¿Y si hacemos algo para que no jodan con este spam?
Los espectaculares son una industria poco ética. Ninguna empresa de publicidad exterior tiene sentido de la responsabilidad.

¿Y si hacemos algo para que no jodan con este spam?

Fui a Querétaro con mi esposa y mis tres hijos hace unas noches y me encontré con una sorpresa en la entrada de esa ciudad. Al menos veinte nuevos espectaculares gigantes que no estaban ahí hace un mes. Lo que hace unos años era la pacífica provincia se ha convertido en otra caótica ciudad. Lo que antes era un tranquilo camino para llegar de A a B, es ahora un maldito canal de marketing más.

A lo mejor piensan que es algo que me gusta porque me dedico al marketing (sólo les recuerdo que hago content marketing). No, no me gusta para nada. De hecho, lo odio. Porque la publicidad exterior es spam.

Búscalo en el diccionario. La definición de spam es “Mensajes no deseados, entregados sin sentido de relevancia o contexto.”

Como ciudadanos nadie pidió estas intromisiones. No las votamos. Ni siquiera sabíamos de ellas hasta que aparecieron. Más importante que todo es que no tenemos forma de abstenernos de verlas.

Algún particular necesitaba ingresos extras y nos vendió. Sí, vendió las miradas de todos sus vecinos y visitantes.  Nos vendió a alguna maldita compañía de publicidad exterior.

Sin duda está ganando un dinerito extra con su flamante nuevo espectacular y nosotros, los que estamos expuestos a su spam, ganamos… NADA.

Ahora la empresa de publicidad exterior tiene la oportunidad de vendernos como “una audiencia afluente y de nivel socioeconómico AB” pero para mí son amigos y ciudadanos que nunca aceptaron esta intromisión a nuestras vidas. Ahí viven, ahí está su hogar. Cuando inyectan publicidad, hacen spam de la forma más torpe e imaginable. Todos los días.

Los espectaculares son una industria poco ética. Ninguna empresa de publicidad exterior tiene el más mínimo sentido de responsabilidad con las comunidades (perdón, “audiencias”) que invaden y de las que se benefician.

Esta es la verdad: no hay forma ética de operar un emporio de publicidad exterior (a excepción quizás de estadios o aeropuertos, donde la gente más o menos acepta entrar a una experiencia comercial). Yo acepté consumir su marketing. Yo solo salí de mi casa y fui como turista. Por eso los espectaculares son lo opuesto al marketing de contenidos.

Una de las razones por las que odio tanto la publicidad exterior es que es lo totalmente opuesto al marketing de contenidos: En lugar de aportar valor, acapara valor y no le devuelve nada a la audiencia.

En lugar de ganarse la atención, la compra. En lugar de pedirle a la gente que interactúe, interrumpe sus vidas y les grita en la cara. ¿Por qué carajo le comprarías a una marca que te hace eso?

Más allá de la situación personal, y sí, los nuevos espectaculares me afectan personalmente, el problema de los espectaculares tiene que terminar.

El problema consiste en que cualquier dueño de una propiedad puede vender nuestro entorno visual para hacer algo de dinero. Si crees que eso está bien, adelante, no sé por qué perdiste el tiempo leyendo esto. Si no, creo que hay cosas que se pueden hacer.

¿Es Imposible?

En São Paulo, la publicidad exterior fue prohibida en 2006.

El estado americano de Vermont prohibió los espectaculares en 1968. Maine, Hawaii y Alaska también son lugares "libres" de espectaculares.

También hay movimientos serios que piden que en París y Nueva York prohiban la publicidad exterior.

Grenoble, Francia también se convirtió en 2016 en la primer ciudad europea en prohibir los espectaculares.

¿Qué podemos hacer?

Como "marketers" podemos evitar la publicidad exterior.

Como agencias, podemos recomendar a nuestros clientes a que destinen su presupuesto a medios que no sean spam.

Como ciudadanos, podemos quejarnos con los congresos locales para que no permitan que cualquier persona obtenga ingresos por contaminación visual.

Como consumidores podemos evitar a las marcas que nos hacen spam por cualquier medio.

Si suficientes personas hiciéramos esto... las cosas cambiarían. ¿O no?

Juan Carlos Adame Leyva

CMO/ TEDx / El Blog del Desempleo / Best selling author Amazon / Mentor ITESM & Startup México

8 años

Coincido contigo Dante Parma, hay muchos y mejores canales para entregar un mensaje comercial al perfil correcto. Esos son escopetazos sin sentido, lamentablemente muchas empresas aún apuestan por esas opciones obsoletas. No falta que fueron permisos express o favores políticos de algún diputado, han de estar acaparando espacios para las elecciones.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Dante Parma

Otros usuarios han visto

Ver temas