Veremos algunos monstruos o monstruosidades

...cuando recibí un correo de LinkedIn con la invitación a escribir sobre  #GrandesIdeas2019 se me ocurrió que era mejor, entregarles mi listado de ideas o creencias como un acto de provocación que nos permitiera generar acción y no solo reflexión...

Si quieren revisar la serie completa, pueden encontrar aquí, el artículo, introducción a mis 12 grandes ideas (¿predicciones?)  para el 2019

En este post, mi primera gran idea para el 2019:

Veremos algunos monstruos o monstruosidades.

Veo claramente una nueva cultura que me gusta llamarla “cultura digital”, reemplazando a una vieja cultura que llamo “cultura analógica”. Es solo que, “cuando lo que tiene que nacer todavía no nace y lo que tiene que morir todavía no muere, ese intervalo se llama crisis y surgen los peores monstruos”.

Lo estremecedor es que, lo que tiene que nacer, es radicalmente diferente a lo que está muriendo. Que estamos frente a  una “revolución civilizatoria"(1) de proporciones, para el cual ya es difícil encontrar adjetivos que lo describan. Se esperan crisis globales. ¿El tamaño del monstruo que surja será proporcional al tamaño del cambio?

Entonces, a partir del encuentro de ambas culturas, analógica y digital, es esperable mayores resistencias de aquellos que no quieren abandonar un mundo marcado por la autoridad vertical, control y mando, opacidad, individualismo y el miedo, para dar paso a otro mundo marcado por la horizontalidad, innovación, transparencia, colaboración y confianza.

Cada nuevo amanecer, desde mi mirada, subjetiva, por cierto, leo signos en los diarios electrónicos, redes sociales y otros, los que entiendo como acciones de los nuevos tiempos que corren y observo reiteradamente la presencia de lo VUCA en el mundo.

...en lo politico

Mayores resistencias, implica posiciones y discursos más extremos, falta de diálogo que en lo político implica que el “centro” de desdibuja. Aparición de Donald Trump y su tensa relación con sus aliados tradicionales. La forma en que los pueblos de México y Brasil buscan respuestas a una sociedad en dificultades. El primero en la Izquierda de AMLO y el segundo en la extrema derecha de Bolsonaro. Ni que hablar de Venezuela y Nicaragua, países envueltos en violencia política. Según mi observación de estos casos, estamos frente a la presencia de una cultura vertical, opaca, que se niega a morir.

...en lo laboral, empresarial

En la empresa esto se expresará, al menos en Latinoamérica, de la forma de discursos extremadamente tecnológicos y frecuentemente apocalípticos, por un lado, en oposición a otros muy resistentes a abrir espacios de diálogo, invertir en innovación y en una nueva cultura que acompañe los cambios tecnológicos, provenientes, mayoritariamente, de aquellos que sostienen el poder en las organizaciones. Ambos discursos, contribuirán a retrasar los cambios necesarios en Latinoamérica especialmente. 

¿Cuál es tu sensación sobre lo que está ocurriendo en tu empresa u organización?

El monstruo que surge cuando lo que tiene que morir no muere todavía, y lo que tiene que nacer aun no nace, no ocurre solo en la política, ni tampoco el único ejemplo es Bolsonaro o Maduro, como símbolos de una cultura vertical que se niega a morir. Los invito a observar a su alrededor. Estoy seguro que más de alguno de ustedes tiene a su propio Donald Trump en su oficina, defendiendo la vieja cultura del control, el mando y el miedo.

Lo anterior, no es necesariamente malo para ti. Si ocurre que tiene un jefe que obedece a paradigmas ya obsoltetos y no esta preparado para entender la “era digital”, tienes la opción de desarrolar tu accountability, tu capacidad de seduccion, negociación y liderazgo digital. 

Como consecuencia, decimos, que ésta, es la era del plebeyo, para señalar que no importa el lugar que ocupes en la sociedad o en la estructura de la organización, puedes influir en la dirección que te haga sentido. Es la era del plebeyo, entendiendo la responsabilidad como oportunidad de responder y donde, si quieres tu dicha, no hay espacio para la victimización. En este presente/futuro hay menos espacio para los paternalismos, y es al revés, el manager necesita el apoyo de cada miembro de la organización, el alcalde de su comunidad, el rector de sus estudiantes, el presidente de todos los ciudadanos. No hay oportunidad en el “de arriba hacia abajo”, hay oportunidades distribuidas, caóticas, cambiantes.

La transformación digital que requiere Latinoamérica requiere de mayor dialogo de actores relevantes, discurso de iluminación que aun siento escaso.

Cada día se nos anuncian cambios brutales y se nos indica que las tecnologías, arrasarán con todo. Que un gran porcentaje de los trabajos del mundo experimentaran cambios profundos y radicales.

Es más, se nos anuncia que muchos empleos desaparecerán definitivamente.

