Y qué dice Jenny....?

Una vez más, los de siempre, han decidido de qué hemos de hablar y qué hemos de opinar. A mi me gusta Linkedin. Puedo opinar, compartir y aprender. Es un medio de reflexión y expresión que me sirve como respiro en unos días de cascada de opinión, servida con embudo, que hemos sufrido en forma casi de acoso intelectual. Reconozco que he tenido un sentimiento pendular al respecto de dar mi opinión. No soy abanderado de nada. Sólo uno más, una opinión más. Pero es la “mía”.

Así que decidí hablar sobre todo de lo que a mí me parece importante. Del extraordinario partido que hicieron nuestras jugadoras, de la casta que pusieron para contrarrestar el poderío físico de las inglesas y, por desgracia, también de la preocupación que deberíamos sentir acerca de lo que debe estar sufriendo Jenny.

Porque lo del señor Rubiales no hace falta comentarlo. Su serie de despropósitos, gestos soeces y torpezas, son intolerables, sobre todo si eres Presidente de una Federación. Lo que peor me sabe es lo que robó. Nos robó la buena imagen de nuestro país, se apropió del protagonismo que solo las jugadoras debían tener, ejerciendo como un saltimbanqui sobre el césped australiano. No lo entiendo, pero ya no me importa. Pero… ¿y Jenny?

Cuando todavía no había salido ningún comunicado de la jugadora, las señoras Montero y Díaz ya habían decidido por ella. Agresión sexual, fue el veredicto. Y la “mierda” que nos había colocado el señor Rubiales encima de la mesa, ellas la utilizaron como abono para su jardín político. No dejaron tiempo a que ella decidiera qué hacer respecto al señor Rubiales. ¿Que quería hacer ella? También eso se lo robaron.  Ahora me dirán que ya se pronunció en un comunicado. Y sin presiones ehh…. Me hubiera gustado preguntarle a ella si se había sentido agredida, si quería denunciar, o si, por el contrario, no quería enturbiar un logro profesional tan maravilloso y prefería no darle importancia al intolerable gesto. Se puso en marcha la maquinaria. Sin Jenny, claro. La señora Montero empezó a hablar de su libro, la señora Díaz se subió al carro, porque a ella se le había saltado una rueda del suyo durante las últimas elecciones. Y el señor Iceta, que ahora está en deportes, descubrió, después de más de cinco años de mandato del señor Rubiales, que hay que desmontar las estructuras del fútbol. ¿Y usted descubre ahora los problemas del fútbol? Que alarde de sagacidad. Pero bueno, usted es doctorado en casi todo aquello que le permita seguir con algún cargo: Ya sea en una Ayuntamiento, una Comunidad Autónoma o ahora en Madrid, donde como Ministro de Cultura y Deportes ha buscado su plano de cámara para mostrar su indignación. Es lo que tiene ser un profesional de la política. Entendiendo como profesional el que vive de ello. Ya me perdonaran el resto de profesionales

Pero miren, a mi me preocupa cómo de desbordada puede estar Jenny. No me importa un “carajo” lo que piensan los trovadores de la opinión, transmisores de lo construido desde fuera. Una pléyade de tertulianos que han decidido “joderle” el momento de ser campeona del mundo, hablando todo el día de ella, pero no de sus excelentes cualidades como delantera, que también podrían, ya que entienden de todo. Guerras, Covid, Economía y de política, sobre todo de política. No es casual que política no lleve mayúscula. No se lo merece.

Ah.. por cierto! No tengan duda de que en la hoguera donde van a quemar a Rubiales van a volver a aplaudir los mismos.