Partamos del historiador James Truslow Adams que definió el sueño americano en 1931 "La vida debería ser mejor y más rica y llena para todas las personas, con una oportunidad para todo el mundo según su habilidad o su trabajo, independientemente de su clase social o las circunstancias de las que proviene".
Parece lógico premiar a quienes consigan destacar, porque se entiende que el mérito recaerá mayoritariamente en su inteligencia y esfuerzo.
- Sin embargo y estudiándolo más a fondo, los datos que para mí es realmente importante, demuestran que la realidad es muy distinta. La casilla de salida - al menos en lo relativo al nivel de ingresos y formación - no es idéntica para todos y eso CONDICIONA el sistema de ascenso social en su conjunto. Por ejemplo, en España, según el informe de desigualdades socioeconómicas y rendimiento económico académico elaborado por la <<Caixa>> en 2018, había una brecha de 2 años de escolarización entre los alumnos de hogares con un mayor nivel socioeconómico y aquellos que proceden de familias más humildes, y la brecha continúa a medida que van creciendo: de los jóvenes cuyos padres no cursaron estudios universitarios solo un 32% llega a la universidad.
- Según Sandel profesor de Harvard y referente mundial en filosofía moral y ciencia política, comenta que existe una piedra de toquen en lo referente a la actual meritocracia. Para Sandel y yo también lo comparto al 100% la actual meritocracia olvida 3 aspectos FUNDAMENTALES.
- El azar que conlleva nacer en un sitio rico o pobre o en una familia estructurada o desestructurada, asuntos determinantes en el éxito académico y profesional de una persona.
- Lotería genética, que condicionará notablemente nuestras capacidades intelectuales y nuestro temperamento.
- Y por último y para mí el más importante, el pertenecer a una sociedad que reconozca nuestros talentos en mayor o menor medida, por ejemplo muchos youtubers no habrían podido vivir de su habilidad hace 100 años o si hubieran nacido en otro rincón del planeta.
Como reflexión y conclusión, y compartiendo el pensamiento de Sandel, una sociedad verdaderamente justa debe ofrecer igualdad de oportunidades y procurar retribuir a las personas en función de su aportación real al bien común y esto lo podemos extrapolar tanto a lo público como a lo privado.
¿Creéis de verdad que nuestra sociedad este actuando bien pagando menos a un doctor, profesor, etc... que tiene un trabajo realmente relevante para el bien social que a un buen futbolista? El criterio actual por el que se suele pagar tiene que ver con el dinero que generas o lo fácil que puedes resultar sustituirte, pero deja de lado las softskills como el liderazgo, proactividad, aportación al equipo y un sin fin de valores importantísimos a tener en cuenta a nivel empresarial.