En estas materias hay consenso entre creyentes y ateos, entre políticos de izquierda o derecha, entre orientales u occidentales.

No creo que existe un solo profesional en el mundo que pueda decir públicamente que el mundo no está cambiando rápidamente y que pueda describir con mediana seguridad cómo será la vida de sus hijos.

En respuesta, nosotros:

¿Estamos disponibles a desarrollar nuevas habilidades, destrezas, conocimientos y hábitos?

¿Estamos dispuestos a revisar los valores que nos impulsan o no, a construir relaciones horizontales, sanas y productivas?

....en lo social

A veces, pareciera que sí queremos cambiar. No todo está perdido, lo que tiene que nacer muestra sus indicios. Hay ejemplos de iluminación. Que en Chile, James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, los denunciantes de abusos sexuales ejercidos por un sacerdote católico, hayan logrado ser recibidos por el Papa y tener a la Iglesia chilena acorralada, es para mí un símbolo de la horizontalidad, transparencia y colaboración, propias de una cultura digital.

El fortalecimiento del “movimiento feminista” que tuvo en el 2018 un gran año en Chile y de agrupaciones como:  "Women in Mining", "Women in Management"y su sigla WIM, constituyen para mí un símbolo más de desaparición del patriarcado, la verticalidad y discriminación  y la emergencia de una cultura digital, marcada por la horizontalidad, innovación, transparencia, colaboración y confianza.

...lo tecnológico

Un ejemplo final sobre lo que observo para 2019 como expresión del choque de dos culturas, la analógica y la digital, lo encuentro en los procesos de transformación digital, que están generando en un alto porcentaje de ocasiones, pérdidas financieras, debido a lo que interpreto como un intento de poner tecnología a la vieja pirámide organizacional (sostener la cultura analógica que muere), en vez de cambiar y acompañar la transformación digital primero, con una transformación cultural (impulsar la cultura digital que nace cambiando el paradigma que la organización tiene sobre la aplicación de la tecnología) y por tanto, cambiar la estructura organizacional por otra más horizontal, transparente, en-RED-ada y basada en la confianza para sostener el cambio del modelo de negocio a la luz de lo digital.

Si bien es cierto, escribo desde Chile, considero que los conceptos e ideas que expongo son de aplicación universal, por tanto, quedan invitados a sumarse al debate y contar sus propias experiencias desde sus lugares de residencia.

#GrandesIdeas2019

(1)Agradezo la colaboración de Susana Huerta en la conceptualizacion de lo que interpreto como revolucion civilizatoria

Civilización es una palabra que viene del latín, y surge de tres partes: el vocablo “civilis”, que es equivalente a “civil”; el verbo izare, que puede traducirse como “convertir en”; y finalmente el sufijo “-ción”, que es sinónimo de “acción y efecto”. Por lo tanto etimológicamente hablando, civilización es la acción y efecto de civilizar (mejorar la formación y el comportamiento de las personas, elevar el nivel cultural de una sociedad. El concepto se utiliza, entonces, para nombrar a una sociedad compleja, diferente de las sociedades tribales de la antigüedad.

No obstante, a través de la historia, se ha tendido a homologar este concepto con “cultura”, relevando el legado que han dejado a la humanidad grandes culturas como la egipcia, maya, china, grecoromana, y/o los movimientos revolucionarios de cosmovisión que transformaron la sociedad occidental, como el humanismo, la ilustración, la revolución industrial, y más recientemente, la globalización. 

La noción de civilización, como cultura, supone entenderla más como una cosmovisión o ideología, con diversos valores, costumbres, creencias e instituciones. De esta forma muchos creen que, tras el 11 de septiembre de 2001, se desató un choque de civilización entre Occidente y Oriente”.

Y como la verdad no es propiedad privada, y todo lo dicho ya fue dicho por alguien, el concepto que queremos lanzar al universo conocido y desconocido es, “REVOLUCIÓN CIVILIZATORIA”, entendiéndolo como el cambio radical, que surge en cada rincón del planeta tierra, en mayor o menor medida de acuerdo con el grado de penetración de la revolución tecnológica, sin que nadie escape a sus consecuencias, y que implica un cambio total de paradigma que implica la caída del patriarcado, el orden social jerárquico piramidal, la desaparición del concepto de Estado-Nación, el debilitamiento del patrón binario como base de ontológica y el surgimiento del nuevo “universae civis”, o persona con ciudadanía universal (dejamos de usar el concepto de hombre como sinónimo de la especie humana), que ya nació, y que puede tener cualquier edad. No es clasificable, no responde al concepto de la propiedad privada, no asocia el SER con el TENER. Quiere unirse con acción concreta a las grandes causas de protección al planeta, a la lucha por la justicia social y por la igualdad. Es intolerante a la corrupción, al concepto analógico del poder opaco y vertical, y naturalmente funciona en red.

Bienvenido UNIVERSAE CIVIS, el mundo depende de ti.