Vibrando Alto y Abrazando Nuestros Bajones

Queridos Crecientes,

El entrenamiento ha sido una parte fundamental de mi vida. Siempre me he visto como una persona de retos, buscando el lugar perfecto donde no solo el cuerpo, sino también el alma y la mente se conecten en una misma frecuencia. Pero encontrar ese “clic” con los profesores y el entorno siempre había sido un desafío. Buscaba más que solo un espacio para entrenar; anhelaba un lugar que encendiera mi deseo de superación y me motivara en cada paso.

A lo largo de los años, probé distintos espacios, siempre cargada de voluntad y determinación. Sin embargo, sentía que faltaba esa chispa, ese 100% que para mí es esencial: pasión, voluntad, deseo y un entorno que inspire. A pesar de las idas y venidas, nunca dejé de orar y de pedirle a Dios que me guiara hacia ese lugar donde pudiera ser Cristina al 100%, donde pudiera fortalecerme y construir desde todo lo que Él sabe que soy.

Así fue como este año, después de mucho buscar, llegué a KO Urban Detox CenterComencé con una clase de prueba y, aunque soy consciente de que mi izquierda y mi derecha no siempre se llevan bien, decidí lanzarme. Mis extremidades parecían tener ideas propias; mientras una iba para un lado, la otra tomaba rumbo opuesto. Pero me quedé. Decidí que este era el lugar ideal no solo para entrenar mi cuerpo, sino también para enfrentar mis propias limitaciones.

Al poco tiempo, ya me había matriculado y comenzaba a notar cambios. Mi rutina se ajustó, mis días empezaron a tener otro ritmo. Entrenaba después de dejar a mis hijas y luego volvía a mi trabajo con una energía distinta. Lo que antes parecían barreras internas empezaron a disiparse. Ko se convirtió en un espacio donde fui descubriendo que sí podía. Cada clase era un nuevo reto y una nueva lección de fortaleza mental.

Con esta fuerza renovada, me atreví a más. Empecé el reto KO90, un programa de 90 días con una disciplina estructurada y una variedad de profesores, todos con una misión clara: nutrirnos, no solo corporalmente, sino mentalmente. En este entorno, cada capa de mis propias paredes internas comenzó a desaparecer, incluso me animé a abrazar el yoga, una práctica que me conectó con lo más profundo de mi ser.

Con el tiempo, me surgió la curiosidad de conocer a la persona detrás de todo esto. Así descubrí a Ale Llosa su fundadora. Leer sobre ella y su propósito me terminó de enamorar. ¿Cómo se logra que cada miembro de un equipo vibre en el mismo propósito? Desde el área de counter, los chicos de limpieza, hasta los mismos profesores, cada rincón de KO respira propósito.

Mis compañeros de entrenamiento se volvieron parte de esta experiencia única. Nos apoyamos y alentamos en cada logro. Este entorno de camaradería es uno de los regalos más valiosos que he encontrado en KO. Estoy profundamente agradecida con todos: los profesores, la directora, el equipo del counter, los chicos de limpieza y, por supuesto, Ale. KO no es solo un lugar para entrenar; es un lugar que saca la mejor versión de cada uno de nosotros.

Además,KO Urban Detox Center es una marca peruana que representa a nuestro país con orgullo. Su energía se exporta y ya está en distintas partes del mundo, compartiendo lo mejor de Perú en cada rincón que toca. Estoy segura de que seguirá conquistando nuevos destinos, inspirando a muchos más y mostrando al mundo la fortaleza y la pasión que caracteriza a los peruanos.

En este viaje, he aprendido que los lugares están para recibirnos tanto en nuestros momentos de alta vibración como en aquellos días de bajón. Es en esos espacios donde nos permitimos llorar, secar las lágrimas y volver a ser nosotros mismos, sin perder de vista quiénes somos. KO es un lugar donde, aun en mis días bajos, vuelvo a empezar con amor, recordando que cada paso, sea hacia arriba o hacia abajo, es parte de este hermoso camino de crecimiento.

Mi deseo, mi anhelo, es que cada persona tenga la oportunidad de encontrar un lugar que saque su mejor versión y que celebre el propósito que Dios ha puesto en cada uno. Porque cuando encontramos ese espacio, cuando vibramos en sintonía con nuestro propio propósito, todo cambia. Hoy celebro y agradezco el día en que Dios puso en marcha esta maravilla llamada KO, y el propósito de Ale que ha tocado la vida de tantos.        

P.D. Mi derecha e izquierda finalmente se reconciliaron, y mi memoria está más activa y despierta que nunca.