Voluntariado y la Oxitocina

Como Coach y Mentor, siempre aliento a los líderes a que ayuden a sus equipos a conectar el propósito con los objetivos y las acciones: el por qué es importante hacer lo que hacen, el para qué, o cuál es el resultado de hacerlo, su impacto. Sólo cuando las personas tenemos claro el para qué hacemos las cosas, su impacto y nuestro aporte de valor, es que conectamos y nos comprometemos.

Normalmente son las personas a las que coacheo las que tienen su "AHA moment" o Insight (o les cae la ficha, como decimos también por acá), pero ayer fue al revés y esta vez me tocó a mí como Coach vivir ese momento y por eso quiero compartirlo, para que sientan lo mismo:

Sofía es una estudiante del 9no grado de la Escuela Rural Melchora Cuenca del departamento de Paysandú. Ella, junto con muchos otros jóvenes de otras localidades, presentaron esta semana de la mano de @AméricaSolidariaUY  y concausa2030.com/uruguay sus distintos proyectos -muy innovadores por cierto-. Su objetivo es el de generar consciencia, buscar visibilidad y apoyo para que puedan seguir con sus proyectos y estos puedan seguir creciendo y replicándose.

Acá es cuando recuerdo la frase de Maya Angelou: La gente podrá olvidar lo que dijiste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir… Si bien Sofía me explicó de manera clara cómo funciona el proceso del compost, no necesitó ir en profundidad al detalle de lo técnico, o de cada tarea que realizan…Lo que hizo que me interesara y que le pidiera que me contara más, fue el cómo lo abordó y qué emociones aparecieron: conexión, sueño, propósito, optimismo, trabajo en equipo. Luego mencionó que esta iniciativa contribuye a la salud mental de todos los involucrados por el hecho que dar produce más felicidad y bienestar que el recibir. Y es ahí que hice click!

Seguramente de manera instintiva, Sofía se estaba refiriendo a la OXITOCINA, llamada la hormona del amor o de la felicidad, que se libera en el cerebro cuando estamos involucrados en actos de generosidad, cariño, afecto y solidaridad. El acto de dar, ya sea en forma de regalos, abrazos, apoyo emocional o actos de amabilidad, estimula la liberación de oxitocina reforzando los lazos sociales y promoviendo la confianza y la conexión entre las personas.

Cuando damos, creamos vínculos con otros y fortalecemos relaciones interpersonales. Esto, a su vez, nos brinda una sensación de satisfacción, bienestar y felicidad, ya que nuestro cerebro interpreta este comportamiento como beneficioso tanto para nosotros como para nuestra comunidad, lo que resulta en una respuesta neuroquímica positiva. En resumen, el acto de dar genera oxitocina, fortalece conexiones sociales y, en última instancia, promueve el bienestar emocional y la satisfacción.

Sofía y los chicos del proyecto A.R.O. (Ayudando con los Residuos Orgánicos) de la Escuela Rural Melchora Cuenca de Paysandú, son sólo una muestra de tantos proyectos y grupos de jóvenes que buscan sumar y aportar, generar consciencia que hay esperanza en convertirnos en una mejor sociedad, y que la oportunidad para hacerlo está!

Así como @A_R_O.2023, están los chicos de @biochangers.uy, las chicas de @educamente de Canelones, los chicos de @BioEnergy del Liceo 7 de Rivera creando energía limpia, @proyecto.plms de Paysandú, @hope.fulchange_ , @sembrandocomunidadcjtk, @motivateen.uy, @mentes_internacionales, y muchos otros que necesitan de todos!