“No vivo de los sueños sino de las realidades que quiero hacer”. Raphael
En la penúltima biografía de Julio Iglesias “Hey “ de Hans Laguna se exponen, según el autor, las dos obsesiones de este artista universal: las mujeres y subir al escenario. Basta darse una vuelta por las redes sociales y leer los WhatsApp con el final ¡Y lo sabes! y que cada uno evalúe si la fama del tenorio picaflor es justa o solo propaganda machista.
La segunda idea fija del artista es evidente puesto que los que no hayan podido ver el show en directo, pueden disfrutar de los videos publicados en redes ya que la música, coros, liturgia, ritmo, marcha y vocalización es impecable.
¡Woah! ¡Inimitable!
Este verano he tenido la enorme suerte de asistir a un concierto de Raphael. Comparte con Julio Iglesias crecerse en el escenario y al igual que aquel, transmiten con la calma que da saber lo que se hace, la sensación de omnipresencia elegante en todos sus movimientos. Raphael ha cumplido 60 años en la profesión, pero las ganas de triunfar son las mismas que las de un joven imberbe que salga hoy de Linares para presentarse al primer casting de Operación Triunfo 35.
En el entorno laboral actual en el que las empresas ya no quieren cincuentones por considerarlos acabados. Les insinúan que no tienen nada que aportar, tan solo “una ratio superior de visitas al excusado” que el resto de la joven plantilla, según el “feed back” de un sistema de control de inteligencia artificial o “big data” que parametriza el inodoro.
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Socialmente lógico porque el sueño confesado por muchos, no importa la edad, es “irse” que significa simplemente jubilarse. Mi compañero fulanito se fue dos años antes que yo, dicen. Parece como si el trabajo fuera el coyote y el trabajador el correcaminos “bip, bip”.
Por último, están aquellos que han decidido aprovecharse del sistema, son parados que “chollean” o desocupados que cobran ayudas con la ilusión de llegar a fin de mes en la misma situación. El conservadurismo del que sabe que ya ha llegado a la meta. No me preocupa ser "intenso" con esto porque la solución se me antoja ninguna.
¡Esos montes nuestros cuánto agradecerían que alguien limpiara los cortafuegos!
En un mundo así resulta increíble la profesionalidad con la que trabaja Raphael después de tantas décadas al píe del cañón y con su salud en contra de su continuidad.
Le leí a Carlos Barrabés, el decano de la venta por internet en España, algo que le viene a Raphael como anillo al dedo: “la fuerza de las personas que se levantan cada día a vivir solo se puede ver superada por las que se levantan a hacer vivir.
La diferencia entre “la gran renuncia” al trabajo como la llaman en otros países y regalar felicidad a los demás gracias al derroche de tu propio esfuerzo.
¡No ní ná!