A vueltas con la Estrategia Estatal para un Nuevo Modelo de Cuidados en la Comunidad (2024-2030)
La reciente Estrategia Estatal para un Nuevo Modelo de Cuidados en la Comunidad (2024-2030) busca reemplazar los cuidados institucionales tradicionales con un enfoque centrado en la comunidad. Y aunque el plan promete mejorar la calidad de vida de las personas mayores y vulnerables, una lectura detenida y crítica muestra matices que merecen, como poco, un análisis.
A primera vista, el modelo parece prometedor incidiendo sobre la personalización de los cuidados, la inclusión social, y respeto por las decisiones individuales. Sin embargo, detrás de este lioso discurso veo algunos aspectos ciertamente preocupantes. Aquí voy a circunscribirme solo a lo que corresponde a la atención a personas mayores.
Pues bien, por un lado, la Desinstitucionalización (como retórica) promueve un avance hacia los derechos humanos, trasladando a las personas desde instituciones a entornos comunitarios. Sin embargo esto claramente podría desproteger a quienes necesitan atención integral y constante sobre todo en el caso de personas mayores con alta dependencia, quienes podrían quedarse sin un entorno estructurado para sus necesidades específicas.
Por otro lado, la Financiación y Sostenibilidad. Si bien se promete un marco económico robusto, los fondos destinados a la desinstitucionalización son insuficientes frente al aumento previsto de personas mayores que necesitarán apoyo. Este déficit podría traducirse en servicios comunitarios precarios o inalcanzables para las familias con menos recursos ya que dependerían exclusivamente del servicio parcial sobre los servicios realmente necesitados.
La estrategia de desinstitucionalización necesita partir de una premisa central para su beatificación: "superar un modelo asistencialista para proporcionar una atención más centrada en la persona y en la comunidad". Sin embargo, este planteamiento omite varias realidades que desdibujan ese supuesto carácter beneficioso y ahí que me voy a remangar para bajar de las nubes a los que lo promueven.
El modelo actual asume que todos los centros sociosanitarios con internamiento institucionalizan por defecto, cuando no todos lo hacen. Muchas residencias ya trabajan bajo enfoques modernos, centrados en la persona, ofreciendo entornos que respetan la autonomía y la dignidad de los usuarios. Además, el discurso implícito de "liberación de instituciones" pasa por alto que para desinstitucionalizar primero es necesario haber institucionalizado y quizás lo que la estrategia no reconoce (deliberadamente o no ) es que muchas personas recurren a las Residencias porque su situación personal, familiar o social no deja otra opción viable. Eliminar estas alternativas sin garantizar apoyos sólidos en la comunidad lo único que podría hacer es agravar situaciones de desamparo.
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Y como he comentado antes, la narrativa que equipara centros sociosanitarios con prácticas institucionalizantes simplifica una realidad mucho más compleja. Existen centros que han evolucionado hacia enfoques personalizados, ofreciendo actividades participativas, decisiones compartidas y un entorno que favorece la calidad de vida de sus residentes. Clasificar a todos los centros como "institucionalizadores" invisibiliza estas buenas prácticas y generaliza un problema que no siempre existe demonizando un servicio totalmente necesario.
Otro de los puntos más delicados de la estrategia es que parece que toda institucionalización (ingreso en residencia) ocurre "por error" o como resultado de prácticas obsoletas. Sin embargo, esto ignora que muchas personas acceden a plazas de residencia a través de un sistema de baremación que, aunque mejorable, responde a una evaluación técnica y objetiva de la propia Administración.
Puede ser que el verdadero problema radique en los casos donde se otorgan plazas de internamiento a personas que no lo necesitan. Esto podría demostrar que en sí no es un fallo del modelo, sino una cuestión de gestión y evaluación inadecuada y también esto plantea un reto crítico: reconocer problemas en los procesos de asignación de recursos. La falta de rigor en la evaluación de necesidades individuales no solo institucionaliza (ingresa en residencia) injustamente a personas que podrían mantenerse en la comunidad, sino que también deja sin plaza a quienes realmente lo requieren.
Por último, es innegable que el entono comunitario necesita también de un impulso económico importante. Mejorar la profesionalización, apostar por la tecnología como apoyo al servicio, potenciar la dichosa coordinación sociosanitaria, como lo es a través del apoyo de la Hospitalización a domicilio, impulsar la comida social a domicilio además de incrementar las horas de SAD o los centros de día. Mucho recorrido por hacer con mucho presupuesto que destinar como para entretenerse en hacer un Plan de Desinstitucionalización que desvíe la atención de lo verdaderamente importante.
Solo espero que algún día dejemos de hablar con palabras como "institucionalizar" cuando queremos decir "ingresar" o "Residencia" cuando queremos decir "Centro sociosanitario con internamiento" para evitar esfuerzos innecesarios en planes o estrategias como esta. Las palabras nominan a las cosas y los hechos y, sinceramente, tenemos en nuestras manos llamar a los recursos por los servicios que ofrecen y no por constructos de épocas pasadas. A cada necesidad su solución más eficiente y llamándolas de forma que se reconozcan en su esencia.
Psicopedagogía, Psicologia , Logopedia y Neuropsicologia
1 semanaQue bien lo has dicho Juan Miguel . Muchísimas gracias.
Directora del ámbito sociosanitario / Psicóloga y Coach / Acompaño a directivos +50 a cambiar de proyecto profesional a través del programa NextChapter. ¿Hablamos?
3 semanasMe encanta la reflexión Juan Miguel Cabello Neila. Poniendo el dedo en la llaga. Evidentemente, habrá habido y habrá, malas experiencias en las residencias, pero demonizarlas, así en general, no procede... nos vamos a pegar un tiro en el pie. La tragedia del Covid está poniendo un foco sobre las residencias que espero sea para mejorar y aprender pero no para denostarlas. Todas las personas que conozco que acuden a los servicios residenciales, y conozco a muchas, lo hacen cuando su red de apoyo, su comunidad, ya no puede atender la dependencia. Apoyar a esa comunidad para retrasar o evitar el ingreso es genial, pero el recurso residencial debe estar ahí para esas circunstancias que lo necesitan. Como bien dices .... personalización y adaptación a cada circunstancia .... este debería ser el título de la nueva norma ....pero la palabra desinstitucionalización, no me parece adecuada.