Y Roma llegó al siglo XXI
Hoy deseo compartir con vosotros unas imágenes que, aunque resulten archiconocidas y hayan sido comentadas hasta la saciedad, a menudo me gusta rescatar de mi carpeta "cajón de (de)sastre". Se trata de unas capturas de pantalla de los primeros minutos de la celebérrima película 'Gladiator', en los que se muestra una suerte de acción de castigo (o eso afirmaba que era uno de mis profes del instituto) perpetrada en Germania por tropas romanas contra una horda de guerreros bárbaros. Dado que el emperador Marco Aurelio (121-180 d. C.) copa, junto con el general Máximo Décimo Meridio, buena parte del protagonismo de la secuencia, cabe suponer que la batalla recreada, de haber ocurrido realmente, se habría dado en el marco de las Guerras Marcomanas (165-189 d. C.).
Más allá de la innegable épica del momento y de lo atractiva que es la estética que presentan esos legionarios cansados, sucios y ataviados con pieles, pero igualmente espectaculares sobre el terreno y letales en el combate, me parecen unos documentos interesantes para constatar de qué modo Hollywood se salta a la torera el realismo en lo concerniente a yelmos, armaduras, vestimentas y tácticas. Así, poco tienen que ver esos cascos con los modelos Niedermormter y Niederbieber usualmente empleados por los infantes en ese período, ni esas "segmentatas" tan simples y de apariencia plástica con las impresionantes corazas rescatadas en yacimientos de media Europa.
Pero, sobre todo, ese ese descuido en la limpieza, esa costra de mugre que parece cubrir a cada soldado romano, lo que más me sorprende. Ignoro si será cierto o no, pues no soy un experto en la materia, pero algunos amigos que se dedican activamente a la reconstrucción, amén de no pocos profesores de Historia del instituto y de la universidad, aseguran que semejante falta de disciplina higiénica y estética habría sido impensable en el ejército de Roma. La panoplia brillante, debidamente bruñida y cuidada, era una forma de intimidar al enemigo, y pocos centuriones habrían tolerado tamaño descuido por parte de sus subordinados, aun en el contexto de una contienda en terrenos fangosos. Ruego que se me corrija si meto la pata en este punto, por favor.
Añado algunas ilustraciones que muestran el aspecto "real" que debieron lucir los integrantes de las legiones en aquellos días de sangre, lodo y gloria para Roma. ¡Espero que os gusten!