaba algo que resulta bastante cierto: ¿Quieres saber cómo eres tú? Sencillo, mira a tu alrededor y analiza el comportamiento de las cinco personas más cercanas a ti, en tu entorno (el de tú familia y el de tu trabajo son dos cosas distintas) Si quieres saber cómo te comportas en el trabajo, solo analiza el comportamiento de tus cinco colaboradores más cercanos, con los que compartes la meta, los objetivos, el café, las charlas de sobremesa después de la comida, quizá algunos pasatiempos, las mismas crisis. Observa cómo actúan, cuáles son sus reacciones a cada hecho que viven. Descubrirás en ellos, gestos que tienes cuando tú actúas frente a los mismos problemas, bajo las mismas presiones o en las mismas circunstancias.
Es probable que no te hayas dado cuenta de cuál es tu lenguaje y de qué forma son tus expresiones, gestos, dichos, palabras buenas y malas palabras, pero será fácil descubrir que son las mismos o muy parecidas a las de tus colaboradores más cercanos. Es con ellos con quienes finalmente pasas la mayor parte de tu vida, ni con tu familia convives tanto como con los compañeros del trabajo.
En la mayoría de casos se ha generado tal simbiosis que todos son mutuamente incluyentes y a la vez, generan una especie de "nata" protectora que los cubre de los que no son parte de ese grupo compacto y con la que de forma fácil pueden repeler o detectar a quien no está en su círculo cercano y por lo mismo es un extraño a su pequeña secta donde los usos y costumbres comunes se han convertido en su forma de vida.
¿Suena extraño, cierto? Pero, ¿Qué tan extraño es que uno se mimetice de aquello con lo que convive todos los días? En el caso de la escuela a los padres nos cuesta bastante trabajo generar los buenos hábitos de conducta social de nuestros hijos. Nos esforzamos por hacer que asuman conductas que no serán reprochables. Sin embargo, cuando nuestros hijos van a la escuela, regresan con palabras, gestos, berrinches, celebraciones o maldiciones que nunca vieron o escucharon en casa, pero como ya forman parte de una nueva comunidad, el grupo en el que participan cinco horas diarias, donde encuentran sus pares, los van permeando de tal forma que hasta los desconocemos cuando suelen asumir conductas que no son las que les hemos inculcado.
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Eso mismo pasa con nuestra conducta, se va formando de lo que oímos, vemos, convivimos, de lo que nos impregnamos cada día. Es fácil "embarrarse de esa cochambre". Es más difícil mantenerse con nuestros valores y principios cuando queremos ser aceptados o formar parte de un grupo en el que para ser aceptados en principio tenemos y debemos actuar como tal, de lo contrario, estamos en la mira de ser excluidos. Terminamos aceptando "momentaneamente" el compromiso, pero al final acabamos siendo lo mismo que quizá en principio rechazamos.
Así que, usted es el reflejo de lo que son los suyos en el trabajo, el grupo al que pertenece y con el que convive cada día. Y ellos a su vez, seguramente ya tienen mucho de usted en sus conductas frente a los demás, de modo que para el resto de la gente, ustedes son: iguales. Suena duro ¿Cierto? Pero, ¿está lejos de la realidad?... Si usted es un gran líder en su empresa, entonces seguramente el grupo al que usted dirige es un gran equipo humano destinado al éxito. Si usted dirige con la vieja escuela sustentando en la fuerza y la amenaza para lograr su objetivo y no el del grupo, probablemente es tiempo de reflexionar sobre cómo lo está haciendo y probablemente cambiarán los resultados que está teniendo para mejorar su práctica de liderazgo productivo. Usted decida.
* El autor es Miembro Certificado por John Maxwell como Coach, Consultor y Conferencista en Temas de Liderazgo Transformacional para Dirección y Gerencias, Consejero Externo de Empresas Privadas y Públicas; interesadas en saber “El por qué" de los actores del proceso para que las cosas si suceden sin pérdida de recursos, tiempos y esfuerzos humanos. Dirija sus comentarios, dudas o invitaciones para recibir los servicios profesionales de Consultoría en Liderazgo llame al 55 6784 5490 y en www.capitalverde.uno